Como candidato del PES, Cuauhtémoc Blanco prometió y generó muchas expectativas, pues la gente estaba ya cansada del desastre y el desaseo del gobierno anterior. Una mayoría relativa de votantes confiaron en una figura deportiva, pero no política y, al paso del tiempo, los resultados no han sido mejores. A casi la mitad del mandato como gobernador de Morelos, podemos decir que estamos peor y esto se refleja en encuestas recientes de evaluación de gobernadores, donde Blanco aparece en los últimos lugares. Veamos algunos datos del desastre económico, de la pésima gestión de la pandemia y la inseguridad desatada en el estado.
Los representantes de las cámaras de comercio en el estado han señalado que entre el 30 y 40% de los negocios cerraron a un año de pandemia. El gobierno agravó la situación porque no dispersaron apoyos económicos suficientes, ni en número ni en monto adecuados para sortear la crisis. Tal es la insensibilidad del Gobierno estatal en turno que, el año pasado, el Fondo Morelos otorgó 15% menos créditos que en 2019. Esta situación tuvo consecuencias directas en el aumento de las cifras de desempleo, pues según datos recientes del Instituto Nacional de Geografía y Estadísticas (Inegi) más de 30 mil empleos formales se perdieron en el estado. La cifra se eleva al considerar el comercio informal como una respuesta ante la falta de empleo y de apoyos oficiales.
Por otro lado, la pandemia vino a exhibir la mala gestión del gobierno de Blanco en materia de salud. Siguiendo a pie juntillas las indicaciones y el actuar del Gobierno federal, no se tomaron las medidas preventivas a tiempo y, además, durante muchos meses se negaron a realizar pruebas masivas para identificar a los contagiados y aislarlos; no hubo apoyos para que la gente pudiera confinarse ante el posible contagio, aun cuando se hizo viral en redes la campaña de los pobladores manifestándose con trapos blancos afuera de sus casas. El resultado anual es el contagio de más de 30 mil personas y con más de 2,850 fallecidos reconocidos oficialmente, entre los que se cuentan 68 trabajadores de la salud. Expertos en epidemiología aseguran que las cifras oficiales están subestimadas, que no corresponden a la realidad y estiman que la cifra real es 2.5 veces más. Además, muchos de los fallecidos murieron en casa debido a la saturación de los hospitales, sin contar con servicio médico ni con tanques de oxígeno. Muchos de ellos fueron costeados por familiares, debido a un gobierno insensible ante la tragedia y el dolor humanos.
¿Y qué decir de la inseguridad? Morelos ocupa el segundo lugar tanto en feminicidios como en secuestros; asimismo, se encuentra en quinto lugar a nivel nacional en robo a transportistas y vehículos. Con el control estatal de la seguridad pública no hay manera de que los municipios contribuyan a la seguridad de sus ciudadanos; además, los recursos que existían para la seguridad municipal se han reducido del presupuesto desde el Gobierno federal. Así que, ni la Guardia Nacional no ha pacificado el país, ni tampoco la policía estatal; y a los gobiernos municipales se les deja sin herramientas para combatir el crimen: la población morelense esta inerme frente al flagelo de la delincuencia. Esta situación empeorará si no se combate la pobreza y la desigualdad social, que están aumentando por la crisis económica y sanitaria.
Finalmente, es muy criticable que el gobierno estatal gaste más en publicidad que en obras de urbanización: mientras eroga en imagen 322.2 millones en dos años, resulta que en urbanización apenas destinó 225.7 millones de pesos en el mismo lapso (según datos de transparencia). Así las cosas, en Morelos, es necesario que la ciudadanía se dé cuenta que el gobierno del PES en alianza con Morena no es la solución para los problemas del estado y del país. El pueblo tiene que despertar y razonar bien su voto en las próximas elecciones ante la indolencia y despreocupación de los actuales conductores de la política estatal. Es más, de acuerdo a la publicación que hace Morelos Rinde Cuentas, al propio gobernador se le han cuantificado (de septiembre de 2019 a octubre 2020) 198 días de inactividad, el 58% de su tiempo en el cargo.
Y, mientras tanto, cientos de miles de ciudadanos están debatiéndose en la miseria y la marginación por la crisis económica y la pandemia de Covid-19. Antorcha convoca a todos los morelenses que han sido marginados en sus peticiones, a los que han sido lastimados por el poder en turno, a los afectados sin empleo y sin obra pública, a unirnos y organizarnos para hacer un gran movimiento social que demande al gobierno del estado la realización de obras y servicios para pueblos y colonias de todo el estado.
Únete a la manifestación que realizaremos el próximo 14 de abril por las principales calles de Cuernavaca, a partir de las 10 am hacia el Palacio de Gobierno.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario