Nayarit es un estado donde, de acuerdo con el informe de Data México de 2021, el 5.65 por ciento de la población total habla alguna lengua indígena, de las cuales 34 mil 904 usan el cora; 25 mil 994, el huichol, tepehuano del sur 2 mil 623, principalmente; tenemos la fortuna de que las tradiciones importantes como la Semana Santa Cora, los trabajos artesanales, las danzas que se siguen preservando y que son herencia de nuestros antecesores son cuidadas y dadas a conocer a nivel mundial lo cual ha logrado que turistas de otros países se interesen en conocer la vida de los indígenas de Nayarit.
Lamentablemente, la realidad de los pueblos alejados, de quienes habitan en las zonas altas no es tan sencilla ni tan bonita como se pudiera imaginar; a muchas personas les parece difícil creer que haya quienes habiten en zonas donde no hay energía eléctrica, agua potable ni las mínimas condiciones para vivir. ¿Por qué viven allá?
Hay quienes incluso no conocen la sierra, no saben lo que significa trasladarse de una ranchería a una ciudad a buscar atención médica o educación, es un peregrinar de horas, y en la mayoría de los casos cuando se trata de una urgencia no se alcanza a llegar y el enfermo lamentablemente muere. La emigración hacia la zona costera de niños, jóvenes y adultos es una manera que buscan para subsistir, en otros casos, somos testigos de que todos los días pasan camionetas repletas de jornaleros que acuden al corte de chile, jitomate o algún producto agrícola. Todo esto parece ser ignorado por quienes están al frente del gobierno en estos días.
Es desafortunada la declaración realizada por Lorena Villarreal Rodríguez, titular del Instituto Estatal para la Atención de los Pueblos y Comunidades Indígenas en Nayarit: “La mayoría de los padres de familia se dedican a robar, así tal cual, a robar para poderles dar de comer a veces a sus familias; asaltando camiones o lo que se pueda y no digo porque viven en extrema pobreza, sino porque ya se hizo un embudo una necesidad que no había; la gente vivía con lo que tenía y con lo que podía pero malamente ya se acostumbraron a no hacer nada al cabo el gobierno les va a dar y si no llega el programa, pues de dónde”, insistió la funcionaria sin que fuera interrumpida por los integrantes del presidium, entre los que se encontraba el titular de la Unidad para la Defensa de los Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación federal, Enrique Izaroque, y el estatal, Daniel Sepúlveda. http://heraldodemexico.com.mx/
¿Qué le espera a la comunidad indígena cuando la responsable de atenderlos y cuidarlos se expresa de esa manera?
Los antorchistas, que somos gente que recorre la sierra, conocemos las dificultades que hay para vivir, y la inseguridad a la que la titular se refiere no es porque “estén esperando apoyo del gobierno”, pues la gente busca trabajo, busca cómo darle de comer a sus hijos y no está sentada esperando que le caiga del cielo el dinero; la inseguridad que se vive en tiempos recientes en la sierra no es porque la gente acuda a asaltar a los camiones, no es así.
Si los gobiernos anteriores se hubieran preocupado por llevar buena educación y servicios de salud, las cosas serían diferentes, pero el gobierno actual no ha demostrado tener intención de corregir los errores del pasado; el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador visita reiteradamente el estado y no hace mención de cómo mejorar el empleo, la salud, vivienda y seguridad en la sierra lo cual ha provocado que desgraciadamente haya personas que son víctimas de ello, como el lamentable deceso del profesor Juan Manuel González Carrillo.
En este contexto, los antorchistas damos a conocer nuestra inconformidad por el trato que se da a nuestros hermanos indígenas, y la nula preocupación que hay por parte de quienes deben de cuidarnos y de proteger su vida.
Hacemos un llamado enérgico para que se rectifique la manera en como se trata a los indígenas y que el Gobierno de la 4T implemente mejores condiciones de vida para los indígenas que viven la zona serrana y en las grandes ciudades.
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