En un momento de euforia, tras mostrar un pañuelo blanco, Andrés Manuel López Obrador decretó la abolición de la corrupción (así como la desaparición del neoliberalismo), barriendo de arriba a abajo la escalera y poniendo su ejemplo impoluto; sin embargo, la corrupción prevaleció.
Transparencia Internacional ha colocado a México en el peor puesto de su historia en el índice de percepción de la corrupción en 2024, en el lugar 140 de 180 países evaluados.
Cada vez es mayor el número de los que creemos y trabajamos organizando y concientizando al pueblo trabajador, para luchar junto con él en la conquista de sus derechos elementales.
Se incrementó el presupuesto a las Fuerzas Armadas para su corrupción; usando a los soldados como albañiles, los mandos superiores se han ido convirtiendo en un consorcio constructor y administrador de negocios como el Tren Maya, la refinería Dos Bocas, aduanas, línea aérea, entre otras, por el orden de 1.8 billones de pesos.
Casi dos billones de pesos han invertido para rescatar a Pemex, pero ¿a dónde se va tanto dinero? En uno de los actos de corrupción más grandes en la historia del país se esfumaron 15 mil millones de pesos de las arcas de Segalmex.
Y para rematar, el 80 % de los contratos de obras y prestaciones de servicios se hicieron sin licitación, sólo por adjudicación o designación directa.
Creceremos mínimo al 4 % al año, dijo López Obrador, pero el crecimiento económico fue del 0.98 % anual y en todo el sexenio fue de 1.1 %, el más bajo desde los 80. Y si no hay más riqueza material que repartir, y si el cobro de impuestos sigue siendo igual, es decir, sin que paguen más los ricos y menos los pobres, para sostener sus obras faraónicas y la descarada compra anticipada de votos, dando tarjetitas de bienestar (instrumentos de manipulación que corrompen, hacen atenida y ciegan a la gente).
¿De dónde está saliendo el dinero, si no es quitándole recursos a programas sociales, fondos o fideicomisos como el Seguro Popular, Fonden, Ramo 23, etcétera? ¿De dónde puede salir el dinero si no es endeudándose más, como realmente está ocurriendo?
La deuda pública cerró con López Obrador en 6 billones 732 mil 790 millones de pesos, el 48.6 % del producto interno bruto, un crecimiento del 10.3 % respecto a lo esperado.
“El 75 % de personas que nacen pobres no salen de ese rango”, cabeceó una nota informativa el periódico La Jornada. Esa es una tendencia de hace décadas ciertamente, pero también durante el gobierno morenista. El eslogan de “primero los pobres” fue una falacia.
El sistema de salud en México es como el de Dinamarca, dijo el expresidente, pero ¿y los casi 800 mil muertos por covid, dada su irresponsable respuesta a esa pandemia? ¿Y los 30 millones de mexicanos sin servicios de salud? ¿Por qué, en una buena parte de los hospitales públicos, no hay medicinas, camas, materiales e insumos para que se pueda curar a la gente?
En educación, 27 millones 158 mil personas tienen rezago educativo, es decir, que no saben leer ni escribir ni hacer cuentas; México ocupa el lugar 51 de 81 países que fueron evaluados según la prueba PISA; además, no obstante que se recomienda que el gobierno invierta en educación hasta un 8 % de su producto interno bruto y que en promedio los países gastan el 4.9 %, para 2025 el gobierno de Morena sólo destinó el 3.2 %.
López Obrador prometió acabar con la inseguridad con su política de “abrazos, no balazos”, “atendiendo las causas” de este mal social, pero su gobierno fue responsable de la muerte de 188 mil 986 personas que murieron por homicidio doloso; frente al sexenio de Calderón, en donde murieron 120 mil, y en el de Peña, 156 mil (que ya era una gran tragedia), el periodo de López Obrador ha sido el más violento e inseguro de la historia moderna de México.
Y a todo esto, ¿habrá gente que sigue creyendo en Morena y en AMLO y ahora en Claudia Sheinbaum? ¿Todavía hay gente que cree que Morena es la esperanza de México?
Lamentablemente sí, todavía la hay, y tal vez dure hasta que Morena no haya agotado todos los recursos públicos, pero eso tiene un fin y no tarda mucho en darse, según analistas serios que ven que el gobierno de Morena es un desastre y que no tiene forma de componerse.
Afortunadamente, cada vez es mayor el número de los que creemos y trabajamos organizando y concientizando al pueblo trabajador, para luchar junto con él en la conquista de sus derechos elementales e ir juntos a la lucha por la toma del poder político.
Cuando los parias de nuestra patria gobiernen, implementarán una política fiscal progresiva y justiciera, para que paguen impuestos los ricos y menos los pobres, generarán empleos para todos, bien pagados, y harán que pueblos y colonias, sin ninguna excepción, transiten por la senda del progreso conquistando el derecho a una vivienda digna.
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