Referirse a Yucatán implica, además de hablar de la gran belleza de sus zonas arqueológicas, cenotes, reservas naturales, folclor, trova, gastronomía; destacar la grandiosa cultura maya que dejó un gran legado para la humanidad entera. Es esta tierra de hombres y mujeres a quienes la historia registra como los forjadores de uno de los más grandiosos imperios de América, que levantaron espléndidas ciudades y monumentos en los que la ciencia matemática y la astronomía encontraron respuesta a sus enigmas y que habrían de impulsar el desarrollo de una época histórica de esplendor. Sin embargo, la descendencia de aquel pueblo orgullo de nuestra cultura, se encuentra sumida en la más profunda pobreza y abandono.
De acuerdo con el último Censo de Población y Vivienda 2020 realizado por el INEGI, la entidad tiene una población total de dos millones 320 mil 898 de habitantes, de los cuales 983 mil 257 es población indígena (44 por ciento). Por su parte, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) que realizó el registro sobre la situación de pobreza en 2020 con datos del periodo 2008-2018 reconoce que el 40.8 por ciento de la población yucateca vive con algún tipo de pobreza, 900 mil 500 personas aproximadamente. De ese total, 753 mil 400 personas (34.1 por ciento) se encontraban en una situación de pobreza moderada y 147 mil 100 (6.7 por ciento) en pobreza extrema. Como es fácil deducir, el número de pobres es mayor pues tan solo la Secretaría Técnica de Planeación y Evaluación (Seplan) del gobierno del Estado de Yucatán estima que la pandemia sanitaria arrojó a 154 mil yucatecos a las filas de la pobreza.
Así pues, la marginación y la pobreza siguen siendo realidades que vive la población yucateca incrementadas por la pandemia sanitaria, tres tormentas tropicales y dos ciclones, a pesar del diagnóstico difundido por el Coneval acerca de los programas y apoyos que dieron las entidades federativas durante la pandemia en 2020 en el que Yucatán ocupó el primer lugar con 21 programas y acciones. Siguen haciendo falta acciones determinantes que abarquen a todos los sectores, pero en particular a los más desfavorecidos y con los que pandemia y fenómenos naturales se han ensañado.
El desempleo, la carencia de vivienda y de servicios como agua potable, electrificación, salud y educación, hacen más complicada la situación que padecen miles de familias yucatecas que carecen de lo más indispensable, por lo que muchas de ellas se han organizado para enfrentar en forma conjunta las necesidades comunes y se han acercado a los distintos niveles de gobierno para exponer sus carencias y solicitar la intervención de estos en la solución de las mismas.
En este contexto, los yucatecos organizados en el Movimiento Antorchista, desde 2018 a inicios de la presente administración estatal, entregamos un pliego petitorio de sencillas demandas de obras y servicios, mismas que hemos renovado año con año pues no ha avanzado la solución de las mismas. Solicitamos: mejoramiento de vivienda, electrificaciones, agua potable, pavimentación de calles, insumos agropecuarios, paquetes artesanales, apoyos alimenticios, regularización de lotes, oficialización de la escuela preparatoria de nueva creación "Felipe Carrillo Puerto” ubicada en Kanasín, como se puede ver ningún lujo y sí demandas que sin duda coadyuvarán en el mejoramiento del nivel de vida de miles de familias yucatecas.
Por este medio, solicitamos la intervención del Lic. Mauricio Vila Dosal, gobernador del estado, en la solución de nuestras demandas, ya son más de dos años que, de manera reiterada, se nos ha dicho que se avanzará, pero ahí siguen las demandas durmiendo el sueño de los justos. Este día, integrantes del Comité Estatal de nuestra Organización acudiremos a la reunión programada con funcionarios del gobierno del estado esperando respuestas concretas, de no cumplirse, el próximo 12 de marzo 500 antorchistas, marcharemos por las principales calles de la capital de Estado para denunciar la falta de solución y exigir al jefe del ejecutivo soluciones efectivas.
No atender las sencillas demandas planteadas pondrá en evidencia que tienen razón aquellos que opinan que en Yucatán se les da prioridad a obras de imagen urbana pero que las colonias populares y comunidades rurales siguen quedando en el rezago y en el abandono. A muchos funcionarios les molesta la insistencia de los peticionarios, exigen que la gestión sea individual, pero eso ya lo agotaron los ciudadanos y tampoco les ha funcionado por eso se ha unido y de manera organizada exigen solución a la problemática social que padecen.
Las autoridades de cualquier nivel no deben olvidar que el puesto que detentan les fue otorgado precisamente por las mayorías menesterosas que ahora no quieren atender y que exigen atención, deberían convencerse de que la mejor manera de impedir de que sus gobernados se manifiesten, es que los atiendan oportuna y eficazmente en vez de hostigarlos y negarles todo. Estos tiempos cruciales en que la cantidad de pobres se ha incrementado en el estado, urge que el gobierno estatal resuelva las demandas más apremiantes del pueblo organizado.
El pueblo yucateco debe exigir mejores condiciones de vida; la realidad que vive es triste, la pobreza es mucha y crece día con día, pero nada de esto va a cambiar con palabras, con lamentos o con buenas intenciones, a la realidad tenemos que cambiarla con hechos, con lucha, teniendo claro qué queremos, qué medidas se necesitan para cambiar el rumbo del país y para eso tenemos que exigir a nuestros gobernantes. No lo olvidemos antorchistas yucatecos.
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