Ayotoxco, Puebla. Las repercusiones que ha dejado la pandemia del Coronavirus en el país son graves. Tan solo en el ámbito educativo se dio a conocer, a través de Inegi, que 5.2 millones de estudiantes no se inscribieron en el ciclo escolar anual. A pesar de ello, existen instituciones educativas que brindan apoyos a los estudiantes hijos de familias humildes para que puedan seguir preparándose académicamente y reciban una educación de calidad con una formación integral. Las escuelas que fundó el Movimiento Antorchista juegan un papel importante para que decenas de alumnos pobres puedan continuar con sus estudios y se conviertan en individuos más sensibles, integrales y más completos.
José Francisco Mansilla Huixtaba es un joven de origen humilde, oriundo de la comunidad de La Lagunilla ubicada en el municipio de Ayotoxco de Guerrero, Puebla, y quien cursa el quinto semestre la carrera de Agronomía con especialidad en Fitotecnia el Instituto Tecnológico de Tecomatlán. Cuenta que gracias a que estudia en una escuela antorchista ha podido continuar preparándose académicamente y en estos tiempos de pandemia no ha desertado de la institución educativa y de la educación integral que ha recibido.
IC:¿Desde hace cuánto conoces a una escuela antorchista?
JFMH: Yo lo conocí en el bachiller, estamos hablando de hace 5 años. La conocí mediante un compañero que nos sugirió que nos aliáramos a la organización de Antorcha Campesina, entonces empezamos a tener una buena relación, nos gustó su forma de trabajo, todo lo que ayuda a los pueblos y no ayuda madamas entregando cosas, sino que te ayuda a trabajar para conseguir ciertos objetivos y eso me gusto.
En el periodo que cursó su nivel medio superior en el Telebachillerato de Loma Alta, Hueytamalco, José Mansilla aprendió danza, gracias a que contaba con clubes artísticos y deportivos.
“No sabía bailar, pero gracias a la escuela antorchista, llevaban a muchachos de otras escuelas que dieran su servicio social, se formaron los clubes de danza, banda de guerra, poesía, futbol, entre otros. Me metí a danza para poder bailar y pues se me dio. En ese tiempo, practicaba danza y basquet”, describe.
Asimismo mencionó que compaginaba las actividades escolares y el trabajo “en temporadas me iba a chapear a veces, me dedicaba a cortar leña, a cortar café, al corte de naranja, sembrar maíz y pizcarlo”.
IC: ¿Por qué decides estudiar la universidad en una escuela de Antorcha?
JFMH: Sinceramente en mis planes no estaba estudiar, por el problema económico. Entonces yo conozco a Tecomatlán, cuna de Antorcha Campesina, un 6 de junio, cuando conmemoran a los compañeros caídos, mi activista me trajo a Teco y quedé impactado por la infraestructura del municipio y en particular por la del Tecnológico, también por su forma de trabajo, por ello, decidí venirme a estudiar para Teco y acabar mi carrera.
La mayoría de escuelas de nivel medio superior de la región de donde soy originario son privadas, principalmente se enfocan en darle teoría a los sus estudiantes y dejan de lado la práctica, por ello, impiden que los alumnos tengan una formación integral, y no se preocupan por las necesidades del alumnado. Sin embargo, en las escuelas antorchistas la situación es distinta. Tan solo aquí en el Tecnológico no nos dejan solos a los alumnos, si ven que vas bajo en tus calificaciones, ven la forma de ayudarte y no te dejan a tu suerte porque busca que los estudiantes se conviertan en mexicanos que en un futuro puedan destacar en la sociedad.
IC: ¿Qué opinas de la educación que se imparte en tu escuela?
JFMH: Las escuelas de Antorcha tienen una educación integral y eso es muy benéfico para los alumnos, te enseñan teórico y práctico. Por ejemplo, la carrera que estoy estudiando de agronomía me lo enseña en el pizarrón, pero nos vamos a laboratorio hacer las fórmulas y los ponemos en el campo; ya sea para las hortalizas o cualquier cosa o algún proyecto que este surgiendo en la escuela
Recomiendo al 100%. Hay muchos jóvenes que son de bajos recursos y aquí en las escuelas antorchistas se ve la forma de ayudarlos para que cursen una carrera, no se les deja a su suerte, no se les pide cuotas exageradamente. Aquí en el Tecnológico son cuotas semestrales y es una cantidad mínima a comparación de las escuelas que nos son organizadas que te cobran mensualmente y que muchos alumnos no pueden pagar. En las escuelas antorchistas esas cuotas son mínimas, y eso ayuda a los jóvenes para que sigan estudiando.
El estudiante comentó que el Tecnológico Nacional de México campus Tecomatlán actualmente ofrece las carreras de ingeniería en Agronomía, en Gestión empresarial y en Sistemas computacionales. Además, talleres culturales y deportivos, círculos de estudio que enseñan cómo está la situación en el país en lo económico y en lo social.
IC: ¿Recomiendas a los jóvenes de la sierra que estudien en escuelas de antorchistas?
Yo les digo que pues que no se echen para atrás. Se ve complicado, pero no. La organización ayuda a los jóvenes. No es suerte, es dedicación y es trabajo. Y yo les recomiendo que le echen ganas, que se unan a las escuelas de Antorcha que no nada más van a aprender lo que deben, sino muchas cosas más, por ejemplo, aprender a bailar, oratoria, jugar basquet. Esa es una educación integral a corto o a largo plazo.
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