La señora Cecilia es una desplazada de Sonora, debido a amenazas. Sufre una muerte en vida. Hoy es casi invisible, como muchos desplazados. Se encuentra bajo el amparo del Mecanismo de Protección para Defensores de Derechos Humanos y Periodistas, el mismo bajo el que se encontraba Lourdes Maldonado, periodista asesinada en Baja California hace unos días, el 24 de enero del presente. Me dio esta entrevista apenas unas horas antes del asesinato de su homóloga morelense Ana Luisa Garduño Juárez, representante de la Asociación de Víctimas y Ofendidos de Morelos y también, como Cecilia, buscadora de desaparecidos. El viento frío de la violencia y las amenazas la persigue. La indolencia y el desaire oficiales también amenazan su vida. Nadie le garantiza la paz necesaria para buscar a sus amados y, ahora, ni su estabilidad, la ha perdido. Su lucha no es todavía una espina clavada en el corazón del pueblo más humilde, ensimismado, demasiado ocupado en sobrevivir a su propia miseria y olvido.
Cecilia Patricia Flores Armenta es fundadora y dirigente del colectivo Madres Buscadoras de Sonora y ha emprendido la agotadora tarea de escarbar y escarbar por donde el corazón le indica para entrar los restos de sus hijos desaparecidos, Alejandro en 2015 y Antonio en 2019. Lo hace con decenas de otras madres, buscadoras como ella, que lloran de impotencia al ver que los ajados huesos que desentierran permanecen olvidados ante la incapacidad y la indolencia de las instituciones: el amor maternal de todas ellas les es incómodo, su prisa por encontrar desnuda las deficiencias de políticos y funcionarios, evidencia su demagogia. Cada hueso, cada macabro hallazgo cuestiona la estrategia de seguridad nacional, cada palada de tierra demuestra cuán fallida ha sido.
Empezando enero Cecilia suplicó: “Me veo en la necesidad de pedirles a ustedes, los jefes de los cárteles de Sonora, Salazar y Caro Quintero y demás líderes de cárteles, que no nos maten, que no nos desaparezcan, que no nos amenacen, que nos dejen seguir buscando a nuestros hijos”.
Le pregunte por mensaje de texto si podría conversar conmigo, accedió, nos pusimos de acuerdo y este es el resultado:
¿Hay desplazados por algún tipo de inseguridad en Sonora?
Cecilia Patricia Flores Armenta: Sí. Sé de mi caso, yo soy una desplazada. Lamentablemente, como estamos mirando la situación, pensamos que Sonora está compitiendo con otros estados, como Chiapas que tienen muchos desplazados, Sonora es ahora uno de los estados con más personas desaparecidas, fosas comunes y cuerpos exhumados, porque aquí están muy fuertes los cárteles, los pleitos entre ellos están dejando demasiadas familias incompletas y nosotras, las activistas que luchamos por nuestros desaparecidos día a día estamos también incluidas en esa guerra, porque están matando a las madres, las están amenazando, las están desapareciendo. Así mataron a Aranza Ramos, en julio de 2021, en Guaymas; buscaba a su esposo. Es muy lamentable esta situación, no debería de ser así. Nosotras no le debemos nada a nadie, ni buscamos culpables ni justicia, lo único que queremos es traer a nuestros hijos y familiares de vuelta a casa. No deberíamos de estar en esa estadística de desplazados, la verdad; no deberíamos de ser desplazadas solamente por buscar lo que es nuestro.
En el caso de las madres buscadoras, el suyo ¿es un desplazamiento que podríamos llamar “hormiga”?
CPFA: Claro. Son muchos los que se van, de a poco a poquito, pero se van, cada vez más. Y no quieren las autoridades que esto se visibilice.
¿Ha sido omiso o incapaz este gobierno federal de generar condiciones de seguridad para ustedes?
CPFA: Pues ya no es lo que creemos, es lo que estamos mirando todos los días. Lo ven todos los días los niños huérfanos, las madres y familias incompletas; todos los días hay levantamientos, todos los días hay desaparecidos, todos los días matan y dejan personas tiradas en las calles, donde sea. Lo que estamos mirando ya ni lo pensamos, porque se vive.
¿Y la protección oficial?
CPFA: Hay un mecanismo de protección a periodistas y activistas defensores de derechos humanos, pero acaba de fallar con el asesinato de Lourdes Maldonado. Fallan porque te desplazan de tu lugar de origen, van y te dejan en un refugio, pero no se preocupan por estar al pendiente de ti, por llamarte para ver cómo estás, qué te falta, por tener vigilado el lugar donde nos llevan, la verdad sí falla mucho ese mecanismo. No tiene la capacidad suficiente para tener todo bajo control.
¿Hay apoyos monetarios?
CPFA: No. Te ayudan con algo de comer, pero no es suficiente. Aquí lo importante es que las autoridades empiecen a hacer su trabajo en investigaciones y ver el porqué te tienen que desplazar, pero fallan. La gente sigue huyendo.
¿A su juicio cuál es la principal razón por la que la gente huye de sus lugares de origen en Sonora?
CPFA: El miedo… a tanta inseguridad. Y el saber que no vas a tener el apoyo de las autoridades para tu protección en tu lugar, donde corres riesgo. Si huimos es por esa falta de apoyo. No hay seguridad ni por un lado ni por el otro, ni en el refugio, ni en tu lugar de origen ni a donde vayas… pero a pesar de todo seguiremos buscándolos.
Terminé agradeciendo a la señora Cecilia por su tiempo, por darme la oportunidad de platicar vía telefónica y su confianza al comentarme su situación. Le he deseado suerte y he quedado fuertemente impresionado, pero con la firme convicción de que aquí también el amor maternal es la cualidad más linda, y tarde o temprano terminará por imponerse: sólo hay que salir de nuestro ensimismamiento.
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