La sequía en México es un problema que afecta significativamente a gran parte del territorio nacional, especialmente en el norte y centro, y en San Luis Potosí, prácticamente a todos los municipios. A pesar de su importancia, las autoridades federales y estatales parecen minimizar y pasar por alto el problema, quedándose sin tomar las acciones necesarias para abordar la situación, lo cual perjudica principalmente a la población más vulnerable.
Es esencial implementar un proyecto hídrico integral de gran alcance para resolver a largo plazo este problema crítico, asegurando el suministro de agua a millones de personas. Aunque a las autoridades les desagrada la idea de la "hora cero", que indica el momento en que la escasez de agua afectará incluso el consumo humano, este escenario no está lejano si no se destinan recursos suficientes y se toman medidas para revertir la situación. Cinco presas de SLP están a menos del 10% de su capacidad, según Conagua.
Los más afectados por esta realidad son los cientos de miles de potosinos en colonias y pueblos humildes que luchan por conseguir agua mientras las empresas continúan operando sin restricciones.
A pesar de sufrir las consecuencias del cambio climático, causado en parte por la depredación de los ecosistemas por empresas privadas, el Gobierno actual y afines no han invertido lo necesario en estudios y proyectos para revertir estos cambios y preservar el vital recurso hídrico, ya considerado un derecho humano.
La gravedad de la sequía en San Luis Potosí se refleja en informes recientes que indican la excepcional sequía en 34 municipios, sequía extrema en once municipios, y otros grados de sequía en los restantes, afectando a 57 de los 58 municipios del estado.
Esta crisis no parece preocupar al partido en el poder, Morena, que centra su atención en temas electorales en lugar de abordar la urgente situación hídrica. Los más afectados por esta realidad son los cientos de miles de potosinos en colonias y pueblos humildes que luchan por conseguir agua para sus necesidades básicas, mientras las empresas continúan operando sin restricciones.
¿A quién afecta más esta situación? No vaya a pensar, amable lector, que a las empresas cerveceras, refresqueras o mineras que gastan millones de metros cúbicos en sus procesos productivos, pues estas siguen funcionando todos los días y a toda hora; tampoco piense que a los fraccionamientos donde vive gente de nivel acomodado. No. Afecta a cientos de miles de potosinos que viven en colonias y pueblos humildes, gente que trabaja en fábricas, en el campo, en el comercio o son amas de casa que diario tienen que sacar adelante a sus familias, que tienen, estas últimas, que vérselas con tareas como lavar ropa, hacer la comida y el aseo, las cuales enfrentan la cruda realidad.
La manifestación del 28 de febrero, donde cientos de vecinos expresaron su inconformidad por la falta de agua en sus colonias, evidencia el descontento y la falta de acciones gubernamentales. La denuncia directa contra el Gobierno de la 4T liderado por AMLO destaca la falta de inversión en infraestructura hidráulica, mientras se destinan recursos considerables a proyectos faraónicos como el Tren Maya.
Todos los humildes de México y del mundo nos debemos unir a estas protestas por la falta de atención a un problema tan importante como lo es el suministro de agua para las necesidades básicas del ser humano. Debemos exigir que los gobiernos apliquen los recursos que salen de nuestros impuestos de manera correcta y en los problemas más urgentes y prioritarios. También debemos exigir una política fiscal progresiva, donde las empresas paguen más impuestos a fin de que se puedan resolver muchos de los problemas que nos afectan como ciudadanos.
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