La Secretaría de Gobernación, desde los lejanos años en que Andrés Manuel López Obrador era priista, siempre ha servido para cubrir las espaldas al presidente de la república en turno, sea del partido que sea. El sexenio lopezobradorista no es la excepción.
López Obrador quiere lealtad y confianza absoluta para que no le hagan competencia en el uso del cargo para llevar agua a su molino. En caso de ver peligro en la sucesión presidencial, en ningún momento dudaría en lanzar al secretario a la campaña para retener la presidencia de México para Morena.
Esta dependencia, junto con la Consejería Jurídica del Gobierno federal forman parte del gabinete legal del presidente de México. Su función es estar al pendiente de la política interna del país y coadyuvar en la conducción de las relaciones del Poder Ejecutivo federal con los otros poderes y niveles de gobierno para fomentar la convivencia armónica, la paz social y el bienestar de los mexicanos. De acuerdo con el artículo 84 de la constitución mexicana, en caso de la falta del presidente de la república, mientras el congreso nombre a un presidente interino o sustituto, en un término de 60 días, el secretario de Gobernación deberá asumir provisionalmente la titularidad.
Adán Augusto López, titular de la SEGOB, debe atender otras instituciones como la de Prevención y Readaptación Social, la Unidad para la Defensa de los Derechos Humanos. La Coordinación de Protección Civil, el Servicio de Protección Federal, el Instituto Nacional de Migración, el Diario oficial de la Federación, la Unidad de Desarrollo Político y Fomento Cívico, el Centro Nacional de Prevención de Desastres. Son nueve dependencias las que se encuentran bajo la responsabilidad del secretario de Gobernación, es mucho trabajo, pero se atiende muy poco.
López Obrador anunció el cambio del titular de Segob, el 26 de agosto del año pasado. Olga Sánchez Cordero regresó al Senado de la República y Adán Augusto, exgobernador de Tabasco, se integró a la secretaría. AMLO exaltó al nuevo titular al decir: “Mi amigo, mi paisano y compañero entrañable”. Si en la Cámara de Diputados y Senadores, los legisladores fueran más críticos y respetarán su función, hubieran revisado esta asignación para que no fuera un regalo a los cuates del presidente.
Han transcurrido escasos meses y el secretario de Gobernación, anda en todas las campañas políticas de los estados donde ha habido elecciones, como la pasada elección del 5 de junio en que se eligieron gobernadores en seis entidades, menos en lo que legalmente le corresponde, de esa forma dejó en claro que la tarea que le asignó el presidente es respaldar y promover a los candidatos de Morena.
Fomenta con esmero y entusiasmo la rispidez con otras fuerzas políticas e instituciones serias y respetables como el INE principalmente, o con los miembros de los partidos opositores, del PAN y PRD. Junto con otros funcionarios de extracción morenista anduvo por Coahuila y Sonora promoviendo la revocación de mandato, utilizando ilegalmente los recursos de los mexicanos como un avión de la Fuerza Aérea Mexicana.
El secretario de Gobernación debe actuar con imparcialidad y sin influir en la opinión de los ciudadanos. Los funcionarios morenistas, como exigían cuando no tenían el poder, están obligados a respetar la ley.
Por eso, mucha razón tiene por eso los consejeros del INE al llamarles la atención a los titulares de Gobernación federal, a la secretaria de Energía, Rocío Nalle y al General, titular de la Guardia Nacional, Luis Rodriguz Bucio por promover la revocación de mandato.
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