Han pasado poco más de dos años desde que el gobernador de Quintana Roo, Carlos Manuel Joaquín González, se comprometió, en reunión con la dirigencia estatal del Movimiento Antorchista, a atender y solucionar la enorme lista de necesidades de los antorchistas del campo y de la ciudad, pero lamentablemente todo quedó en promesas, pues hasta hoy la palabra empeñada del mandatario está a la deriva, sin cumplirse.
El gobernador Joaquín González ofreció que ayudaría a las familias con carencias, que daría prioridad de atención a las demandas más urgentes como obras de infraestructura, programas sociales para colonos y amas de casa, apoyo de insumos agrícolas para campesinos humildes, para los maestros que desde hace muchos años prestan sus servicios y que se les ofreció contratarlos, así como darle a los estudiantes el comodato de las instalaciones del Albergue Estudiantil “Felipe Carrillo Puerto” que está constituida como asociación civil y cuyo proyecto fue gestionado por los propios estudiantes ante la Cámara de Diputados con la ayuda de legisladores federales antorchistas, así también un subsidio alimenticio para que esos jóvenes se ayuden y no tengan obstáculos o impedimentos y continúen con su preparación académica.
En suma, los acuerdos beneficiarían a poco más de 35 mil antorchistas quintanarroenses, y el mandatario estatal delegó al secretario de Gobierno, Jorge Arturo Contreras Castillo, la responsabilidad de darles cumplimiento.
Sin embargo, fueron transcurriendo los días, semanas y meses y nada de lo acordado se hizo efectivo, por el contrario, tanto el secretario de Gobierno como sus funcionarios sólo se han burlado ofreciendo discursos demagógicos de que “están caminando muy bien los acuerdos”, “ténganos paciencia”, pero al final de cuentas no han cumplido nada.
Cabe dar a conocer que luego de que anunciamos una marcha por el incumpliendo por parte del gobernador, un servidor, dirigente estatal del Movimiento Antorchista, recibí un ultimátum por parte de funcionarios de la Secretaría de Gobierno de que si llevábamos a cabo la manifestación se rompería “la buena relación con el gobierno del estado” y que nos atuviéramos a las consecuencias. Así de ese tamaño es el actuar mezquino de los funcionarios, que más que “expertos en negociación” más bien son feroces e irascibles polizontes adiestrados para detener y oprimir al pueblo.
Joaquín González, quien fue candidato de la coalición “Una nueva esperanza”, además de arremeter contra el mal gobierno del PRI, presumió ser enemigo del autoritarismo y la corrupción, frases expresadas con tal de ganar las elecciones, pero hoy cae en las mismas prácticas.
De antemano el candidato a la gubernatura de Quintana Roo, prometió que él sería todo lo contrario del actuar del exgobernador Roberto Borge Angulo, -quien actualmente se encuentra encarcelado por corrupto-, y que durante su gobierno en Quintana Roo estaría en marcha un gran movimiento que generaría oportunidades para todos, un gobierno honesto, transparente y cercano a la gente, pero pasaron 5 años y de lo prometido muy poco.
Le hacemos un llamado al mandatario estatal para que corrija el rumbo, aún está a tiempo, es el deseo de los miles de antorchistas, de los ciudadanos pobres que de acuerdo a Consejo Nacional de la Política y Desarrollo Social suman ya poco más de la mitad de población quintanarroense, es decir el 51.5 por ciento. Esas personas urgen vivir dignamente, requieren empleos seguros y bien remunerados, necesitan obras de infraestructura y servicios de calidad en sus colonias y comunidades, programas sociales, al igual que se mejoren los servicios médicos, las necesidades son enormes, esas tan sólo son algunas de las que padecen miles de personas.
A estas alturas la población duda de que el Gobierno estatal pueda atender esas carencias. Esas omisiones son algunas de las razones por las que el pueblo empezó a perder la confianza en quienes los gobiernan, prueba de ellos son las recientes elecciones del pasado 6 de junio, eso debería ser un ejemplo claro y una lección tanto a nivel estatal y nacional de que la actual oposición política a Morena perdió el rumbo, por la ambición de poder.
El PRI como el PAN acostumbrados a ganar carro completo en cada elección, los mareó el poder a tal grado que sus funcionarios se sintieron pequeños dictadorzuelos que maltrataron y lastimaron al pueblo, lo que explica el 51 por ciento de los quintanarroenses que viven en pobreza y para colmo de males la entidad es la segunda más endeudada a nivel nacional, pero además si sumamos que a nivel nacional existen más de 90 millones de mexicanos sumidos en la miseria podemos afirmar que Morena, en 3 años en el poder, le ha quedado a deber a la ciudadanía.
López Obrador tiene de cabeza el país, por eso es urgente que el pueblo tome ya sus propias decisiones, que entre sus filas elija al que los dirigirá en el poder, al que los ayudará y además defienda sus intereses de clase.
Gobernador Carlos Joaquín, una vez más le recuerdo que usted llegó al poder con el voto popular, su ascenso se debe a la clase trabajadora y que hoy le reclama el abandono en que los ha mantenido; el pueblo lo eligió porque confió que usted lo sacaría del estancamiento, pero ha ocurrido que los lleva a un abismo sin salida, los datos estadísticas hablan por sí solos, si bien es cierto que la pandemia continúa afectando la economía del estado pero también debe reconocer que desde antes de la contingencia sanitaria ya se venían presentando problemas de pobreza y desigualdad y la pandemia sólo evidenció lo mal que estamos.
Finalmente, en el 2022 los quintanarroenses elegirán a su próximo gobernador o gobernadora al igual que se renovará el Congreso del Estado, y si usted quiere pasar a la historia de buenos gobernantes, trabajador e incluyente tal y como prometió que sería, aún está a tiempo de corregir y atender sus compromisos, los antorchistas y el pueblo en general sabrán agradéceselo y de paso, por sus acciones, a favor de los que menos tienen harían que su partido continúe en el poder. Hay que impedir a toda costa que Morena tenga el camino fácil para hacerse del poder, confiamos que eso no sucederá.
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