El miércoles 17 del presente mes, los antorchistas del estado de Guerrero realizamos una protesta en la ciudad de Chilpancingo, con la finalidad de denunciar el abandono completo en que está siendo objeto el campo guerrerense por parte del gobierno federal y estatal, a la vez, buscar una entrevista con el licenciado Héctor Antonio Astudillo Flores, gobernador del estado y pedirle principalmente, la creación de un plan de ayuda a los campesinos que se dedican a la siembra de maíz, frijol, hortalizas y otros cultivos que constituyen la única fuente de ingresos para estos trabajadores del campo. A esta protesta se unieron otras organizaciones campesinas, como la Unión de productores del Sur, La liga Agraria Revolucionaria del Sur Emiliano Zapata y Alcanos Unidos de Guerrero; aparte de pedir apoyos para el campo, los manifestantes también demandaron al gobierno estatal inicie la construcción de varias obras de carácter social, pactadas desde el mes de noviembre del año pasado, que hasta la fecha no se han iniciado. Después de un recorrido por la avenida principal llegaron las oficinas de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural de Guerrero, y fueron atendidos por el secretario de esta dependencia, haciendo el compromiso, previa llamada telefónica con el secretario particular del Ejecutivo Estatal, que para el día jueves 25 de febrero serían recibidos por el gobernador. Fue una maniobra bien planeada, la dirigencia estatal del Movimiento Antorchista nunca recibió la notificación de la hora y el lugar de la entrevista.
Hago pues un llamado al licenciado Héctor Astudillo Flores, para que atienda la demanda de los campesinos, pues hay incertidumbre para la atención de esta demanda y la obtención de los insumos, toda vez que la temporada de preparación de las tierras y siembra esta próxima y se agrava un poco ya que coinciden con el periodo electoral y los insumos se tienen que entregar antes del inicio de campaña, pues la ley electoral no permite entrega de apoyos en periodo de proselitismo.
La situación del campesino guerrerense, ya desde hace mucho tiempo ha sido difícil, pero ahora es crítica debido a la eliminación por completo de los programas federales que se manejaban a través de la Sagarpa hoy Sader. Por ejemplo: los apoyos a productores de maíz y frijol (PIMAF), que consistía en paquetes de insecticidas, semilla mejorada y fertilizante para los pequeños productores que no estaban dentro del padrón de beneficiados del fertilizante. El programa de concurrencia que consistía en equipos de riego y maquinaria menor, como motobombas, desgranadoras, podadoras, y apoyos especiales a los productores del coco, mango, café, Jamaica, etc. lo mismo en la ganadería, había programas y proyectos para fomentar la producción de ganado caprino, bovino, aves de postura, etc., Ahora, todo eso ha desaparecido por obra y gracia de la 4T, con el argumento de la austeridad.
Según, los gobernantes de Morena, en especial Andrés Manuel López Obrador, con la desaparición de los programas acabarían con la corrupción, diciendo que los programas agropecuarios son cosa de pasado, pero olvida este señor que nos gobierna que las necesidades del campesino son cosas del presente, que el campesino, el agricultor y en general los trabajadores del campo, su único ingreso para sostener a su familia la obtienen cultivando la tierra, hacerla producir, pero para ello es necesario tener los insumos necesarios.
Desde hace tres años el Movimiento Antorchista ha venido luchando para que sean incluidos en el padrón de beneficiarios de fertilizante, todos aquellos campesinos que siembran sus tierras, no importando el color de su preferencia política o religión. Fueron 60 mil campesinos que se logró fueran incluidos en el padrón en el 2018. Para el siguiente año fueron aproximadamente otros 30 mil los que se logró incorporar. Actualmente el padrón estatal abarca cerca de 310 mil productores, pero aún faltan por ingresar aproximadamente unos 10 mil campesinos, afortunadamente, aún están abiertas las ventanillas: Pero los requisitos que se deben entregar no todos los campesinos los cumplen, principalmente lo referente a la constancia de posesión del terreno, y aquí es donde se le hace el llamado la dependencia y los servidores de la nación para que sean más flexibles, pues deben de tomar en cuenta que en Guerrero el régimen de la tierra es el ejido y bienes comunales, pero muchos núcleos agrarios no han sido regularizados, de tal manera que un buen porcentaje de productores siembran pequeñas superficie en terrenos prestados por sus familiares directos y por lo mismo no pueden comprobar la posesión, pero en realidad son campesinos que realmente se dedican al cultivo de maíz, para el autoconsumo.
La realidad es más cruel cuando se vive en carne propia las carencias en el campo, pero, sobre todo, cuando la misma realidad obliga al campesino a trabajar la tierra y no cuenta con los insumos necesarios, esto es lo que el gobierno no quiere ver y mucho menos atender y resolver, la actividad agropecuaria es esencial en toda la sociedad, es donde se produce el alimento, el sustento de todo individuo. Por eso los antorchistas solicitamos al gobierno su intervención, no es un capricho de nadie el exigir, pues el gobierno tiene la obligación de resolver las necesidades del campo y en este caso el de los productores de maíz y frijol. De ahí que exhortamos al gobernador a que escuche a los campesinos, que reciba y atienda las demandas de las organizaciones campesinas. En este país, son los pobres los que más pagan impuestos, primero porque somos la inmensa mayoría y, segundo, somos los consumidores de todo lo que se produce y al comprar para consumir se paga impuesto. Sólo pedimos lo justo, nada más, pero tampoco nada menos.
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