El pasado 28 de febrero, la Secretaría de Educación Pública (SEP), dio a conocer la eliminación de las Escuelas de Tiempo Completo, programa que fue creado en 2007 y que a la fecha beneficiaba a más de 25 mil planteles de educación básica y significaba una oportunidad de mejora educativa para más de 3.6 millones de niños.
Las escuelas tenían una jornada de hasta 8 horas, que iniciaba a las ocho de la mañana y concluía a las cuatro de la tarde, horario en el que los estudiantes realizaban actividades académicas sobre sus diferentes materias, tareas deportivas y culturales.
Las Escuelas de Tiempo Completo tenían como objetivo “promover un mejor aprovechamiento del tiempo disponible, generar un mayor desempeño académico y el desarrollo de actividades que podrían estar relacionadas con el conocimiento del civismo, humanidades, ciencia, tecnología y artes, en especial la música, la educación física y la protección al medio ambiente”.
También contaban con un Manual de Menús que fue diseñado con el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, para fortalecer, además de la alimentación y nutrición de los niños, las estrategias y actividades de la línea de trabajo Vida Saludable del programa con información sobre la higiene en la preparación y el manejo de alimentos variados y equilibrados, sanos y económicos y estaba destinado, sobre todo, en escuelas con altos niveles de marginación, con el que se le brindaba desayunos y comidas escolares a los estudiantes.
El argumento de la titular de la SEP, Delfina Gómez, confirmado por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), es que los recursos que financiaban el programa de Escuelas de Tiempo Completo se utilizarán ahora en un proyecto para mejorar la infraestructura de las escuelas que carecen de servicios básicos, ya que ese programa se manejaba con “mucha intermediación” y fue creado cuando había “mucha corrupción”, según las palabras de ambos.
No se debe olvidar que en los 10 compromisos por la educación que hizo AMLO, como candidato a la presidencia, el segunda era “alimentos en todas las escuelas de educación básica de las zonas pobres y marginadas del país, por lo que quitar el programa de Escuelas de Tiempo Completo es precisamente hacer todo lo contrario.
No debe de quedar ninguna duda, desaparecer dicho programa es un completo error. La Organización para el Desarrollo Económico (OCDE) ha señalado que México es el país, de los que integran el organismo, con mayor rezago educativo. Y de acuerdo con las estimaciones del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) estimó recientemente que el 4.7 por ciento de quienes tienen 15 años o más en el país no sabían leer ni escribir.
Resulta preocupante, además, que, en una tercera parte de las entidades del país, el indicador del analfabetismo se ubique por arriba del promedio nacional, entre ellos, Guanajuato con el 5.3 por ciento. De acuerdo con el INEGI el 8.6 por ciento de la población de 15 años y más no ha terminado sus estudios de educación primaria y los datos también muestran que 16.6 millones de personas no habían concluido su educación secundaria y Guanajuato aparece con un 9.7 por ciento Y 18.6 por ciento, respectivamente.
Las repercusiones de la incorrecta decisión tomada por López Obrador en breve se empezarán a dejar sentir. No solo tendrán un impacto académico, también impactará en incrementar la pobreza de la mayoría de las familias que recibían dicho programa. Muchos niños solo recibían en las escuelas su único alimento del día, y con dicha medida el gobierno de la Cuarta Transformación los está condenando a la desnutrición. Muchas mujeres que trabajan fuera de casa tendrán que optar entre conservar sus empleos o cuidar a sus hijos, no habrá más opción o de lo contrario tendrán que dejarlos más horas solos o bien se incrementará la ya creciente deserción escolar.
Por la supuesta corrupción se canceló el aeropuerto de Texcoco, desaparecieron las estancias infantiles, se canceló el seguro popular, se dejó de comprar medicamentos para atender a los niños con cáncer, se desaparecieron 109 fideicomisos, entre ellos, el Fondo de Desastres Naturales, Fondo de Inversión y Estímulos al Cine, Fondo para el deporte de alto rendimiento, Fondo para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, pero en ninguno de los casos se han dado las pruebas del supuesto mal majo de dichos recursos y tampoco hay nadie tras las rejas. Más bien, dichas decisiones han resultado ser también un atentado contra el desarrollo del país y combate a la pobreza que tanto pregonó mientras estuvo en campaña López Obrador.
La eliminación del Programa de Escuelas de Tiempo Completo afectará en Guanajuato, a cerca de 65 mil estudiantes de 685 escuelas de la entidad. Por lo que la intención manifiesta del señor Gobernador, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, se debe de concretar, y que sea el Gobierno estatal el que retome la aplicación de dicho programa en beneficio de la niñez. Sí se quiere evitar sucesos lamentables como los ocurridos el sábado pasado en el estadio La Corregidora, de Querétaro, se debe apostar a la educación de los niños y jóvenes, pues sólo así, se logrará formar a individuos más humanos, más fraternos y solidarios que busquen en conjunto construir una sociedad mejor para todos. De lo contrario, una vez más, seguiremos escuchando golpes de pecho, como cada vez que el niño se va al pozo.
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