¿Por qué no se apoya a los campesinos y a los apicultores? El hombre que tiene solamente un pedazo de tierra consagra su vida al campo, pues no tiene otra alternativa de sobrevivencia, y si dispone escasamente de los instrumentos e insumos necesarios para la siembra, los frutos obtenidos apenas alcanzan para el autoconsumo, totalmente insuficientes para resolver las necesidades más elementales de su familia.
Por eso, campesinos y apicultores necesitan del apoyo gubernamental para hacerse de los medios indispensables para una buena cosecha, no contar con ellos representa una tragedia total para quienes realizan estas labores productivas indispensables para la vida de miles de familias que viven en esta condición.
Sin embargo, estos sectores han venido a menos, precisamente por falta de apoyo por parte de las instituciones de gobierno que están obligadas a apoyarlo, además, como consecuencia de los fenómenos naturales que ocurren año con año en la península, huracanes, tormentas tropicales, inundaciones y sequías; cultivos y abejas han perecido. Así pues, las condiciones de vida de las familias que viven y dependen del campo se han agravado.
En el sector agrícola y apícola, también la pandemia ocasionada por la covid-19 ha dejado estragos, no hay que olvidar que fueron precisamente las familias indígenas pobres las que no pudieron curar a sus enfermos y estos murieron, su situación se depauperó y las carencias de todo tipo aumentaron: alimentación, salud, educación, agua potable, electrificación.
Yucatán es un estado rico si consideramos que en la entidad se produce maíz, frijol, calabaza, chile habanero, papaya, pepino, que destaca como productor de cítricos como el limón, la naranja. El estado es el principal productor y exportador de miel, pero hay que decir, que todo eso es el resultado del trabajo de los campesinos y apicultores pobres que realizan esta actividad productiva y reciben a cambio un salario mísero.
Además, el campesino pobre si tiene una pequeña parcela se levanta temprano, va al monte, prepara la tierra y, apoyado por su familia, siembra, cuida y cosecha, entonces ¿por qué se les niegan los apoyos necesarios para que sigan produciendo?
Con los apicultores también sucede los mismo, no pueden acceder al programa peso a peso que la Secretaría de Desarrollo Rural implementa cada años, cuando lo que piden son cosas sencillas como el fertilizante, herbicidas, herramientas, azúcar, colmenas, implementos apícolas, entre otros; en otras ocasiones se les niega también otro tipo de apoyos como la vivienda y las despensa, se les da largas o salen con que “no te puede apoyar, porque si no, al rato vendrá otro a pedir apoyo y como no hay presupuesto para todos, mejor a ninguno” o “no hay presupuesto regresa después” o “sí, te vamos a solucionar solo ten paciencia” excusas para no ayudarlos y cumplir con su obligación de gobierno.
En el municipio de Yaxcabá, uno de los más marginados del estado que tiene el 88.8 por ciento de su población en situación de pobreza, la gente organizada en Antorcha entregó un modesto pliego petitorio de demandas, en el mes de septiembre, a la actual administración que encabeza Genri Alberto Pacab Herrera, pero hasta la fecha no ha habido una respuesta concreta. También, a nivel estatal, han formalizado peticiones desde hace más de tres años. al gobierno que encabeza Mauricio Vila Dosal, y tampoco ha habido solución.
Esto sólo demuestra la falta de sensibilidad por parte del gobierno, que no ve que el pueblo sufre, que el pueblo solo pide un poco de lo mucho que ellos mismos producen todos los días, con sus manos callosas, y sus cansadas espaldas. Sin embargo, ellos también pagan impuestos, son ciudadanos y tienen derechos.
No es fácil para el campesino hacerse oír, porque la política del gobierno es ignorar a los pobres, por eso la necesidad de organizarse, y si nos movilizamos y denunciamos no es porque nos guste llamar la atención, sino porque es una necesidad. Por eso, ¡Yo sí voy a la marcha este 21 de abril!
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