MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

¡Huitzilan defiende su libertad y decisión!

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     Cuba, una pequeña nación a sólo unas decenas de kilómetros del país más poderoso del mundo, que hace más de 50 años se liberó de la bota del imperialismo yanqui a través de una ardua lucha encabezada por hombres valientes e inteligentes, nos da hoy mismo, como muchas veces antes, una lección de organización popular y de determinación a mantenerse libre a costa de la vida misma de sus habitantes.

     Asediada por los norteamericanos, bloqueado económica, comercial y financieramente, Cuba ha resistido los más duros embates que se le han presentado. Desde el intento de desembarco de los mercenarios proyanquis en Bahía de Cochinos en 1962, hasta las más duras crisis en el llamado Periodo Especial, derivado de la caída de la Unión Soviética y la desaparición del Bloque Socialista en Europa del Este. 

     Hoy, para parar el golpe desestabilizador promovido por los medios de comunicación occidentales y algunos personeros proyanquis con la dirección de los halcones del gobierno estadounidense (quienes desde Donald Trump introdujeron más de 243 medidas contra el gobierno cubano, 50 de ellas desde el periodo de la pandemia), millones de cubanos han tomado las calles en defensa de su gobierno y de su país. Es el pueblo educado, que ha comprendido que la demagogia de sus enemigos son como cantos de sirena para embaucar ciegos y sordos, el que ha salido en defensa de su patria.

     Pues bien, la lección que nos da la pequeña pero valiente isla debemos tomarla los mexicanos, en particular para quienes luchamos por la liberación del pueblo pobre de México de un sistema que la oprime y empobrece. 

     La lucha social es difícil porque hay que enfrentar atodo el poder político e ideológico de quienes tienen la dirección económica en sus manos y, en el México de este sexenio aún más, porque los poderosos se camuflan bajo un traje y discurso pseudoizquierdista gubernamental, cuya demagogia ha logrado adormecer o corromper la conciencia de una buena parte del pueblo mexicano y ha comprado a través de las entregas directas de dinero a otro importante sector de la ciudadanía, en vez de propiciar los medios para ganarse la vida decorosamente. 

     Pero el sacrificio desplegado por cientos de activistas antorchistas en el territorio nacional desde hace casi 47 años con la lucha de los pobres por la solución a sus necesidades básicas, dando ejemplos de valentía y haciendo claridad a los sectores más marginados para que sepan el origen de la pobreza y de sus males, ha permitido que en regiones y pueblos completos vayan comprendiendo cada vez mejor la causa de la injusticia social y no se dejan embaucar por la demagogia barata y buscan el desarrollo, la paz y el progreso.

     Así es como en Huitzilan de Serdán, a contrapelo de varios municipios en la región, el pasado 6 de junio la ola morenista se estrelló con un pueblo educado y organizado, que no se dejó vender con las dádivas ni se intimidó con las amenazas de quienes usaron los programas sociales para forzar a la gente a votar por el candidato de Morena. El pueblo huitzilteco eligió a Josué Elías Velázquez Bonilla, no sólo porque su juventud e inteligencia lo respaldan como candidato idóneo del pueblo sino, sobre todo, porque representa el proyecto de continuidad y progreso en este municipio indígena.

     Pero el pueblo también votó en contra del regreso del cacicazgo representado por el grupo político que hoy usa la careta de morena, precisamente porque era evidente que detrás del ex candidato Gabriel Maldonado Romero estaba el cacique, hijo de caciques, Alonso Aco Cortés. Tan es así, que fue su coordinador de campaña y financiero y sus familiares más cercanos fungieron como representantes de dicho ex candidato morenista ante las instancias electorales.

     Huitzilan de Serdán sabe bien la historia de los Aco y algunas otras familias llegadas de Tetela de Ocampo, que hace algunas décadas se apropiaron con engaños y fraudes de las tierras de los indígenas; hoy son dueños de fincas y de empresas y se duelen de que teniendo el poder económico, desde hace tiempo perdieron el poder político y ansían recuperarlo. Por eso ahora, ante el fracaso de su candidato en las elecciones de junio pasado, después de impugnar dichos comicios con argucias legaloides, han instrumentado una sucia campaña mediática de terror en las redes sociales, en donde dos o tres personas manejan diversas cuentas falsas para calumniar, amenazar y crear un ambiente de desestabilización, procurando criminalizar a líderes sociales con miras a agredirlos. 

     Los caciques y sus esbirros no entienden que es eso precisamente lo que el pueblo indígena de Huitzilan rechaza;los morenistas no alcanzan a comprender que el pueblo huitzilteco desea conservar la paz que, con su lucha y la sangre de sus mejores hombres, ha conquistado desde hace casi cuatro décadas, luego de quitarle el poder a los caciques que habían convertido a este municipio en poco más que una tierra de nadie o un “cementerio maldito”.

     Los indígenas saben bien lo que cuesta tener un municipio de progreso y ya han arriesgado su vida para defender su voluntad, ahora no será la excepción. Acudirán a las instancias legales y correspondientes para impedir cualquier imposición, y llegado el caso, tomarán las calles y los lugares públicos de la cabecera y de los pueblos para conjurar cualquier agresión de parte de quien venga, porque sabe que la democracia es “el poder del pueblo”. La lucha hizo libre al pueblo de Huitzilan de Serdán y defenderá la libertad que pretenden arrebatarles los caciques que se cobijan hoy en morena.

     El ejemplo del pueblo cubano de organización y determinación para defender a su patria nos demuestra que son la mejor arma ante las amenazas de quienes buscan tener a los pueblos sometidos. Y así como en Cuba no se requiere “ayuda humanitaria” sino que sólo pide el cese del bloqueo económico, los antorchistas de Huitzilan no pedimos nada del gobierno morenista, salvo el respeto a la voluntad popular expresada en las elecciones del pasado 6 de junio. Valga para todos una frase del gran Fidel Castro para referirnos a quienes nos atacan y pretenden arrebatarnos el triunfo conquistado pacíficamente: “Que digan ellos su mentira, ¡que nosotros diremos nuestra verdad! Lo que tienen que saber es que aquí hay gente que está dispuesta a defender su derecho y que sabe defender su derecho”. Que conste.

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