A estas alturas ningún mexicano sin prejuicio duda del hartazgo e inconformidad generalizado del pueblo pobre de México; la vida de los trabajadores mexicanos es cada vez más escasa puesto que en estos últimos años en vez de aminorarse se agrava la situación en todos los ámbitos de la vida.
También sabemos, fundamentado por los especialistas independientes, gracias a los análisis científicos que han realizado una y otra vez, sobre la explicación de las causas profundas de los males y las medidas que deberían implementar los gobiernos a largo y corto plazo para ir erradicando la pobreza y sus derivados y, así aliviar las consecuencias en que se debate nuestro país en materia de salud, educación, desempleo y el nulo crecimiento económico.
La molestia y hartazgo de la gente no es gratuita, pues han visto, saben (aunque sea superficialmente), que los gobiernos de los tres poderes han elaborado políticas públicas donde no se contempla el bienestar de los ciudadanos en los sectores más necesarios, sino que buscan envilecerlo haciéndolo depender de una limosna, en lugar de realmente dignificar la vida como seres humanos con buena vivienda, servicios de salud y educación de calidad, trabajo, precios bajos de la canasta, etc.
Los mexicanos están hartos de la impunidad, de la mentira de funcionarios que solo se ocupan de sus intereses personales, en muchas ocasiones, lo poco que llegan hacer con dinero del pueblo es para postularse y seguir escalando en el poder por ellos y para ellos, muchos sin ningún proyecto para la sociedad, sólo proyectos personales, aislados del pueblo.
A pesar de que las leyes, que la misma clase gobernante ha elaborado, le ordenan cumplir tareas elementales para con sus gobernados, simplemente no les interesa hacer justicia a los más necesitados, sino que muchas veces se suman a cometer injusticias a quienes no tienen forma de defenderse, como dijo el poeta Rumano, Mihai Eminescu en su poesía “Emperador y proletario”:
“Leyes no necesitan – la virtud vive sólo donde está la riqueza -,
la ley es para ti, es a ti a quien la imponen,
a quien echan la pena cuando alargas la mano hacia el bien tentador,
pues no han de perdonarte aunque mueras de hambre.
¡Aplastad este orden tan cruel como injusto, que entre ricos y pobres el mundo ha dividido!
Pues después de la muerte no existe recompensa, haced que en este mundo os den la parte justa.
¡Igualdad para todos y vivid como hermanos!”
Así han sufrido las familias de la colonia La Candelaria de la capital de Guerrero, tienen 16 años viviendo en este lugar desde que la Señora María Neftalí González López cayó con ellos como paracaidista en el año 2005. Ahora resulta que ella es la propietaria. Y les ha hecho la vida imposible a las familias. Hay datos, nombres, de muchas familias que ha desalojado de sus casas, que les ha quitado sus pertenencias que con esfuerzo se han hecho de ellas, la última víctima fue la señora Balbina Jiménez Molina de 73 años, que el 22 de diciembre pasado fue violentamente desalojada, tenía una casa de madera donde ahora vive la hija de la señora defraudadora. Todo esto porque se niegan volver a pagar sus lotes, que ya le pagaron a ella y a otras personas que ella envío a cobrar, cuyos recibos hemos exhibido ante INVICH y que la señora no quiere reconocer.
Hoy ante el Registro Público de la Propiedad del Estado y las autoridades saben que el dueño del predio es el H. Ayuntamiento de Chilpancingo, y los habitantes tienen años pagando predial a nombre del municipio, a pesar de ello, se ha declarado sin autoridad para resolver a favor de las familias y se vale de la defraudadora para dividir y poner en riesgo la integridad física de los habitantes. He aquí la pregunta. ¿Quién hizo propietaria a una señora que cuando llegó como paracaidista, la única tierra que traía es la de los zapatos?
La indiferencia ante la injusticia y el ayuntamiento se hace cómplice de ella, pero no sólo eso, sino que como Gobierno que tiene que velar por el interés del pueblo, cuidando el tejido social para haya armonía, pero también como propietario del bien inmueble con el deber legal de resolver, es una injusticia no hacerlo porque deja a las familias a la deriva del abandono. A este respecto el código penal federal actual señala en los siguientes preceptos y en su apartado de Reglas Generales sobre Delitos y Responsabilidad, en su Art 7º, que: Delito es el acto u omisión que sancionan las leyes penales. “En los delitos de resultado material también será atribuible el resultado típico producido al que omita impedirlo, si éste tenía el deber jurídico de evitarlo. En estos casos se considerará que el resultado es consecuencia de una conducta omisiva, cuando se determine que el que omite impedirlo tenía el deber de actuar para ello, derivado de una ley, de un contrato o de su propio actuar procedente.
Por ello la lucha de los colonos no es arbitraria puesto que también existe un convenio firmado por el licenciado Antonio Gaspar Beltrán, Presidente Municipal Constitucional de Chilpancingo y por el Gobierno del estado, licenciado Florencio Salazar Adamen, secretario general de Gobierno del estado y los representantes de la colonia, donde el acuerdo específica que con objeto para compra de 26 lotes y entrega de escrituras para dar la certeza jurídica del patrimonio de los posesionarios y que ahora el ayuntamiento no ha querido cumplir su compromiso de aportar su parte, casi $700,000.00 pagaron las familias y así el Gobierno del estado a la cuenta del Ayuntamiento en cumplimiento al convenio. Es doloroso ver a las familias que tuvieron que conseguir el recurso que hasta ahora siguen pagando con intereses donde les prestaron para cumplir el acuerdo para que el ayuntamiento al final diga que no puede hacer nada y se quiera robar el dinero de los colonos. ¿No es suficiente que el gobierno municipal esté comiendo de nuestros impuestos?
Continuaremos con nuestra lucha haciendo uso de nuestros derechos constitucionales, exigimos alto a las injusticias y complimiento a los compromisos del ayuntamiento. Nadie en su sano juicio puede convencerse que un presidente municipal no puede hacer nada ante tales injusticias, se ve claro que hay complicidad y abuso de autoridad. Todos los ciudadanos progresistas de Chilpancingo debemos condenar semejante actitud.
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