De acuerdo con el Centro Nacional de Información Ambiental de Estados Unidos, el mes de junio pasado fue el más cálido en la historia, ya que las temperaturas estuvieron por encima del promedio en la mayor parte del mundo, entre ellas: África, Asia y América, que registraron el mes más caluroso.
Señaló también que son trece meses consecutivos de temperaturas globales récord y la segunda extensión más baja de hielo marino en la Antártida, también durante el mes de junio.
En el caso de México, se estima que la ola de calor sea desde la tercera semana de marzo y se prolongue hasta la tercera semana de octubre.
La contaminación que calienta el planeta está impulsando el aumento de la temperatura global de los océanos, que ahora han experimentado un año completo de calor extremo y gracias a este calentamiento el impacto de los huracanes se vuelve más peligroso.
Pero no se debe perder de vista que la temporada de huracanes del Atlántico en este 2024 ya inició y se estima que habrá entre diecisiete y 25 tormentas, de las cuales entre ocho y trece podrían convertirse en huracanes.
Y de ese total, podría haber entre cuatro y siete huracanes entre categorías de 3 a 5. En nuestro país, las autoridades pronostican que se desarrollarán entre quince y dieciocho sistemas en el océano Pacífico y que entre cuatro y cinco serán huracanes categorías 1 o 2, y entre cuatro y cinco serán huracanes entre categorías 3 y 5.
La contaminación que calienta el planeta está impulsando el aumento de la temperatura global de los océanos, que ahora han experimentado un año completo de calor extremo y gracias a este calentamiento el impacto de los huracanes se vuelve más peligroso.
Al mismo tiempo, los niveles mundiales del mar están aumentando a consecuencia del rápido derretimiento de las capas de hielo y los glaciares.
Un aumento de cinco centímetros puede significar una diferencia dramática en qué tan tierra adentro puede llegar la marejada ciclónica de un huracán.
El incremento de la temperatura provoca que haya más vapor de agua en la atmósfera y, por tanto, la posibilidad de que caiga más agua en forma de lluvia y de tormentas.
De esta manera, el Servicio Nacional de la Comisión Nacional del Agua, desde la primera quincena del mes de junio, ha alertado sobre las fuertes lluvias que se están registrando en el país, acompañadas de ciclones tropicales y huracanes.
Así, la caída de agua se ha dejado sentir en los estados de Chiapas, Veracruz, Puebla, Tamaulipas, Hidalgo, Oaxaca, Nuevo León, Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Estado de México y Ciudad de México, lo que ha provocado también el registro de inundaciones en varios municipios.
Sólo a manera de ejemplo, las lluvias por la tormenta tropical Alberto en el norte del país dejaron cuatro personas fallecidas, inundaciones, carreteras cerradas, poblaciones incomunicadas, ríos y arroyos desbordados.
Las fuertes precipitaciones de los últimos días de junio provocaron inundaciones tanto en la Ciudad de México como en el Estado de México. En el estado de Guerrero, el municipio de Tlapa de Comonfort estuvo en estado de emergencia tras las intensas lluvias de hace unos días en la región, que provocaron también inundaciones severas y el arrastre de vehículos en varias colonias.
Y el pronóstico es que en las próximas horas se producirán más tormentas en 16 entidades a consecuencia de los sistemas meteorológicos que influirán en las condiciones climáticas.
Todos pudimos ver a través de los medios de comunicación cómo cientos de familias de los municipiosde Chalco, Cuautitlán y Ecatepec, con sus viviendas inundadas y que prácticamente perdieron todo, se quejaban de que las autoridades de los tres niveles de Gobierno las han abandonado a su suerte.
Y esta situación se repite en la mayoría de los estados y municipios afectados por las inundaciones. Todo esto sucede mientras el Gobierno Federal y los diputados morenistas acordaron, en este sexenio, la extinción de 109 fideicomisos, entre ellos el Fonden, con el argumento de que había malos manejos de los recursos por parte de los funcionarios.
Pero en este caso, como en todos los demás, no se comprobó nada, ni tampoco metieron a la cárcel a nadie, y solo ha significado más dolor y más sufrimiento para miles de familias en estos momentos de desgracia. Y como siempre, sólo el pueblo, siempre fraterno y solidario, es quien ha acudido en apoyo de sus hermanos de clase.
Esta es una razón más de la urgente necesidad de la organización y educación de los más menesterosos para que no se conformen con unas cuantas monedas a cambio de su seguridad, su patrimonio y su propia vida.
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