Querido y amable lector, en mi colaboración de esta semana, quiero abordar un tema que se dio a conocer recientemente en los medios de comunicación; la noticia de que la Secretaría de Educación Pública (SEP) eliminó el Programa de Escuelas de Tiempo Completo (PETC), el cual apoyaba con alimentación y horas de clase suplementarias a 3.6 millones de niños en condiciones de pobreza en México.
El PETC llevaba más de una década en operación en unos 27 mil colegios del país, y ha sido borrado de un plumazo por el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador. La secretaria de Educación Pública, Delfina Gómez Álvarez, dijo que la decisión fue tomada para priorizar el presupuesto en la mejora de las infraestructura y equipamiento.
El PETC beneficiaba a estudiantes de entre 5 y 14 años, que cursaban sus estudios en el nivel básico, preescolar, primaria y secundaria. Contemplaba jornadas entre 6 y 8 horas diarias de clase, para aprovechar mejor el tiempo disponible para el desarrollo académico, así como para las actividades relacionadas con el conocimiento del civismo, humanidades, ciencia y tecnología, artes, en especial la música, la educación física o lenguas extranjeras sobre todo inglés.
Además, incluía al medio día un almuerzo caliente para los alumnos. Un análisis del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), en 2019 constato que para el 11 por ciento de los niños incluidos en el programa esa era su única comida en todo el día. Son los niños de familias marginales, los que tienen el mayor rezago escolar.
Por tanto, la eliminación del PETC llega en un momento crítico después de casi dos años de escuelas cerradas por la pandemia. La crisis sanitaria ha disparado el abandono escolar y ha ensanchado la desigualdad entre los alumnos de colegios públicos y privados. La parte que más duele es que justo lo que necesitamos ahora es reforzar lo que los niños no han aprendido durante el encierro, y esta medida es justo lo contrario.
En días pasados la periodista Adriana Márquez, del periódico El Sudcaliforniano, entrevistó al presidente de la Asociación de Padres de familia del estado, Oscar Montaño, quien manifestó que es lamentable que eliminen un programa que vale la pena sostenerlo y mejorarlo, ya que podría ser una pieza clave para trabajar en el rezago educativo que existe por la pandemia; detalló que 286 planteles en el estado dejarán de contar con un programa que no solo favorece a la educación, sino también a la alimentación de los menores.
Durante el ejercicio 2019 el PETC benefició a 282 escuelas del nivel básico en los cinco municipios, 42 escuelas de preescolar, 6 de educación especial, 48 telesecundarias y 186 primarias. Durante el mismo periodo se tuvo un total de 33 mil 276 alumnos beneficiados. Del total de las escuelas beneficiadas en la entidad, 22 de ellas cuentan con el servicio de alimentación; de las cuales 3 pertenecen a Secundaria, 15 a primaria y, 4 a Preescolar, las cuales atienden población escolar con elevados índices de marginación y condición alimentaria deficiente.
El argumento que dio López Obrador, en la mañanera del lunes 7 de marzo, del porque se elimina el PETC, fue que se manejaba con mucha intermediación, que se creó cuando existía corrupción, que no les llegaban los apoyos a todos, que no llegaban a todas las comunidades más pobres y que, en algunos casos, ni siquiera se aplicaba el recurso, por lo que después de un análisis decidió entregar el dinero de manera directa a la sociedad de padres de familia y que ellos decidan en que se gasta.
Por la supuesta corrupción se canceló el aeropuerto de Texcoco, el seguro popular, desaparecieron las estancias infantiles, se dejó de comprar medicamentos para atender a los niños con cáncer, se desaparecieron 109 fideicomisos, entre ellos, el Fondo de Desastres Naturales, Fondo de Inversión y Estímulos al Cine, Fondo para el deporte de alto rendimiento, Fondo para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, pero en ninguno de los casos se han dado las pruebas del supuesto mal manejo de dichos recursos y tampoco hay nadie tras las rejas. A finales del mes de enero nuestro país ocupaba el lugar número 124 de 180 en el combate a la corrupción. Según información proporcionada por el Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional.
El pasado 21 de febrero la Auditoria Superior de la Federación (ASF) anunció que había detectado posibles actos de corrupción en el erario por más de 10 mil millones de pesos en las obras emblemáticas del presidente. La misma dependencia reveló que algunos programas sociales como Sembrando vida, Jóvenes Construyendo el futuro, Pensión para Adultos Mayores y otros de apoyo al campo estarían plagados de irregulares.
La decisión de eliminar el PETC es incorrecta y traerá graves consecuencias, ya que nuestro país encabeza la lista del peor lugar en educación, pues solo el 25.9 por ciento de los jóvenes siguen estudiando después de la secundaria.
En Baja California Sur, afectará a más de 30 mil estudiantes que se veían beneficiados, en los cinco municipios. El gobernador, Víctor Manuel Castro Cosío, debiera retomar la aplicación de dicho programa para favorecer a la niñez y la juventud.
Hacemos un llamado a todos los padres de familia sudcalifornianos a organizarse y exigir educación de calidad para la juventud que es el futuro de México, la Secretaría de Educación Pública debe de servir al pueblo no solo al presidente.
Quisiera terminar con esta frase del poeta cubano José Martí: “Educar es depositar en cada hombre toda la obra humana que le ha antecedido: es hacer a cada hombre resumen del mundo viviente, hasta el día en que vive: es ponerlo a nivel de su tiempo, para que flote sobre él y no dejarlo debajo de su tiempo, con lo que no podría salir a flote: es preparar al hombre para la vida.”
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