Tarde, muy tarde reaccionó el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, a la presencia del coronavirus en México. Como es del conocimiento público, este virus mortal y de rápida propagación, hizo presencia por primera vez en la Ciudad de Wuhan, China, causando de manera sorprendente decenas y aun centenas de muertos en muy pocos días, de ahí se extendió a países como Italia, Alemania, Francia, España, Irán, Ecuador, entre otros; en todos ellos causó y está causando verdaderas tragedias, como es el caso de Ecuador en donde sus muertos permanecen varios días en las calles.
Cuando todo lo anterior era del dominio público y cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS), recomendaba a todos los gobiernos del mundo adoptar medidas sanitarias, el presidente de México, minimizaba tales recomendaciones, a tal grado que él y su círculo cercano seguían recomendando a la población a seguir su vida normal, a seguir abrazándose y besándose; incluso cuando ya su subsecretario de salud, Dr. Hugo López-Gatell, recomendaba quedarse en casa, aislarse, evitar saludarse de mano y guardar "la sana distancia", el presidente continuaba sus giras, donde se reunían cientos y aun miles de ciudadanos, como sucedió en Oaxaca y luego en Sinaloa.
Ya con el agua al cuello, no tuvo más remedio que llamar a la gente a guardarse en su casa, a no salir más que a lo indispensable, pero el daño ya estaba hecho. Fueron semanas perdidas donde debió concentrar sus esfuerzos a revisar todo el sistema de salud de nuestro país, que estuviera en las mejores condiciones para enfrentar esta pandemia, pero, fue todo lo contrario, y, las consecuencias todos las conocemos.
Aunque se ha empezado a equipar los hospitales, todavía son más los que a estas alturas carecen de equipos e insumos adecuados y suficientes, así lo evidencian los reclamos de médicos y enfermeras que a lo largo y ancho del país se han manifestado en las calles o en sus nosocomios, para exigir mejores condiciones para su trabajo, pues muchos de sus compañeros ya han muerto al no contar con ellas. También a estas alturas, no se han realizado las pruebas suficientes a toda la población de nuestro país, para verificar con exactitud el número total de contagiados y así, aislarlos del resto de la población. Esto refleja que el gobierno federal no quiere invertir el dinero para preservar la salud.
Con todo lo que observamos, podemos concluir que nuestro país está enfrentando a esta terrible pandemia con un sistema de salud colapsado y con un gobierno indolente. Sumado a esta situación del sector salud, se encuentra el sufrimiento de millones de mexicanos que se han quedado sin ingresos por la parálisis económica en que se encuentran las empresas en donde laboraban y con la prohibición de laborar diariamente como es el caso del 60 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA), que vive de la economía informal, para ellos la situación alimenticia de sus familias es cada día más difícil, el "Quédate en tu casa", se está convirtiendo en hambruna, pues hasta la fecha no cuentan con apoyos del gobierno.
El gobierno federal, que encabeza el licenciado Andrés Manuel, cree que son suficientes los programas que implementó al inicio de su gobierno, tales como: Sembrando Vida, Jóvenes construyendo el futuro, Adultos Mayores, Programa de Discapacitados, las Tandas; pero, en primer lugar estos solamente cubren un universo de 15 millones de personas (fuente: INAI), dejando fuera a la mayoría de la población que fue discriminada en los censos, pues estos nunca fueron visitados por los "siervos de la nación". Es pues, una equivocación suponer que con dichos programas el pueblo de México saldrá avante de esta emergencia sanitaria.
Los antorchistas del país en voz de nuestro dirigente nacional, ingeniero Aquiles Córdova Morán, hace unos días hicimos un pronunciamiento para que el gobierno de la república asuma su responsabilidad social de manera plena, e instrumente un programa alimentario que abarque a toda la población de menores ingresos, mientras dura la pandemia. Que se entreguen despensas con alimentos suficientes, este programa urge, dado que viene la etapa más crítica, donde el aislamiento será mayor. Lo mismo pedimos que se realice por los gobiernos estatales, pues, salvo excepciones, la mayoría de ellos han ignorado esta necesidad de sus representados; en Sinaloa a pesar de que le hemos insistido al Lic. Quirino Ordaz Coppel, que eche a andar este programa, a la fecha no se ha realizado y, conste que el programa no lo solicitamos exclusivamente para los antorchistas, sino para toda la población vulnerable y cuyo manejo debe ser institucional, sin discriminar a ningún mexicano por su preferencia política, religiosa u de otro tipo, y si para echar a andar este programa alimentario se tienen que cancelar o suspender temporalmente los proyectos como, el tren Maya, la Refinería de 2 Bocas, El Corredor Transístmico, el Aeropuesto de Santa Lucía, se debe hacer, pues la situación lo amerita, pues de no ser atendida esta necesidad urgente del pueblo, que no nos sorprenda que al rato, por hambre, la gente salga masivamente a causar disturbios, más vale un grito a tiempo, tal y como lo está haciendo el antorchismo nacional.
También, la población pide al gobierno federal y más en los estados donde la temperatura es elevada, como en el caso de Sinaloa, Sonora, Baja California Sur, Tamaulipas, etcétera, que se condone el pago de luz, tal y como se está haciendo en los gobiernos de otros países con menos riqueza que el nuestro, y, si esto no es posible, cuando menos que se prorrogue el pago para después del periodo de la pandemia.
Finalmente, los Antorchistas llamamos a todos los mexicanos a elevar la voz, que el QuédateEnCasa, no sea impedimento para defender nuestros derechos y nuestras necesidades. Que nuestra voz se escuche a través de las redes sociales, exigiendo a las autoridades de diferente nivel, cumplan con su compromiso social de garantizarle a las familias, en estos difíciles momentos, la salud y la alimentación, es decir la vida.
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