Las condiciones de crisis que se viven a nivel nacional son de preocuparse porque en ese contexto hay tres temas que, a mi parecer, son los que más empeoran la pobreza de los mexicanos.
Primero, el encarecimiento de los precios de la canasta básica, que se registra desde enero y que ha hecho que algunos productos aumenten sus costos exorbitantemente, como el limón que está a más de 50 pesos por kilogramo, el aguacate en más de 100 pesos el kilo, la tortilla en algunos lugares ya cuesta hasta 23 pesos por kilo.
En fin, un centenar de productos básicos que suben y suben sus precios, y en contraste un obrero que gana 200 pesos al día no tiene la posibilidad de surtir su despensa semanal, lo que antes compraba con 500 pesos, ahora ya no le alcanza, así se ve obligada la familia a comer menos, por consecuencia viene la desnutrición de los niños y el aprendizaje tardío de los mismos.
Segundo, la inseguridad que ha azotado en nuestro país, el vecino estado de Zacatecas ha ocupado el deshonroso primer lugar nacional en inseguridad que ha afectado significativamente a los pueblos que están en las zonas limítrofes, como ocurre con el municipio del mezquital, en donde la población quedó en medio de la guerra que ha desatado el crimen organizado. Muchos pobladores, incluso, han optado por salir de sus hogares e ir a la capital a trabajar y han dejado sus casas a la suerte, con el riesgo de que sean saqueadas o de que los animales que dejaron desaparezcan.
La tercera, la covid-19, la enfermedad que se ha propagado por el mundo, de la que el estado de Durango no es la excepción; según datos de la Secretaría de Salud local, desde que empezó la pandemia la entidad ya lleva 65 mil 811 casos positivos acumulados, mil 153 sospechosos y 3 mil 434 defunciones. Los duranguenses ven cada vez más lejano la salida de esta asfixia.
Y para ponerle más sal a la herida, el Gobierno federal eliminó el Programa de Escuelas de Tiempo Completo (PETC) que sí ayudaba a la niñez, sobre todo en las regiones serranas. El PETC que consistía en ampliar el horario de clases y de dar alimentación a los alumnos; ahora, con la desaparición, las familias de escasos recursos se ven en un panorama cada vez más difícil.
Lejos de que los diputados de la esperanza de México estuvieran del lado de los más pobres están en contra de ello, y eso lo confirma, por ejemplo, el diputado morenista Eduardo García Reyes, quien declaró ante los medios de comunicación que “el estado no es responsable de darles de comer a los niños”, ese es el discurso de los que decían que “primero los pobres”.
Morena no es la esperanza que necesita México, lo que necesita el país, es que el propio pueblo se eduque, se organice y luche para lograr un mejor país con más oportunidades para todos, en el que los trabajadores tengan un mejor salario que les alcance para comprar la canasta básica, puedan alimentarse y vivir bien, en donde el gobierno combata realmente la inseguridad, y que el servicio de salud sea de mejor calidad.
Requerimos de un país con futuro en educación de calidad y que sean beneficiados todos los mexicanos.
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