De nueva cuenta, los medios de comunicación dominados por el imperialismo norteamericano y sus satélites difunden mentiras para desprestigiar a sus adversarios que no se someten a los dictados de la Casa Blanca y rechazan su intención de dominar el mundo. Tal es el caso, reciclado, del surgimiento de la epidemia de Covid que, sin argumento científico válido, dichos medios intentan hacernos creer, mediante repetición insistente, como “una fuga” de un laboratorio de la ciudad de Wuhan, China, para presentar a sus supuestos creadores como malévolos científicos de una maquinaria de guerra bacteriológica que usarán los rojos comunistas chinos, un complot monstruoso contra el mundo “pacífico y libre” lidereado, claro está, por la “democracia” estadounidense, auto presentada como noble defensora de sistema de vida occidental.
Este nuevo intento de responsabilizar a China de la pandemia se da en un ambiente de continuos ataques a su prestigio internacional, como la reciente farsa de presentar como armas sus globos de investigación científica y hacer de esta otra mentira todo un show mediático que ha mantenido expectantes a las poblaciones de Canadá y EU, despertando temor a la “amenaza china”. Además, se da en el intento de presentar la defensa patriótica de su propio territorio como una agresión a ese mundo “libre”, como es el caso de Taiwán, territorio que el mundo acordó reconocer como parte integrante de una sola República Popular China, y que hoy las protervas potencias quieren presentarnos como un caso que merece la guerra, enviando armamentos y tropas a esa isla. En este ambiente precursor de guerra imperialista, resurge, casi mágicamente revivida por los periódicos y medios de comunicación sometidos al tirano mundial, la farsa de la fuga como un eslabón más de la cadena de arteras agresiones la nación china. (consúltese “La mentira del laboratorio de Wuhan: ´Armas de destrucción masiva´ de nuevo”, en www.wsws.org, del 1 de marzo del presente).
Esta farsa ha llegado hasta el absurdo de decirle al mundo que los chinos han conspirado enviando a sus agentes contaminados para diseminar a propósito la enfermedad por todo el planeta, es decir, se nos quiere meter en la cabeza que todos somos víctimas de la maldad personificada en “esos malditos comunistas chinos, aliados del demonio”, que merecen desaparecer de la faz de la tierra. Quieren manipularnos con mentiras y, además, que le rindamos culto a esas mismas mentiras. Cuidado: el mundo bien sabe a dónde conduce la satanización de los adversarios. En realidad, el principal agresor e impulsor de guerras en nuestros días es el propio Estados Unidos y sus títeres de la OTAN.
Conviene recordar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) sí llevó a cabo, en marzo de 2021, una investigación científica especial para determinar el surgimiento de la pandemia, en la que 34 expertos internacionales elaboraron un informe de 120 páginas que concluye, sin genero de duda, que la enfermedad tiene un origen natural, esto quiere decir, más claramente, que surgió en la naturaleza (particularmente en murciélagos, entre los cuales ese tipo de virus es huésped cotidiano) sin intervención del ser humano, independiente de su conciencia; el mismo reporte presenta la conclusión de que la creación o incubamiento de la enfermedad en un laboratorio es el escenario más improbable racionalmente para su expensión (“Origen del Covid-19, natural: OMS”, en www.eluniversal.com.mx, del 5 de mayo de 2021, y “¿Cuál es el origen del nuevo coronavirus? Estas son las teorías de la Organización Mundial de la Salud”, en www.cnnespanol.cnn.com , del 31 de marzo de 2021). Este conocimiento, que reúne todas las condiciones para considerarse de tipo científico, fue elaborado incluyendo en la investigación a expertos de la OMS, la Red Mundial de Alerta y Respuesta a Brotes y la Organización Mundial de Sanidad Animal, y en cuyo proceso la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) participó como observadora.
En esencia, pues, hay dos versiones, dos puntos de vista: una idealista, que defiende la creación de esta enfermedad en última instancia como producto de la conciencia humana, en este caso de desquiciados científicos chiflados y comunistas que desde su laboratorio quieren acabar con el mundo libre, donde rige el capitalismo “liberador”, que “da empleo” a la humanidad; llamémosle a esta la versión del Capitán América, que defiende los sacrosantos intereses económicos del gran capital; y la otra, una concepción materialista que, basada en el método científico, entiende a la Covid-19 como un proceso natural, propio de las altas capacidades de adaptación y mutación de los virus. Los resultados prácticos de ambas versiones y sus consecuencias se pueden apreciar en las cifras de muertes por Covid-19: más de un millón tan sólo en Estados Unidos y 800 mil en México, y menos de 90 mil en China, país que, si contara con la misma población de esos dos países juntos, apenas tendría menos de 30 mil muertes, debido a su más efectiva y superior estrategia de protección de la población.
Vea usted tan sólo el título de estos dos cables noticiosos y podrá darse una idea de quién realmente promueve guerras bacteriológicas en el mundo: “EU tiene más de 30 laboratorios biológicos en Ucrania: Rusia”, www.tvazteca.com del 8 de marzo de 2022 y “Estados Unidos admite que hay laboratorios biológicos en Ucrania que financia el Pentágono y están bajo peligro”, http://bles.com del 9 de marzo de 2022. La misma nota da cuenta de que China denunció que “Estados Unidos tiene 336 laboratorios en 30 países bajo su control, incluidos 26 solo en Ucrania… Debe dar cuenta completa de sus actividades militares biológicas en el país y en el extranjero y someterse a verificación multilateral”. El Capitán América no está tan limpio de culpa que digamos, no es más que un cínico hipócrita, que reacciona bestialmente cuando es evidenciado.
Así, pues, a pesar de contar con fundamentadas opiniones de científicos y especialistas en la materia, el despotismo mundial desprecia sus conclusiones porque no le convienen para impulsar la guerra, su más importante negocio, sin importarle lanzar a la muerte a multitudes e impedir, con sanciones, bloqueos y embargos, el fructífero intercambio internacional de experiencias médicas. La verdad los desarma ideológicamente; debemos entender que el imperialismo no le sirve a la humanidad, sólo nos trae muerte, destrucción y mentira. Ya es preciso tirarlo en un contenedor al fondo del océano y nunca volver a abrirlo.
Los mexicanos, no debemos caer en el engaño, debemos rechazar estas manipulaciones, pues no sólo son ofensas a nuestra inteligencia, sino que siempre son pasos previos necesarios de una guerra ideológica para tratar de desacreditar a la nación agredida, a la que quiere que sea su próxima víctima, con el objetivo de justificar el golpe artero. De la boca del imperialista siempre salen sólo manipulaciones para que el mundo termine por aplaudir sus guerras, aunque vayan en contra de la razón y de los pueblos mismos, que sólo desean vivir en paz.
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