Las crisis migratorias no son un fenómeno nuevo. El hambre, la pobreza extrema, sumadas a la violencia, los conflictos sociales y los desastres naturales han dejado a millones de personas sin otra elección que escapar de sus lugares de origen para ir en busca de seguridad, en un primer momento, y ahora también en busca de trabajo. Los países que buscan más los migrantes son Estados Unidos, Alemania, Italia, Francia y España, entre otros más y se calcula que en el mundo hay 280 millones de migrantes internacionales, que buscan mejorar sus precarias condiciones de vida.
Estados Unidos es el principal país receptor con el 20 por ciento de inmigrantes. Desde América Latina, El Caribe, Sudamérica y ahora también de África, son miles de personas que se lanzan en busca del llamado “sueño americano”, a pesar de las múltiples tragedias que han sucedido, tanto al atravesar nuestro país como al intentar cruzar la frontera norteamericana, que es conocida mundialmente como “la más letal del mundo” como un reflejo de las políticas xenofóbicas y antinmigrantes mandatadas por la casa blanca, donde cada día hay más militarización en ambos lados de la frontera, además de las persecuciones, detenciones y deportaciones en contra de los migrantes.
En México, en ningún sexenio, se habían registrado tantas detenciones y deportaciones como las que ahora realizan la Guardia Nacional y los funcionarios del Instituto Nacional de Migración, apoyados por la Marina y el Ejercito, en su intento por frenar el éxodo a como dé lugar, desde nuestra frontera sur y a ello hay que sumarle la corrupción de la Comisión Mexicana de Ayuda a Migrantes (COMAR), que, usa además, el agotamiento para que las personas desistan de seguir adelante, al tiempo que, obliga a miles de migrantes a permanecer varados, por meses, en espera de resolver su situación de asilo político.
El programa “Quédate en México”, creado en el gobierno de Trump y aceptado por el gobierno federal , mediante el cual se obliga a quienes buscan llegar a Estados Unidos a permanecer en México hasta que su solicitud sea aprobada por las autoridades migratorias y en teoría plantea un país de puertas abiertas para los migrantes , pero se ha convertido en una política retentiva que mantiene a decenas de miles de migrantes atrapados y ha sido calificada como “inhumana”, además de que, ha permitido el crimen y la violencia en los campamentos fronterizos y la injerencia de bandas criminales de la delincuencia organizada.
En las últimas horas, más de 10 mil personas cruzaron la frontera hacia Estados Unidos y se estima que dicha cifra es similar a los récords que se alcanzaron durante mayo antes de que concluyera el llamado Titulo 42. El incremento del flujo migratorio ha provocado que este país decidiera cerrar de manera temporal el Puente Internacional 1. Y a que la empresa Ferromex, que es la división férrea del Grupo México, decidiera mantener parados los trenes que llegan a la frontera, ante el incremento notable de personas y el severo riesgo que representa para la integridad de ellas el uso de los trenes para transportarse.
Esta decisión de Ferromex mantiene a más de 5 mil migrantes entre jóvenes, adultos mayores, niños y mujeres embarazadas, varados en municipio de Irapuato, Guanajuato, y han organizado, debajo del puente Siglo XXI, uncampamento improvisado sin contar con dinero ni insumos primordiales, como agua y alimentos, en espera de que alguien los apoye para llegar a la frontera. Y aunque el Gobierno municipal de Lorena Alfaro, dio a conocer que realizaría algunas medidas a través del Consejo Municipal de Protección Civil y otras dependencias de su Ayuntamientopara apoyar a los migrantes y para mantener el orden y la seguridad de la población. Lo cierto es que, dichas medidas, en caso de concretarse, será temporal y no resolverán el grave problema que sufren los migrantes. Al momento de escribir estas líneas, han transcurrido más de 96 horas y los migrantes viven con incertidumbre, hambre, miedo y angustia al no saber cuando saldrán del municipio y si podrá ser a bordo del tren que los lleve a su destino.
El pasado 15 de septiembre, el presidente López Obrador, en el tradicional Grito de Independencia en el Zócalo capitalino, desde el balcón presidencial de Palacio Nacional, entre las arengas y sentencias de muerte que lanzo, agrego: ¡Que vivan nuestros hermanos migrantes! A sabiendas de la poca memoria que tiene el público y a sabiendas de que su política migratoria ha sido, como en otros muchos casos, un rotundo fracaso. Todos lo sabemos, este gobierno se ha mostrado incapaz de brindarles condiciones mínimas dignas de transito y estancia en nuestro país, a los migrantes, a pesar de que lo prometió desde el inicio de su administración. Pero no nos engañemos, el problema migratorio a nivel. mundial, solo se resolverá cuando se erradique la pobreza de la faz de la tierra y haya una mejor distribución de la riqueza en el planeta y esto solo será posible cuando los proletarios del mundo nos unamos yjuntos, haciendo a un lado la explotación del hombre, construyamos un mundo mejor para todos.
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