El presidente López Obrador no ha entendido que es titular del ejecutivo federal y está tomando atributos que no le corresponden, se califica como un rotundo fracaso el sistema de educación en México. AMLO abusa del poder, aplica su capricho, presiona autoridades, descalifica y amenaza desde una posición de privilegio. Enloquecido por el reportaje sobre José Ramón López Beltrán y su vida de opulencia, señala que todo es una maniobra contra él, su autoridad moral y el proyecto de la 4T
Abandonó a la educación, estudiantes, maestros. Un argumento que Obrador no les dio a los maestros, ni computadoras ni tabletas ni nada, trabajaron desde casa y tuvieron que poner sus propias computadoras y otros no tenían, no les dio internet, como también no se dio a la tarea de indagar en los lugares que no contaban con internet, electricidad o recursos. Con estas condiciones los alumnos no pasarían matemáticas, lectura ni escritura y lo peor es que el gobierno no tenía la idea de lo que hará para mejorar la educación. Además, no capacitó a los maestros, solo un cursito de esos que se dan en internet de una semana. Debieron dar una capacitación a fondo. No tienen un plan de recuperación en el año que se perdió.
El presidente López Obrador al modificar los contenidos de los libros de texto gratuito han generado polémica e inquietud. Alma Maldonado, doctora en educación superior del centro de investigación y de estudios avanzados del instituto politécnico nacional, señaló que la propuesta sobre estos cambios en un error y una muestra de gran ignorancia, por parte del presidente. Para la especialista, la modificación de estos libros es una decisión muy apresurada.
El objetivo de la Secretaría de Educación Pública (SEP), es renovar el diseño de 18 libros del nivel educativo. La modalidad estaría relacionada con incluir temáticas sobre nutrición y alimentación sana. Maldonado explicó, que es común que constantemente se rediseñen los libros de texto, sin embargo, aclaro que se necesita por menos un año para realizar diseño de calidad.
El abusador se dice abusado, hasta lágrimas de cocodrilo vimos en la tribuna. Es decir, deberíamos estar agradecidos con sus hijos, y tienen permiso, por tanto, de actuar con impunidad, tras difícil niñez. ¿Y los niños con cáncer? ¿Y las guarderías? ¿Y las escuelas de tiempo completo? ¿Y la calidad de la educación? Solo por preguntar.
La escuela como la conocemos hoy está bajo sospecha: “En este escenario, la vieja creencia en la expansión de la escolarización como mecanismo privilegiado para la construcción de una sociedad más igualitaria tiende a debilitarse, en la medida que las evidencias indican que no existe una relación mecánica entre democratización del acceso a la educación escolar y reducción de las desigualdades sociales”.
Más aún, se especula y avizora posibilidades para el futuro. Como educador, tomar una posición política, ideológica y filosófica sobre ese devenir. Todos los docentes debemos de reflexionar, y también participar en la construcción de un futuro igualitario y democrático donde la escuela sea manantial de confianza, no de sospecha.
Para mejorar el aprendizaje hay que tener en cada aula un buen docente. No un docente perfecto, pero sí uno con sólida preparación, que deje atrás viejas prácticas e implemente unas congruentes con lo que hoy sabemos sobre cómo aprenden los niños y las niñas. Para ello, todo el personal docente debe tener una buena formación inicial y, para los que estén en servicio, una buena actualización. Esto implica profundas reformas: primero, una de la formación inicial, con una transformación de las escuelas normales que rescate lo valioso de su tradición, pero que también acabe con la endogamia, otorgue autonomía académica y elimine el control sindical y la ideologización. Segundo: una reforma de la actualización en servicio con acciones de largo aliento a partir de la práctica, cercanas a la escuela, dirigidas a colectivos y organizadas en comunidades de aprendizaje.
Sin embargo, falta mucho para que nuestra educación sea de gran calidad y contribuya a que seamos la sociedad próspera, educada, democrática y justa que queremos. La pandemia puso en evidencia los problemas de la educación y los ha exacerbado. Ojalá sirva para que nos decidamos a emprender el ingente y prolongado esfuerzo que nos urge.
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