El pasado 30 de julio militantes y simpatizantes de Morena eligieron a sus nuevos consejeros estatales, en Puebla son 150 perfiles los que se votaron, 75 mujeres y 75 hombres. Se instalaron 40 centros de votación en los 15 distritos federales de Puebla donde se distribuyeron 150 mil boletas para que los “militantes” eligieran a sus nuevos consejeros; en el caso de Huauchinango todo se llevo acabo en el conocido recinto ferial donde desde el viernes por la tarde comenzaron a llegar los acarreados.
Para la mañana del sábado todo era un completo caos, pues se dieron a conocer en diferentes medios locales que los Morenas de los diferentes grupos que traían candidatos, se peleaban estas posiciones como perros y gatos al traer un centenar de acarreados y no pudo faltar la compra de votos y los apoyos condicionados como lo son los programas de la tercera edad, sembrando vida, jóvenes escribiendo y construyendo el futuro.
Esto ocurrió también en diferentes partes del estado donde incluso en algunos lugares llegaron a la quema de casillas, además que todo fue un completo desorden pues iniciaron sus actividades 3 horas después de lo programado.
Este es el verdadero rostro de Morena y su Cuarta Transformación que ni siquiera pueden llevar a cabo una elección de forma pasiva, legal, ni transparente. Al pueblo mexicano le tiene que servir de lección, pues recordemos que Andrés Manuel López Obrador hace algunos días proponía desaparecer al Instituto Nacional Electoral (INE), imagínense en qué retroceso histórico caería la democracia mexicana si los procesos electorales llegaran a caer en manos de Morena y del presidente que se la ha vivido haciendo de las suyas y cumpliendo sus caprichos.
Si ni siquiera dentro de su partido puede poner orden o dejar que sus verdaderos militantes elijan a sus representantes, pues todo parece indicar que todos los que quedaron en los puestos de delegados ya venían puestos desde el gobierno del estado y federal, que solo servirán para sus fines, intereses y beneficios personales, con miras de sostener el poder en sus manos. “¡Ay México!, que Dios nos agarre confesados”, que la campaña para 2024 ya comenzó.
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