MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La emancipación de la mujer

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En días recientes la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) reveló que las mujeres ganan hasta 23% menos que los hombres si hay niños pequeños en su casa; en este sentido, destaca que, si son menores de 5 años, la brecha salarial en México es de 22.8% y si no los hay se reduce a 6.2%, según datos de dicha comisión recomienda impulsar la “economía del cuidado” para liberar tiempo a las mujeres. Asimismo, destaca la necesidad de configurar un Sistema de Cuidados para Niños y Niñas menores de seis años; ello tendría un costo anual promedio de 1.16% del PIB de 2019 durante un período de implementación de cinco años y redituaría en un incremento del PIB anual del 1.77% y un aumento total del empleo de 3.9%, respecto a la población ocupada de 2019, según un estudio realizado por ONU-Mujeres y la Cepal en 2020 (El Financiero, 06/03/21).

Estos datos por más reveladores de la realidad en México no concuerdan con la política del presidente de la República, ya que despareció las guarderías, estancias infantiles y otros 12 programas sociales que repercuten directamente en las madres de familia trabajadoras. Sin embargo, estos datos parecen desterrados en las políticas del gobierno mexicano. Ya que los datos revelados por la Cepal refuerzan la necesidad de contar con las estancias infantiles, pues de lo contrario se provoca una mayor desigualdad entre mujeres y hombres, pues, a mayor cantidad de hijos menores mayor es la brecha entre las trabajadoras y trabajadores. Esta situación es generada desde la cúpula del gobierno que afecta a las mujeres trabajadoras y reduce drásticamente la producción de riqueza que se representa en el PIB como lo explica la Cepal.

Bajo este panorama, el 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer, el cual fue declarado por las Naciones Unidas en 1975. Sin embargo, sus orígenes datan de mediados del siglo XIX en pleno desarrollo industrial, ya que el 18 de marzo de 1857, miles de trabajadoras textiles decidieron salir a las calles de Nueva York con el lema 'Pan y rosas' para protestar por las míseras condiciones laborales y reivindicar un recorte del horario y el fin del trabajo infantil 

Posteriormente, el 28 de febrero de 1909 las Socialistas Corinne Brown y Gertrude Breslau-Hunt promulgaron el Día de la Mujer en Nueva York y Chicago, EE.  UU.; sin embargo, en Europa se realizó la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas en Copenhague (Dinamarca) donde asistieron más de 100 mujeres procedentes de 17 países, en esta reunión se decidió proclamar el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Detrás de esta iniciativa estaban Clara Zetkin y Rosa Luxemburgo. No fijaron una fecha concreta, pero sí el mes de marzo. Como consecuencia de esa cumbre de Copenhague, el mes de marzo de 1911 se celebró por primera vez el Día de la Mujer en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza. Se organizaron mítines en los diferentes países donde se exigió su derecho al voto, a ocupar cargos públicos, a trabajar, a la formación profesional y a la no discriminación laboral. Esta misma manifestación hizo saber su rechazo total al inicio de la Primera Guerra Mundial y sus terribles consecuencias. Desde entonces la celebración fue reconocida ampliamente por países como Rusia que la incorporó cuando triunfó la revolución en 1917 y en China iniciaron su conmemoración en 1922.

En este sentido, Lenin escribió un artículo denominado El día internacional de las obreras el 8 de marzo de 1921 en el suplemento al número 51 de Pravda, donde dice: antes de la Revolución de Octubre, la mayor opresión del sistema capitalista se estaba ensañando con las mujeres. Esta opresión se manifiesta en una doble vertiente: en primer lugar, les niegan sus derechos de igualdad con los hombres, por tanto, es necesario instrumentar la igualdad entre el hombre y la mujer. Esto constituirá el primer paso hacia la emancipación de la mujer. En segundo lugar, las obligan a permanecer en la “esclavitud casera”, son esclavas del hogar. “Viven agobiadas por la labor más mezquina, más ingrata, más dura y embrutecedora. La de la cocina y, en general, la de la economía doméstica familiar individual”.

¿Por qué no se dan los derechos de igualdad a la mujer? Porque dar igualdad a las mujeres es atentar contra la propiedad privada del sistema económico patriarcal. 

Por tanto, para lograr la igualdad, Lenin manifiesta que es necesario abolir la propiedad privada de los medios de producción. Así, y únicamente así, se abre el camino para la emancipación completa y efectiva de la mujer, para su liberación de la “esclavitud casera”, mediante el paso de la pequeña economía doméstica individual a la grande y socializada. Esto significa, incorporar al sistema productivo y de dirección a la mujer, acceso al conocimiento y el dominio de la ciencia y la tecnología, en pocas palabras, empoderarla por la vía del hecho. Esto se traducirá en su independencia política e ideológica que permitirá el desarrollo económico, social, cultural y político de una nación.

Sin embargo, las cosas no quedan ahí, dice Lenin, para liberar a la mujer será necesario cambiar el modelo económico, pues, es este sistema el que se opone a su propia liberación. Aunque el sistema la dote de leyes no les dan igualdad real, porque sus posibilidades están por debajo del hombre. Las leyes del capitalismo son machistas e injustas. Ya que al sistema económico le resulta más redituable esclavizarlas en el hogar para que no exijan mejor salario, mejores condiciones de trabajo, acceso a los puestos de dirección que el sistema tiene reservado exclusivamente para los varones.

En México, los derechos de igualdad para las mujeres son letra muerta. Para lograr la efectividad de dichos derechos es fundamental incorporar a la mujer al sistema productivo para empoderarla económicamente en el corto plazo y cambiar el modelo económico a largo plazo para lograr su verdadera emancipación.

En los días que corren es común ver diversas manifestaciones a favor de las mujeres, todas ellas exhibiendo el abuso del presidente de la Republica que encubre a violadores, abusadores, machistas y misóginos del partido Morena a lo largo y ancho del país. Estas manifestaciones tienen buenas intenciones que perduran mientras existe la protesta social, sin embargo, al regresar a sus hogares las inconformes se dan cuenta que sus reclamos no ha sido suficientes para cambiar su situación, todo lo contrario, surgen más ataques que terminan en feminicidios y agresiones en contra de las mujeres.

¿A qué se debe la poca efectividad de su movilización?

A que no cuentan con el apoyo de una organización popular, fuerte y estructurada como el Movimiento Antorchista Nacional. Sobre todo, no resuelven su problema porque no han trastocado el sistema económico, sus leyes, su forma de producir y distribuir la riqueza. Ante esta situación, el movimiento feminista debe saber que el Movimiento Antorchista Nacional reconoce su valor y apoya desinteresadamente su bandera de lucha. Lo antes dicho, se puede comprobar desde hace 47 años cuando nació el antorchismo. Pues, teniendo claridad de las palabras de Lenin, esta organización ha llevado a la práctica sus postulados para lograr la emancipación de la mujer; todo ello, no es de dientes para afuera, sino en los hechos. Por ejemplo, la mayor parte de sus activistas son mujeres, las más sobresalientes son dirigentes estatales, seccionales y presidentas municipales. Son las mujeres antorchistas las que día a día, desde su trinchera y sobrada abnegación han permitido desarrollar una organización vigorosa como el Movimiento Antorchista Nacional. La invitación está abierta.

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