Ya han pasado varias semanas desde los pasados comicios electorales del 6 de junio, donde la decisión y voluntad libre de elegir a sus candidatos, por parte de la gente humilde, fue prácticamente anulada por unos cuantos pesos literalmente. El pensamiento inmediatista de mucha gente humilde, ante su difícil situación económica, fue el vender su única arma para ejercer la democracia en toda la extensión de la palabra. Para esto hubo una manipulación de quien ejerce el poder efectivo en el país: ¿qué se hizo? Saber que la gente por su situación precaria y su falta de mayor conciencia toma el dinero fácil, porque la sociedad mexicana está pasando por momentos muy complicados.
Lo anterior, porque la manipulación del sistema político actual así lo tiene contemplado: este sistema está hecho para manipular a la sociedad a su antojo. Doy algunos ejemplos: antes de las elecciones en enero y febrero, había Semáforo rojo a causa de la pandemia de la covid-19 (que desde luego fue y es manejada de una manera muy irresponsable por parte del gobierno); luego, en marzo y abril, amarillo, y ya en la primera semana de mayo por “arte de magia” el semáforo ¡pasó a ser verde! Las autoridades sanitarias así lo determinaron, esto evidentemente con la finalidad que se llevarán a cabo las elecciones en el país, sin problema alguno. La artera manipulación se pone aún más de manifiesto, ya que, al pasar las elecciones, nuevamente por arte de magia se pasó de nuevo a Semáforo rojo. ¡Qué ironía no!
Doy otro ejemplo de la manipulación: aproximadamente el 78% (debajo del nivel de vida de las clases medias) son personas que ganan uno o dos salarios mínimo. En ellos se destacan obreros, amas de casa, ayudantes, comerciantes informales; gente que tienen fuentes de trabajo en sus domicilios cómo: ladrilleros, quienes trabajan la harina para hacer artesanalmente los duros o cueros como los conocen en algunas partes de nuestro país (en el municipio de Arriaga mucha gente vive de esta última actividad); también hay quien se dedica a la ganadería y agricultura en pequeño, etc. A muchas de esas personas humildes se les compra su voto por un mendrugo. Esas personas que no se pueden, por ejemplo, dar el lujo de enfermarse, ya que, si sucede así, tiene que endeudarse o vender su mísero peculio.
Sabedores de esta situación, los políticos ambiciosos y sin principios compran al humilde su “conciencia” por necesidad, como si fuera un producto en el mercado que se compra y vende al mejor postor. Compran su voto en época electoral, dando a diestra y siniestra 1,000, 2,000, o 3,000 pesos por credencial. Éstas se venden “como pan en tiempos de hambruna”, y así venden la democracia de la que tanto se vanagloria el sistema político. La democracia es manipulada y quebrantada hasta los límites.
Por eso el Movimiento Antorchista Nacional, se manifiesta en contra de tal situación. Porque en ese momento, la democracia se prostituye y no cumple su cometido de que en los cargos de elección popular queden las personas que son electas de manera libre y voluntaria por el elector. Quien queda en el poder por la vía de prostituir la democracia, ya sea un gobernador o un presidente municipal, no se siente obligado a atender las necesidades de la población. Al fin, piensan: “yo pague por el cargo”.
Necesitamos educar y concientizar a la gente humilde para que no sea manipulable, que no se deje comprar o amenazar por los políticos que utilizan la violencia, tanto verbal como física. Sólo unidos y organizados, y, sobre todo, conscientes de sus intereses podrá el humilde trabajador liberarse de la manipulación. El cebo que se le lanzó sólo durará unos cuantos días. ¿Cuánto? 15 o 20 días a lo más. Y ¡los tres y seis años restantes, serán de calvario!, pues no esperemos que el gobernante que llegó de manera ilegal a través del fraude resuelva nuestros problemas. Que conste.
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