Y despertamos en un nuevo año y el virus aún sigue ahí. A dos años de iniciada la pandemia por Covid-19, está sigue sumando con sus largos tentáculos a más seres a sus filas y ocasionándoles la muerte.
Según información oficial, que aclaro, dista mucho de la realidad, en México suman 4 millones 55 mil 95 enfermos de Covid-19 y 299 mil 933 personas lastimosamente fallecidas. Esto es sumamente preocupante, una verdadera tragedia, que por lo visto y declarado por nuestras “flamantes” autoridades de gobierno y salud, a ellos no les importa que sigan enfermando y muriendo compatriotas.
López Obrador con su forma descarada que lo caracteriza, señaló hace meses que la pandemia le cayó como anillo al dedo y que la mejor protección para no contagiarse del virus eran los amuletos, además de insistir en que no se debe usar el cubrebocas, fecha en que él no lo usa.
Se sabe que en México se hacen menos pruebas de las aconsejables, incluso a últimas fechas en el punto más crítico de la pandemia, la CDMX, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, dijo que no eran necesarias.
El secretario de Salud, Alcocer, señaló que los niños pueden enfrentar el covid con paracetamol y vick vaporub, una verdadera vergüenza de alguien que se ostenta como científico de la salud y que tiene un cargo tan relevante en nuestro país, y sobre todo que su sueldazo lo recibe gracias a lo impuestos que pagamos todos los mexicanos.
En México nunca hubo preparación a pesar de que desde enero de 2020 se sabía lo que se avecinaba, no hubo equipos médicos suficientes y se dijo una y otra vez que la enfermedad no era peligrosa, cosa que hasta la fecha, tanto López Obrador, como el secretario y subsecretario de Salud vienen repitiendo como loros, además de que se han sumado los gobernadores de los estados, curiosamente en donde más enfermos y muertos hay por esta enfermedad. Pareciera y seguro así ha sido, que se pusieron de acuerdo para vomitar todo en un mismo sentido con esa sarta de estupideces, y bailar casi casi sobre todos los muertos por esta enfermedad en afán de burla.
No por nada López recomendaba al inicio de la pandemia que debíamos seguir abrazándonos, salir a comer, vivir una vida normal sin cuidados, y López Gatell y Alcocer trataron de dorar la píldora insistiendo en una fantasiosa curva aplanada y AMLO en que la pandemia estaba domada, solo pararon un poco cuando el número de contagiados y muertos ya era imposible de ocultar, aun así han seguido mintiendo en esto y reportando muchos menos que los reales.
Es un panorama desesperanzador por el que atravesamos, por eso es de sorprender tanta dejadez de las autoridades de gobierno en turno, en especial de López Obrador y el subsecretario de la Salud, Hugo López Gatell, el zar antipandemia, quien si tuviera un poquito de escrúpulos ya hubiera renunciado, porque su ejemplo y sus palabras solo demuestran el arrastramiento que este personaje tiene hacia su amo don López, al que señala que no es un ser de contagio sino una fuerza moral, por cierto, ridículos comentarios, en verdad.
López Gatell se ha dedicado a mentir acerca de esta pandemia y ocultar cifras para no afectar la imagen de su padrino AMLO y no hacerlo quedar mal, a pesar de que no ha querido atender con seriedad este mal que sigue sumando a más muertos a su costal.
Pero qué puede esperarse de un hombre que desde un principio ignoró las advertencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que urgentemente hizo un llamado a toda la población mundial y en especial a los gobernantes, para contener este virus mortal, que se debían tomar medidas de confinamiento, lavado de manos frecuente y el uso de cubrebocas, y todos sabemos el problema que nuestro flamante presidente tiene con el cubrebocas.
Solo hasta que este virus mortal avanzó, López Obrador no tuvo más remedio que reconocer este grave padecimiento, pero ya era demasiado tarde porque se había perdido tiempo muy valioso para frenarlo. El virus se extendió por todo el territorio nacional y cobró la vida de miles de mexicanos, sobre todo de los más pobres.
Debemos alzar la voz todos los mexicanos porque no debieron morir tantos compatriotas a causa de la mala gestión de la pandemia por parte de la 4T, y porque toda esta cadena de contagios es culpa de este gobierno que se distingue por improvisar sus decisiones, que no tiene un plan para llevar las riendas del país. Además de que en México continúa habiendo una deficiente atención hospitalaria en todos los sentidos, falta de espacios suficientes, por lo que cientos de personas murieron afuera de los hospitales porque no había cupo y ¿qué decir del proceso de vacunación?, a cuenta gotas y dependiendo de las migajas que nos tira Estados Unidos.
El virus mortal no se ha ido, sino que ha mutado hoy en la variante Ómicron y enseña los dientes en señal de ataque. ¿Y qué hace el gobierno de México para frenar su paso?, solo restarle importancia, ocultando los datos y no apresurándose a vacunar a todos los mexicanos. Mientras tanto se siguen sumando más muertos, que son los muertos de este gobierno fallido, cuyo mal radica en su arrogancia e ignorancia que está afectando todos los ámbitos de la vida nacional, por todas las decisiones desatinadas en perjuicio de aquellos que juró defender y poner en primer lugar con su tan repetido lema de “primero los pobres”.
El gobierno de la 4T ha hecho pedazos las instituciones de salud de México al restarle recursos, cuando la salud de todos los mexicanos debería ser la prioridad.
La 4T ha equivocado su rumbo y se está llevando entre las patas a México y a los mexicanos, aquí se están sacrificando muchas vidas por su indolencia. Y pensar en que todavía hay personas que creen en este gobierno de improvisados, que solo quieren el poder por el poder sin importar que para lograrlo atropellen a todo aquel que se les cruza en su camino.
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