Actualmente, con los recortes presupuestales a cargo del Gobierno federal de extracción morenista, la desigualdad social en nuestro país se acrecienta día con día; cada vez se eleva el número de desempleados que ya se cuentan por millones, como bien se sabe, miles de hospitales carecen de medicamentos y personal suficiente para atender a pacientes que atraviesan por la pandemia de la covid-19. El gobierno morenista afirma que apoya incansablemente a las mujeres mexicanas; sin embargo, ha desaparecido el subsidio para el programa de detección de cáncer de mama, las guarderías infantiles han tenido que cerrar por falta de recursos para su funcionamiento dejando a millones de madres trabajadoras sin opción de atención para sus hijos. Es inconmensurable el número de jóvenes y niños que abandonan los estudios por tener que trabajar.
¿Existirá alguna entidad de la Republica inmune a estos problemas sociales? Claro que no. En el estado de Morelos, último lugar de desempeño gubernamental por estadísticas oficiales, aún hay comunidades que carecen de servicios elementales y esto se debe a la indiferencia e insensibilidad que transmite el gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo a su pueblo, mismo que juró proteger y brindarle bienestar. La prueba que contradice sus promesas son las diarias manifestaciones de todos los sectores sociales que se presentan a las afueras del Palacio de Gobierno en la ciudad de Cuernavaca, buscando solución a las diferentes y justas demandas que anuncian carencias en los ámbitos de salud, empleo, educación, obra pública, apoyos para el campo etc.
La indiferencia estatal se transmite a los ayuntamientos los cuales, con el pretexto de falta de recursos, no brindan alternativas de bienestar a sus gobernados; siguen existiendo en pleno 2021 comunidades que carecen de servicios de luz y agua potable, tal es el caso de la comunidad del Mirador donde se adolece de estos elementales servicios desde hace más de 20 años; de igual forma, se encuentra la colonia Humberto Gutiérrez que no cuenta con red de drenaje. Ambas comunidades pertenecen a Xochitepec, municipio donde, según estudios del Coneval, cuenta con más de 35,000 habitantes en pobreza extrema que representan más del del 50% del total de su población, asimismo, existe rezago educativo que afecta a más de 13,000 xochitepequenses, aunado a esto, los datos aumentan con más de 25,000 sin acceso a la salud ni alimentación y finalmente con los más de 32 mil habitantes que no cuentan con una vivienda o carecen de servicios básicos.
El fenómeno se repite en municipios como Miacatlán donde no es voluntad del gobierno estatal ni municipal realizar los trabajos necesarios para construir un pozo y acercar el agua potable a comunidades como El Rincón, Palpan, Tlajotla, Palo Grande, mismas que tienen como actividad económica la agricultura y que a su vez fueron abandonados por la Sedagro, negándoles el apoyo de fertilizante por 2 años consecutivos, así como la pavimentación del camino principal que conecta a estas comunidades.
Es de no creerse que los gobiernos municipales se envalentonan con los pésimos designios del presidente de la República y nieguen bienestar a su pueblo como en el caso de los municipios de Xoxocotla, Temixco y Puente de Ixtla, donde vive una importante cantidad de habitantes indígenas, los cuales han sido abandonados en esta pandemia, negándoles el servicio de salud y apoyos alimentarios.
Y así seguiría denunciando la indiferencia de los ediles, pero por falta de espacio me limitaré a expresar que, a causa de esta abulia estatal, el Movimiento Antorchista en Morelos, nos vemos en la necesidad de salir a las calles de Cuernavaca el próximo 14 de abril, con la intención de que las demandas del pueblo trabajador sean escuchadas. Hagamos eco, que no se nos olvide que está en camino el proceso electoral y estos personajes insensibles que hoy nos cierran la puerta de sus oficinas en la cara, serán los que nos busquen en nuestros pueblos con la intención conseguir el voto ciudadano. Que conste.
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