Mucho ruido desde el poder político sobre la lucha anticorrupción, que dice llevar a cabo el gobierno de la 4T en sus más de cuatro años de dominio en el país. Día y noche oímos las peroratas de los principales personajes morenistas, en el sentido de que su lucha contra la corrupción es muy seria y ofrece resultados que nunca se habían visto en México, y que únicamente los enemigos del pueblo pobre, los fifís y conservadores se atreven a negar.
Se jura y perjura que hay resultados de este esfuerzo y sacan, para probarlo, la cárcel que han recibido algunos, muy contados por cierto, políticos y empresarios que aprovecharon el gobierno para robar al erario de la nación. Con el escudo de “no somos iguales”, Andrés Manuel López Obrador quiere hacer creer a los mexicanos la grandeza de su gobierno al exclamar que en su administración “se acabó la corrupción”.
Sin embargo, en la realidad suenan bastante falsas todas esas declaraciones triunfalistas de que ya no hay corrupción. A la luz de la realidad, en estos cuatro años de gobierno morenista han sucedido acontecimientos que, a mi juicio, aunque no solamente al mío, desmienten de manera contundente y veraz, la cantaleta de que ya acabaron con la corrupción. Y para muestra basta un botón (en lo que sigue tomo datos que menciona el periodista Jaime Barrera del sitio INFORMADOR.MX el 8 de febrero): en días recientes surgieron nuevos escándalos de corrupción que embarran a destacadas figuras de filiación morenista, una de ellas, la actual gobernadora del estado de Campeche, la señora Layda Sansores que desde su puesto de gobierno se lanzó últimamente, a través de los medios de comunicación, contra prominentes políticos a quienes acusa de corruptos mediante la filtración de audios. No olvido que antes, la señora Sansores fue alcaldesa en la alcaldía de Álvaro Obregón, en la Ciudad de México, donde por cierto, mal la recuerdan vecinos por la casi absoluta carencia obras publicas y el desfalco de los dineros públicos, según las quejas que levantaron.
Pues bien. Resulta que el 6 de febrero, Televisa, en su noticiero estelar, divulgó una serie de videos que muestran a tres funcionarios de morena del gobierno de Campeche recibiendo fajos de billetes en oficinas públicas en junio de 2021, a menos de cuatro semanas de las elecciones que ganó la actual gobernadora de esa entidad Layda Sansores.
Fueron Raúl Pozos, que ahora es secretario de Educación del gobierno de Layda; en la acción de recibir los fajos de billetes igual desfilaron la actual senadora morenista Rocío Abreu y Armando Toledo, actual jefe de la oficina en el gobierno de Campeche. ¡Puros morenistas confesos!. Estos tres pájaros de cuenta no supieron justificar legalmente a cuenta de qué recibieron ese dinero ni cuánto era.
La gobernadora no dijo nada. Al respecto, muchos recordamos episodios similares en donde estuvo inmiscuido el actual presidente del país, AMLO: En 2004, cuando René Bejarano, miembro del círculo íntimo amlista fue grabado llenando maletas de dinero en las oficinas de Carlos Ahumada, empresario argentino de la construcción que hacía obra en el gobierno de esta ciudad, entonces a cargo de López Obrador.
Igual, no hace mucho, los videos revelados por el periodista Loret de Mola testifican que Pío López Obrador, hermano de ya saben quién, recibe dinero de David León Romero, individuo al mando del entonces gobernador de Chiapas Manuel Velasco del Partido Verde. David León pide a Pío que diga al entonces candidato AMLO, que la aportación que entrega es para que lo tenga en cuenta. Después otro de los hermanos del presidente, Martín López Obrador aparece videograbado recibiendo un sobre amarillo con billetes para la causa del mismo David León. Hasta aquí la a información del periodista citado.
El jefe del Ejecutivo se defendió con el argumento de que los recursos eran donativos para la causa, o sea para su campaña electoral, dinero que hasta ahora no se entregó o dio parte al INE, máxima autoridad electoral. León Romero fue premiado por el presidente, y desde julio del año pasado funge y cobra en el gobierno federal de coordinador nacional de Protección Civil.
Para no abusar de la paciencia de mis queridos compañeros antorchistas y simpatizantes de nuestra causa que aciertan a leer estas líneas y que agradezco infinitamente, de lo más reciente en este embrollo de quienes se dicen puros y que la corrupción no los mancha ni tantito y viven como fieles convencidos del lema máximo de su líder y guía filosófico que les predica “no mentir, no robar, no traicionar al pueblo”, va otra perla de cuanto respetan y aplican los personajes importantes de morena la pureza que predica López Obrador. Se trata de Juan José Serrano, secretario de la Contraloría del gobierno de Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno en la capital del país.
El tal Juan José Serrano –nos informa El Universal del 2 de febrero se fue -junto con su pareja, una joven mujer- sin importarle un comino la corrupción en que caía al aceptar de regalo el viaje para dos cuyo monto rebasa los 100 mil pesos que tienen autorizados por reglamento, al juego de futbol americano Super Bowl celebrado en el estado de Arizona, siendo fotografiado y denunciado en redes sociales. Se defendió porque dijo era un regalo que le habían hecho por su cumpleaños. Claudia, su jefa, trató de cubrirlo alegando que su contralor “pagó todo” de su dinero. ¿Alguien le creyó?.
Que fácil es pescar en un mar contaminado de corrupción, nada más es echar el anzuelo y salen repletos de dineros públicos, peces de todos los tamaños y de todas las latitudes del país. La última nota aparecida en MVS Noticias el 1 de febrero anuncia que “México es de los países más corruptos de América Latina: IPC 2022”. La organización de Transparencia Internacional reveló los resultados de su más reciente evaluación de 180 países.
De acuerdo con los resultados del Índice de Percepción de Corrupción (IPC) 2022 México cayó del puesto 124 al 126 de corrupción en el sector público (en el gobierno). Esta evaluación clasifica los niveles percibidos de corrupción en el sector público, con una puntuación en una escala de cero (muy corrupto) a 100 (muy limpio). La república mexicana fue calificada con 31 puntos que es una calificación bastante mala al ser una nación con índices altos en materia de corrupción. Estando de esta manera con ejemplos de la vida real y datos estadísticos sacados de ella, ¿de qué presume la 4T si está podrida por dentro y fuera de corrupción
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