Desde hace 47 años el Movimiento Antorchista ha trabajado incansablemente aglutinando a los sectores más vulnerables buscando enarbolar las demandas más sentidas de la población, para que mediante la lucha organizada se obtengan respuestas satisfactorias que redunden en el bienestar de las familias marginadas del país.
La tarea no ha sido sencilla, desde siempre hemos enfrentado múltiples dificultades y resistencia de los tres niveles de gobierno que ven en nuestro trabajo de gestoría un molesto perturbador a sus intenciones particulares ejerciendo su soberana voluntad, sin duda esto significa un auténtico despropósito, pues nuestra gestión está amparada en la Carta Magna, que permite el derecho de organización, de petición y de la libre manifestación, por lo que nuestra actividad está dentro del marco legal vigente.
En los últimos años, con la llegada del presidente López Obrador la situación se ha complicado, pues a pesar de que en el discurso se habla reiteradamente de la defensa de los pobres en la práctica hemos enfrentado una campaña aniquiladora que inició desde antes de la toma de protesta del mandatario federal. Esto se manifestó en la gira de agradecimiento que realizó en todos los estados del país y con ello se dio el banderazo de salida a la campaña de odio, cuando él mismo repitió en más de 100 plazas públicas las acusaciones calumniosas contra Antorcha sin presentar ninguna prueba y advirtiendo en flagrante violación de la ley, que no se admitiría trato con intermediarios.
Tal circunstancia sirvió de punto de arranque para que gobiernos locales replicaran la política asumida por el jefe del ejecutivo y pronto, en todo el país arreció la cerrazón esgrimida a modestas demandas sociales.
Han pasado 15 días del arranque de la administración estatal y de los 58 ayuntamientos de Zacatecas, hoy seguimos escuchando los recurrentes discursos culpando al pasado, se sigue pretextando la falta de recursos y buscando justificaciones ante los problemas a que se enfrentan, sin embargo es necesario encontrar soluciones porque los males se ven agravados por una terrible crisis de inseguridad, además la pandemia sigue haciendo estragos en las familias; esto es peor con los recortes presupuestales que lastiman a maestros, campesinos, estudiantes a derechohabientes de instituciones de salud, etc., con la falta de empleo en medio de la terrible crisis económica que afecta a la mayoría de los mexicanos, se da cuenta de la urgencia de mantenernos unidos para salir adelante.
Tal situación hace necesario, hoy más que nunca, mantenernos unidos para disponernos a luchar con valentía y determinación a efecto de aminorar los efectos de las circunstancias actuales sabedores de que la lucha implica riesgos, pero que tarde o temprano se obtienen resultados positivos siendo prueba de ello las múltiples obras materiales como escuelas, carreteras, domos, instalaciones deportivas y miles de acciones de orden social en beneficio de miles de familias de Zacatecas como producto de nuestra labor organizativa.
Por ello se acerca el momento de acudir respetuosamente, pero con firmeza, a exponer nuestras carencias a efecto de que sean incluidas en las acciones a ejecutar en lo que resta del año o que se programen dentro de las acciones a ejercer en 2022.
La primera tarea será deliberar colectivamente las necesidades más apremiantes para posteriormente presentarlas por escrito a las autoridades
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