MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La lucha por la Casa del Estudiante Sonorense

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Hace ya algunos años, 20 por lo menos, cuando su servidor apenas cumplía la edad de 17 años, un grupo de jóvenes estudiantes de las escuelas de Tecomatlán, Puebla, donde yo estaba cursando la preparatoria, nos hicieron la atenta invitación para acudir en apoyo de nuestros compañeros estudiantes del estado de Sonora que habían sido encarcelados por el Gobierno municipal de ese entonces, la cual encabezaba la alcaldesa María Dolores del Río.

¿Por qué los encarcelaron?, se pudiera preguntar alguno de mis muy escasos lectores, pues por la simple y sencilla razón de que se atrevieron a exigirle, mediante manifestaciones frente al Palacio Municipal, la construcción de una casa para jóvenes de escasos recursos económicos que radicaban en los diversos municipios de todo el estado.

Para los que no conocen el grandísimo estado de Sonora, les he de platicar que es uno de lo más grandes en cuanto a territorio se refiere, y que el municipio más cercano a la capital se encuentra a dos horas de viaje en autobús. Y el más alejado, que son los municipios que colindan con los estados de Chihuahua y Baja California, están a ocho, nueve y hasta 11 horas, en carro, porque el transporte también es escaso. Y por si las distancias fueran poca cosa, los jóvenes estudiantes se enfrentaban a lo que todos los pobres de este país nos enfrentamos, como dijera el líder de Antorcha Estudiantil a nivel nacional, Jasón Celis Córdova, “a una atroz realidad”, donde la desigualdad, entre ricos y pobres es cada día más insultante. Todo lo anterior viene a cuento, para poner en contexto de la realidad en que vivían y aún viven los jóvenes estudiantes del estado de Sonora.

Cuando los estudiantes de mi pueblo, Tecomatlán, Puebla, nos hicieron la invitación para ir a apoyar a los estudiantes sonorenses, no la pensé dos veces, agarré una bolsa negra, de las que se usan para la basura, y eché lo único que tenía como de mi propiedad, mis tres o cuatro cambios de ropa, y junto con otro joven estudiante de mi mismo nivel educativo, amigo mío también, nos subimos al autobús que nos trasladaría hacia la ciudad del sol, Hermosillo, capital del estado. Sobra decir que el viaje fue larguísimo, nunca había durado tanto tiempo adentro de un transporte, como 36 horas, porque hicimos varias paradas en algunos estados, recogiendo a otros jóvenes que se unían a la lucha por la libertad de los estudiantes sonorenses, y por la construcción de la Casa del Estudiante Sonorense.

La lucha no fue nada sencilla, pero todos los que acudimos al llamado de nuestra querida organización estudiantil, que en ese entonces se estaba conformando como Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios Rafael Ramírez (FNERRR), luchamos día y noche, encabezados por los líderes de la FNERRR, y respaldados por la dirigencia del Movimiento Antorchista Nacional, contratacando los periodicasos de las autoridades municipales, que le decían a la ciudadanía sonorense que los que ahí estábamos éramos puros jóvenes de otros estados del país, y que lo que realmente buscábamos era que el gobierno nos mantuviera, porque en nuestros estados no quisimos estudiar y mucho menos trabajar. Todos los días, la prensa del estado nos injuriaba, con el objetivo de desvirtuar nuestra lucha, en defensa de los jóvenes sonorenses.

A pesar de todo lo anterior y de que nuestra lucha la mantuvimos con los recursos del mismo pueblo de Sonora y de todo el país, pues colectábamos en todos lados, casa por casa, en el transporte público, en los cruceros, etc., y a pesar de que nos llevaban detenidos a las comandancias de la ciudad, porque según el reglamento de policía marcaba que era un delito pedir dádivas, después de un año exactamente logramos que el Gobierno del estado, en la administración del señor Eduardo Bours Castelo, se comprometiera no a construir la casa del estudiante, pero sí a rentar una y otorgar un subsidio a los jóvenes estudiantes del estado de Sonora.

Con esta respuesta fue como muchos de los estudiantes que habían llegado de diversas partes del país, se regresaron a sus lugares de origen, y los estudiantes de Sonora, tuvieron durante varios años, un subsidio y renta de una casa.

Pero ahí no terminó la lucha, los jóvenes sonorenses, aunque ya tenían una casa donde meterse, sabían muy bien que llegaría el día en que el gobierno dejaría de pagar la renta y de darles un subsidio, por tal motivo, siguieron luchando por la construcción de la Casa del Estudiante Sonorense, conformando la Asociación Civil del mismo nombre, pero ahora no solo con estudiantes, sino que, con los padres de familia de esos mismos estudiantes, provenientes de los diversos pueblos del estado. Pues la lucha de los jóvenes guachos, como nos decían despectivamente, les mostró a los sonorenses que es posible triunfar, si se organizan.

Ya han pasado varios años de que la lucha nacional de la FNERRR requirió del apoyo de jóvenes de todo el país, pero hace apenas algunos días, por medio de la prensa nacional, y también por medio de un exfuncionario de la administración del gobernador Guillermo Padrés Elías, me enteré que los nuevos luchadores, todos ahora sonorenses, con la guía del profesor Bernardino Domíngues Cruz, lograron que los gobiernos municipales y estatales les construyeran, ahora sí, el edificio donde más de cien jóvenes podrán continuar con sus estudios en la capital, y lo mejor de todo, a escasos metros de la Universidad de Sonora (UNISON), lo cual facilitará el traslado, aminorará los costos en transporte y tiempo. Lo cual me llena de orgullo pues, aunque no muy digno miembro de la A. C. Casa del Estudiante Sonorense, veo con mucha emoción que dejamos en aquel estado del noroeste del país, una gran enseñanza a nuestros hermanos sonorenses.

Por último, no quiero dejar de resaltar y transcribo letra por letra el discurso que el Lic. Jasón Celis Córdova, líder de la Comisión Nacional Estudiantil del Movimiento Antorchista dijo en el evento, pues coincido al 100% con el llamado que hizo a los jóvenes que ahora estarán viviendo, por una temporada en dicha Casa del Estudiante:  “Que no se nos olvide que, a pesar del logro, la meta del Movimiento Antorchista Nacional, nace de una atroz realidad que vive este país, y no lo dice Antorcha, lo dicen las grandes instituciones como la UNAM; académicos, como Viridiana Ríos en su libro “No es normal”, y Raymundo Gómez en su libro “Desigualdades”, todos los que teorizan sobre estos, dicen lo que nosotros vemos en carne viva, en este país, los ricos son cada vez más ricos, y los pobres son cada vez más pobres”.

“Antorcha existe compañeros, precisamente para luchar contra esta desigualdad, nosotros queremos una patria más libre, más justa, más democrática y más soberana, donde cada mexicano pueda vivir con los resultados del esfuerzo de su trabajo, donde pueda mandar a sus hijos a la escuela, donde sus calles estén pavimentadas, en donde no tenga que sufrir la miseria en carne viva, en un pueblo tan grande, tan valiente, y tan orgulloso como es el pueblo de México”.

Para finalizar, Celis Córdova comentó a todos los jóvenes ahí presentes, sobre todo a los moradores, que “ojalá que sus estudios profesionales les sirvan para crear en ellos la conciencia de que nadie nos va a venir a regalar nada, si queremos cambiar las cosas, necesitamos una juventud decidida, y como dijo el poeta Miguel Hernández, la juventud siempre empuja, la juventud siempre vence y la salvación del pueblo, de su juventud depende”.

 

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