Cuenta la historia que el senador Belisario Domínguez dijo en su discurso ante el Senado, el 23 de septiembre de 1813 que “cuando la obsesión es más fija, don Victoriano Huerta se exaspera y para templar su cerebro y sus nervios desfallecientes hace un llamamiento a sus instintos más crueles, más feroces, y entonces dice a los suyos: maten, asesinen, que sólo matando a mis enemigos se restablecerá la paz..” como parte de esto, fue secuestrado por la policía huertista, en su hotel casi a media noche del 7 octubre de 1913, lo llevaron en vehículo por Tacubaya o por Río de la Piedad hasta el cementerio de Coyoacán, lo acribillaron frente a una fosa abierta.
La Medalla Belisario Domínguez, es una condecoración civil, otorgada en el país por el Senado de la República, otorgada a personas mexicanas debido a sus acciones en beneficio de la nación o de la humanidad. El nombre de esta distinción honra la memoria de Belisario Domínguez Palencia, senador por el estado de Chiapas que, por su oposición a la dictadura de Victoriano Huerta y sus abiertas críticas en la tribuna del Senado, fue asesinado el 7 de octubre de 1913.
Todo esto viene a colación porque, recientemente, se entregó dicha presea correspondiente a este año a la escritora y periodista Elena Poniatowska; y es que la nota no se la llevó la premiada sino la senadora del PES, Sasil de León Villard, ya que puso el desorden al terminar de leer la biografía de Poniatowska con un comentario preparado por la bancada de Morena, donde reprocha la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de declarar inconstitucional el traspaso de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional, lo que provocó la ira, principalmente, de los panistas.
Ha sido muy criticado el actuar del presidente Andrés Manuel López Obrador, al señalar a todos aquellos que no están de acuerdo con él, porque creyéndose que tiene la razón en todo, acusa la mayoría de las veces, de manera infundada, a quien se atreva a estar en contra de la 4T; por lo tanto no es de extrañarse tanto que la senadora del desaparecido PES, para mostrar lealtad hacia López Obrador haya utilizado la tribuna para expresarse en un acto que no corresponde con el final de su discurso.
El presidente, al día siguiente, quiso justificar el acto señalado, comentando una historia que ni en la telenovela “Nada Personal” se vería, por cierto producción de Epigmenio Ibarra; en donde su hijo le decía: Papá y tú ¿te has equivocado?; era obvio que no iba a decir que nunca se equivoca, pero es más de risa que diga que sus errores fueron candidatear a Lilly Téllez, Germán Martínez y que ahora los considera traidores, otra vez considerado que él tiene toda la razón.
Agregó que él no asistió para galardonar a Poniatowska porque ya esperaba el abucheo y quería cuidar la investidura presidencial; entonces, él sabía el final discurso, ¿acaso él ordenó esa redacción?, y si quiere realmente cuidar la figura presidencial por qué no cuida sus palabras cuando acusa no solamente a nivel nacional a quienes no tienen la misma ideología. Eso, más bien, es una justificación pueril.
Al señalar la traición con la fábula del sapo y el alacrán, en dónde este último después de ser salvado de una inundación, pica al sapo, justificando que es “su naturaleza”; por lo tanto la naturaleza del presidente es acusar a todos y nunca aceptar que tiene errores.
Hay muchas inconsistencias en el gobierno de la 4T que demuestran que en la mayoría de los casos llevan una política equivocada desde la frase “primero los pobres”; primero en pobreza, en desempleo, e inseguridad, aunque el Ejecutivo tenga otros datos.
Se acerca un periodo electoral y si no ayudamos a que cambie el rumbo del país, si dejamos que quienes están en el poder sigan con lo mismo porque sólo ellos creen que están bien porque es su naturaleza, no nos quejemos después.
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