México viene sufriendo un crecimiento en la pobreza y desigualdad social desde que se instrumentó la política económica neoliberal que otorga todas las ventajas económicas y políticas a las clases ricas de la nación, teniendo como resultado un aumento en el desempleo y bajos salarios, agravando los problemas de vivienda, salud, educación, servicios públicos etc.
Este malestar hizo posible que en el pasado proceso electoral, la población se volcara masivamente a votar por el candidato de la 4T Andrés Manuel López Obrador, que supo proponer un discurso que rescataba el deseo de la población de mejorar sus condiciones de vida, su discurso demagógico le hizo que ganara la simpatía de los votantes.
Hoy, a ocho meses de que asumió el poder, se ve claramente que con sus políticas erráticas no tan solo no ha mejorado la situación del país, en muchas cosas hoy estamos peor. Para señalar algunas de sus múltiples fallas: bajó el crecimiento de la economía, la creación de empleos, desapareció programas sociales que castigan a los sectores más pobres del país, como las guarderías infantiles, el Prospera, los comedores comunitarios, el Procampo, empleo temporal, programas de mejoramiento de vivienda supresión del ramo 23 que permitía hacer tarea pública en beneficio de zonas marginadas del país, disminución del presupuesto para estados y municipios, a los que tiene en la asfixia económica, supresión de obras de alto impacto para el país como el aeropuerto de Texcoco, desabasto de medicamentos y despido de miles de burócratas, entre otros.
En el terreno de la seguridad pública, ésta se ha desbordado, ha aumentado el número de muertos, los feminicidios y el número de robos. Mientras que en el terreno de la política, se nota un gobierno represivo, han aprobado la ley garrote en Tabasco, se ha eliminado la presunción de inocencia y a los organismos autónomos como la Comisión de los Derechos Humanos, el Instituto Nacional Electoral, El Inegi, los ha debilitado financieramente bajando su presupuesto y enderezando campañas mediáticas de calumnias para debilitar su funcionamiento, hay una campaña de exterminio en contra de las organizaciones, no quieren que el pueblo exija organizadamente sus derechos.
A la Organización Popular más grande y mejor organizada, El Movimiento Antorchista Nacional la han querido desbaratar, desde que López Obrador ganó la presidencia ha organizado una campaña encabezada por él, sin causa alguna, acusándolos de intermediarios, de quedarse con los apoyos, pero nunca han mostrado pruebas de sus acusaciones, de sus ataques, aunque se le ha demostrado que son mentiras. Además, hay una política desde la presidencia para que no se resuelvan los problemas de cientos de humildes colonos y campesinos que piden que se atiendan demandas tan elementales como agua potable, electrificación, vivienda, caminos, salud, educación, etc. Hay una política de "ni los veo, ni los oigo", como dijo Salinas.
Y no solo nos difama y no nos resuelve, quiere suprimir nuestro derecho a existir, su último atropello consistió en impedir con amenazas la realización del evento del 45 aniversario de nuestros compañeros del sureste que se realizaría el domingo 13 octubre, en el estadio de futbol "Víctor Manuel Reyna" en Tuxtla Gutiérrez, Chapas, en y en donde se tendría la asistencia de 60 mil antorchistas.
Y si en México ya sufrimos los gobiernos neoliberales del PRI y PAN, el Partido del presidente (Morena) gobierna peor que sus antecesores. La solución está hacia adelante, EL MOVIMIENTO ANTORCHISTA es la única fuerza política que tiene un diagnóstico preciso del país y un planteamiento completo para sacar a México hacia adelante, lo podemos resumir en, aplicar una política de crecimiento económico y junto con ello hacer una reforma fiscal progresista; aumentar impuestos al sector más rico del país, reorientar el gasto público para resolver los problemas de salud, vivienda, educación, servicios públicos y empleo para todos lo que quieran trabajar y aumentar sustantivamente los salarios.
Pero se requiere de un Partido distinto a los existentes, un partido que sea impulsado desde abajo, con estructura en los distintos núcleos sociales marginados y con un tipo distinto de liderazgo, de gente con formación política y filosófica, identificada con el pueblo. Hoy los pobres de México debemos de entender que ese partido tiene que ser impulsado con nuestra participación, porque se trata de no formarlo con cascajo, como está conformado Morena, que está hecho de sobras de los demás partidos.
COMPAñEROS ANTORCHISTAS A PONERNOS A TRABAJAR...MéXICO LO NECESITA.
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