En días pasados, como en años anteriores, miles de estudiantes concluyeron un ciclo escolar más, algunos terminaron sus estudios de un nivel educativo para pasar a otro y otros concluyeron su educación superior. Para todos aquellos las felicitaciones por su esfuerzo y dedicación estuvieron presentes.
Pero ha existido y existe, y por mucho tiempo quizá existirá, un número considerable de estudiantes que, año con año, abandonan sus estudios por alguna razón, agobiados en su gran mayoría por el factor económico.
La pobreza que vive el país también se ve reflejada en el abandono escolar. La educación en México no es totalmente gratuita, pues, si bien es cierto que el gobierno apoya en la contratación de algunos maestros y en ofrecer algunas becas, en la construcción de algunas escuelas, de equiparlas con lo más básico; también es cierto que todo esto, en muchos casos, es por la exigencia y lucha de años por parte de padres de familia y de maestros. Lo que ofrece el gobierno no es suficiente y menos con los apoyos que eliminó el actual gobierno de la 4T, por ejemplo, las escuelas de tiempo completo que beneficiaban a 3.6 millones de niños y adolescentes, y el servicio de internet.
Los padres de familia deben cubrir los demás gastos como son los materiales didácticos, uniformes, transporte, alimentación, salud y mantenimiento de las escuelas, todos estos gastos son incosteables para aquellas familias que no tienen suficiente ni para comer. La beca Benito Juárez no les alcanza para todos estos gastos necesarios.
De acuerdo con datos de la SEP durante los años 2019-2020, 2020-2021, 2021-2022 (de lo que va del año) han abandonado la escuela en la educación primaria el 0.4 por ciento en cada uno de estos tres periodos; en la educación secundaria el 2.7 por ciento, 2.0 por ciento y el 1.4 por ciento; en la media superior el 10.3 por ciento, 10.8 por ciento, 11.3 por ciento y en la superior el 8.4 por ciento, 8.2 por ciento, 7.9 por ciento, respectivamente. Como podemos observar la deserción escolar es una constante y es en la educación media superior donde se encuentra el mayor porcentaje de deserción.
El analfabetismo en México sigue siendo un problema. Personas mayores de 15 años que no saben leer ni escribir, según datos del INEGI de 2020, representan el 4.7 por ciento de la población se encuentra en esta situación tan lamentable, lo que representa 4,456,431 personas.
Ésta es la otra cara de la moneda, donde miles de niños y jóvenes ven con tristeza a sus semejantes celebrar algo que a ellos les fue arrebatado por el poco apoyo que destina el gobierno a la educación, por el casi nulo apoyo para las familias en situación de alta marginación.
Miles de niños y jóvenes que ya no se encuentran estudiando, pues los que ya puedan ayudar en algo o trabajar, están realizando alguna actividad para poder subsistir junto con sus familias; en el mejor de los casos, los mayores de edad, abriéndose camino en la vida, pero sin una formación académica. Dejar de estudiar no es una opción para aquellos que no tienen asegurado el pan de cada día, es una obligación que les imponen las omisiones y el desinterés del gobierno.
Erradicar el problema del abandono escolar es sencillo y muy complicado a la vez. Sencillo porque se requiere destinar recursos suficientes del erario para esas familias que así lo necesitan y muy complicado porque nuestro actual gobierno en vez de hacer esto, se dedica a eliminar programas y a recortar apoyos que servían para paliar un poco las carencias educativas.
En estos momentos no nos queda más que exigir nuestros derechos, luchemos todos juntos para que esto no siga siendo una constante, nuestros niños y jóvenes así lo demandan, la nación así lo requiere.
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