MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La peligrosa soberbia y el anticipado triunfalismo

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Crisis, el panorama de nuestro país es de una crisis generalizada. La pandemia no cede y se profundizan los males que por mucho tiempo han azotado a nuestra sociedad. Pero los acontecimientos se suceden unos a otros de manera tan vertiginosa, que el exceso de información y la repulsión generalizada de la sociedad ante el medio político y gubernamental, no permiten que los mexicanos tomemos conciencia de la gravedad de las cosas, pero, sobre todo, de la urgente necesidad de encontrar el remedio para evitar que nuestro país se enfile a un despeñadero sin salida. 

Al día de ayer sumaban 126 mil fallecidos de covid-19 y…. contagiados, con lo que se sigue profundizando la crisis de salud y las políticas de combate contra la pandemia no son más que discurso, pues no hemos pasado más allá del 9.6% de población vacunada.

De enero a marzo de 2021, la economía registró una contracción anual de 2.9%, con la que el PIB hiló seis trimestres consecutivos a la baja (Sol de México 30 abril 2021); Según la OCDE en su encuesta anual titulada “Risks that matters”, entre 26 de sus 38 miembros, México es el país en que se encuentran más familias afectadas por la pandemia del covid. Según los resultados 6 de cada 10 habitantes perdieron su trabajo o negocio en México, contra 3 que arroja la media el resto de los miembros del organismo citado (El Economista 28 abril 2012); según Hector Nájera y Curtis Huffman, del programa universitario de Estudios del Desarrollo de la UNAM. La crisis no solo aumentó, sino que se profundizó en 2020, pues hubo un crecimiento importante de la pobreza extrema, al inicio del año el 17% del total, 22.1 millones estaban en esta situación y al final, 22%, 28.3 millones. En el caso de la pobreza por ingresos, era 49% de la población, 63.7 millones y al final 56%, 72.7 millones. (economista 26 marzo 2021).

El autoritarismo aumenta en el gobierno de la 4T. Se agudiza la guerra contra los institutos autónomos como el INE, por revocar las candidaturas de Raúl Morón y Félix Salgado de Michoacán y Guerrero respectivamente; se viola la constitución para extender por dos años el mandato de Arturo Zaldívar, presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y se defiende a candidatos y gobernantes morenistas que han sido señalados de cometer delitos, como Saúl Huerta, acusado de violación de un menor hace unos días. 

Ante este terrible estado de las cosas, urge que la sociedad entienda la necesidad de participar activamente en nuestra vida política, y esto es así, porque la oposición en la que se enmarcan principalmente los partidos de la coalición Va por México, no termina de entender que la razón por la que hoy nos gobierna el autoritarismo y la demagogia, es esencialmente por su bancarrota, por su incapacidad para aplicar proyectos de país que nos condujeran por la ruta del progreso y desarrollo verdaderos. Cayendo en el exceso y los abusos, ignorando las justas y legítimas demandas de los sectores medios y populares, que desilusionados, creyeron en las promesas del mesías y su partido, que hoy nos gobiernan.

En Oaxaca, por ejemplo, un peligroso número de candidatos y operadores políticos, confiados en que la irritación social por el desastroso papel de los gobernantes morenitas, es suficiente para que la ciudadanía que un día dejó de creer en los partidos otrora poderosos, vuelva corriendo a sumarse a la coalición. Enfermos de prematura euforia, se resisten a dejar sus vendettas políticas, insisten en mantenerse como una suma aritmética  de pequeños cotos de poder, peleando los puestos en la mesa y debajo de esta, con lo que excluyen a las fuerzas vivas y progresistas del estado, con experiencia al frente de las masas populares y de los sectores medios, y que como referentes con prestigio social, pueden sumar a los grandes sectores sociales relegados, para los que no basta saber que hay alguien que intenta detener a los gobiernos morenistas que hoy nos tienen en crisis, sino que necesitan y exigen saber cómo es que se va hacer eso, qué propuestas y compromisos concretos harán para que se tenga la seguridad de que esta vez serán atendidos. Pero, sobre todo, saber que sus mejores hombres y mujeres, serán tomados en cuenta en los proyectos políticos actuales, en calidad de iguales.

Es un suicidio político dejarse llevar por la soberbia de los que pelean el espacio que no supieron defender ante el triunfo de Morena en 2018, de quienes piensan que las viejas estructuras partidistas que funcionaban con la compra de votos y conciencias, pueden operar como lo hacían en los tiempos gloriosos de estos partidos políticos. El hartazgo, el deseo de mantener el poder de los morenistas y el peso de los programas asistencialistas de la 4T, son peligrosamente más fuertes que los desteñidos y poco creíbles discursos que solo atinan a señalar los errores que hoy todos vemos, los oaxaqueños no olvidarán tan fácilmente que cuando estuvieron al frente de sus puestos en el gobierno, los abandonaron y menospreciaron.

Toda la sociedad oaxaqueña debe participar, exigiendo compromisos concretos e inclusión en la vida política y, sobre todo, apertura para participar en el proceso electoral, según la experiencia y la fuerza de cada sector de la coalición. El triunfalismo anticipado no solo pone en peligro los pocos puestos de trabajo que los miembros de las “estructuras partidistas” aún conservan, sino que, para amplios sectores, está en peligro el futuro y la vida misma. Es tiempo de que los dirigentes y operadores, atiendan a tiempo el peligro de dejarse dirigir por los dirigidos.

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