Con la intención de apoyar la diversidad lingüística y con la intención de hacer visibles aquellas lenguas que se encuentran en peligro, la UNESCO se propuso por primera vez, en 1999, celebrar el Día Mundial de la Poesía que determinó sería el 21de marzo.
Desde mi punto de vista, los motivos que llevaron a la UNESCO a promover el día de la poesía son loables, pero insuficientes, ya que hay razones más poderosas para celebrar este día, pues, parafraseando al poeta: la poesía puede ser un arma para sensibilizar y educar al pueblo. Me explico.
México se encuentra entre las naciones con los peores resultados en comprensión lectora. Nuestro país ocupa el penúltimo lugar en Lectura, de entre los 37 países que integran la OCDE.
Los resultados de las pruebas PISA, EXCALE y PLANEA arrojan los siguientes resultados: 1) sólo el 5 por ciento de los estudiantes son capaces de realizar con detalle inferencias, comparaciones y contrastes, debido a que la mayor parte de ellos solamente identifica el propósito del autor en un texto; 2) sólo 3 de cada 10 estudiantes que finalizan la educación básica no adquieren un aprendizaje completo de la asignatura de español y 3) los estudiantes de 15 años sólo alcanzan un nivel básico en las habilidades lectoras, pues solamente identifican el propósito del autor y 70 por ciento de ellos tiene dificultad para usar información de una lectura y aplicarla en la solución de una situación específica.
Como se puede observar, los resultados no son nada halagüeños y, al mismo tiempo, son preocupantes porque los estudiantes no comprendan lo que leen, lo que les resta posibilidades para fomentar la capacidad cognitiva, pues en la medida en que niños y jóvenes avanzan en los grados escolares, el porcentaje de conocimientos y capacidades a alcanzar depende de la lectura, de libros de texto, artículos científicos, etc., un estudiante con problemas de comprensión lectora tendrá serios problemas si logra ser universitario.
¿Como combatir tan alarmantes datos? En primer lugar, debemos de generar en los niños y jóvenes el gusto por la lectura y, justamente ahí, entra la poesía.
Autores como Nicolás Guillén, Rubén Darío, Mario Benedetti, Efraín Huerta, son poetas que con sus versos lograrían despertar en los estudiantes el gusto por leer, el gusto por la poesía y, no solo eso, además lograrían una correcta lectura y su acertada explicación. Despertaría en los estudiantes los sentimientos más bellos, las emociones más hondas, los pensamientos más profundos o más elevados (ingeniero Aquiles Córdova Morán). Todos los maestros, en todas las escuelas, debemos preocuparnos por impulsar la lectura y cada escuela debería tener espacios y horarios exprofeso para la práctica de la poesía. Aquí se vuelve necesaria -otra vez- la existencia de la Escuela de Tiempo de Completo.
Aunque la solución que planteamos para combatir el rezago en la lectura es una excelente opción, no será la solución definitiva, pues, mientras la escuela siga respondiendo a los intereses del capitalista, ésta seguirá contribuyendo a reproducir y profundizar la polarización social, pues por un lado seguirá educando a unos para ser trabajadores intelectuales, administradores, gerentes y a otros los formará como masas trabajadoras más o menos calificadas y condenadas a venderse por un salario de hambre.
Sabedores de esto, en Antorcha no sólo nos hemos propuesto impulsar el gusto por la poesía y la declamación. No sólo la usamos para inculcar a nuestros estudiantes el gusto por la lectura, también la usamos para enseñar al pueblo que se puede vivir en otra sociedad. Una sociedad en la que haya pan, vivienda, salud, educación, etc.
Esto lo vamos a lograr cuando el pueblo tome conciencia de que si se organiza y lucha podrá sembrar la semilla del porvenir.
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