En la Sierra de Tabasco, los pobladores de las comunidades, son, en su mayoría, pequeños ejidatarios que han dedicado toda su vida a la agricultura con herramientas rudimentarias. Uno de los pobladores de Tacotalpa, que prefirió estar en el anonimato en este escrito, relata que desde niño, ya trabajaba en el campo, pues sus padres lo llevaban a la siembra del maíz, calabaza, frijol, yuca, cilantro, perejil, cebollín etc… y que siempre tenían algo para comer, y vivían del fruto que les daba la tierra producto de su trabajo. Él se considera un campesino afortunado, ya que tuvo la suerte de ser heredero de las parcelas de su finado padre así como todos sus hermanos, y ahora tienen donde sembrar. Pero las cosas en la actualidad son diferentes, reflexiona. Ahora mis hijos no tienen tierras, más que las que yo les puedo heredar, dice. Ahora las parcelas las hemos fraccionado, muchos compañeros campesinos por necesidad han vendido sus tierras y ahora ya no tienen nada. Continua el relato, y menciona; “ahora con este gobierno, nos invitaron a apoyar a Morena, y nos prometieron que todos saldríamos en el programa de sembrando vida. Y si, salimos en sembrando vida. Pero confieso que por mi voluntad me di de baja. Mi parcela se inundó, y lo que le había trabajado, todo se terminó con la creciente. Volver a sembrar en esas condiciones no me conviene, por eso me di baja” comenta dejando ver una cierta inconformidad por el programa. Para él, hay una gran diferencia a lo que antes era el campo. Ahora en la vida del campesino se batalla mucho para sostener a la familia, cuando enferman el médico les recomienda, alimentarse bien, comer carne, huevo, leche, verduras y dejar las preocupaciones. Pero si esas son las indicaciones que les dan a los campesinos, como ellos mismos relatan, no comen las 3 veces al día, como dice el doctor, sino una o cuando bien les va dos veces al día y como se dice coloquialmente de lo que caiga.
Así el testimonio de uno de los campesinos cuyo nombre no deseó revelar. Pero cuantos no nos sentimos identificados con estas palabras, que salen de una realidad en el campo. Es verdad que las cosas han cambiado. Pero en México, se quedó estancado el desarrollo en el campo. Se comprende muy bien que México está muy lejos de ser autosuficiente para alimentar a su propia población. El campo mexicano ha sido una de las áreas productivas más castigadas. A pesar que durante buena parte del siglo XX el campo fue el principal pilar de la economía mexicana, hoy en día la producción agrícola ha perdido relevancia en México. Desafortunadamente, el abandono al campo ha sido una constante, generando problemas como la pérdida de la soberanía alimentaria, el aumento de la pobreza en zonas rurales, la migración de millones de mexicanos de sus lugares de origen y el estancamiento de la economía nacional.
Estos altos niveles de dependencia alimentaria han tenido repercusiones negativas en el acceso a la alimentación de los mexicanos. De acuerdo con el Índice Global de Seguridad Alimentaria publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), México ocupa el lugar número 30 de 105 países evaluados y cuenta con una infraestructura agrícola débil. Sobre la baja infraestructura agrícola en el país, ésta muestra una paradoja debido a que si bien durante los últimos años se ha incrementado la inversión pública y privada en el campo, esta se concentra en muy pocas manos, afectando de este modo la productividad del país. Esta desviación de recursos para beneficio de unos cuantos explica la baja producción agrícola mexicana. Por ejemplo, mientras que nosotros producimos alrededor de 3.3 toneladas de maíz y 5.5 toneladas de trigo por hectárea, países como Alemania, Inglaterra y Francia superan las 7.9 toneladas.
El abandono del campo mexicano ha tenido también repercusiones en la calidad de vida de las personas que viven en zonas rurales. Tal y como lo describe de viva voz el vecino de la Sierra, de acuerdo con datos del Coneval existen más de 16 millones de pobres viviendo en el campo. Esta situación de pobreza genera que millones de personas tenga que migrar de sus lugares de origen para buscar mejores condiciones de vida.
Desde hace ya muchos años, el campo está abandonado. El gobierno actual con el programa sembrando vida, no ofrece ninguna alternativa de superación a todos los problemas del campo, muy lejos está de ser una verdadera solución. Los mismos campesinos saben que no están produciendo ni para su propio consumo. Y la pobreza entre el sector campesino cada vez se acentúa más.
Ante esta situación de rezago el pueblo está consiente que lo que le dan como apoyo a los programas del gobierno de la 4T, se lo quitan con el incremento de la canasta básica. La vida cada vez es más cara. Así la situación tan precaria que viven todos los pobladores del campo, siguen esforzándose para sobrevivir pero su pobreza crece día a día. Es urgente cambiar el rumbo del país, y para eso debemos reflexionar que el único camino que nos queda es la organización, que debemos de organizarnos con nuestros verdaderos hermanos de clase para poder revertir esta situación.
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