En el acuerdo 23/08/21 publicado por la Secretaría de Educación Pública en el Diario Oficial de la Federación y en el que “establecen diversas disposiciones para el desarrollo del ciclo escolar 2021-2022 y reanudar las actividades del servicio público educativo de forma presencial, responsable y ordenada, y dar cumplimiento a los planes y programas de estudio de educación básica (preescolar, primaria y secundaria)…”, en su capítulo III del Título Uno, se plantean nueve acciones clave para promover el cuidado de la salud y la higiene para el regreso a clases presenciales.
Dentro de estas, se menciona la implementación de Comités Participativos de Salud Escolar, filtros de salud (en la casa, a la entrada de la escuela y en el salón de clases), lavarse las manos con agua, jabón y uso de gel antibacterial, uso de cubrebocas de manera correcta en nariz y boca, mantener la sana distancia, uso de espacios abiertos, suspensión de ceremonias y reuniones donde se concentre a la comunidad escolar, detección oportuna de personas con síntomas respiratorios relacionados con el virus SARS-CoV-2 y la promoción de talleres de apoyo socioemocional para alumnos y docentes.
Sin embargo dentro de estas acciones, el gobierno federal no se ha pronunciado respecto a las escuelas que no cuentan con la infraestructura suficiente para el establecimiento de los filtros mencionados (arcos sanitizadores, medidores de temperatura, gel antibacterial y jabón, maquinas sanitizadoras para las aulas), así como la reparación de aquellas que por el abandono han sufrido actos de vandalismo pues a pesar de que las autoridades de las escuelas reportan los delitos, los gobiernos en turno no han actuado en su reparación, Delfina Gómez reconoce que por lo menos 10 mil escuelas han sufrido estas acciones, pero la organización Mexicanos Primero dice que son más de 11 mil (¿y las escuelas que de por sí ya contaban con poca infraestructura como la falta de servicios básicos?); ni mucho menos a puesto mayor empeño para acelerar el proceso de vacunación no sólo en adultos, sino también en los menores que regresarán a las aulas.
Esto con mayor razón preocupa a los padres de familia, pues reconocen que el aprendizaje a distancia es poco, pero tampoco están dispuestos a que sus hijos corran riesgos frente a la tercera ola de covid-19; de acuerdo con una encuesta realizada en línea por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) a 60 mil personas, el 81% de los padres no está de acuerdo con el regreso de forma presencial. Mientras que, en Querétaro, en una encuesta realizada a 200 padres de familia, también en línea, el 84% reconoció que sus hijos aprendieron poco a distancia, el 73% no se han contagiado de covid-19 y el 63% no está de acuerdo con el regreso a clases de forma presencial.
El decretar que las clases presenciales se muestren como una actividad esencial en el país es un llamado de necedad y no de necesidad, por parte del Gobierno de la 4T, el presidente de la República sabe que su programa Aprende en Casa ha sido un fracaso y sólo un despilfarro de dinero para beneficiar algunos empresarios. Está llevando al matadero a los estudiantes mexicanos.
La insistencia del presidente Andrés Manuel López Obrador por volver a las aulas con sus dichos de que: habrá clases “llueva, truene o relampaguee” y que “se tienen que correr riesgos”, son una muestra clara de que el Gobierno de la 4T juega con la salud y el futuro de los mexicanos, que existe incapacidad de sus funcionarios, que sólo se cuadran a lo que “ordene el señor” como la maestra Delfina Gómez, para enderezar el barco que esta por hundirse.
El regreso a las aulas es necesario, claro que sí, pero primero debe asegurarse la vacunación de por lo menos el 70% de la población, como lo han recomendado algunos expertos, sin descartar además el mejoramiento de las escuelas en todo el país, el acceso a agua, jabón e insumos para sanitización de las mismas, y por supuesto seguir al pie de la letra los protocolos recomendados; sólo así habrá garantía de un regreso a clases presenciales que aseguren los aprendizajes esperados para los estudiantes de México. Regresar en las circunstancias actuales a clases presenciales, simplemente es una terquedad del presidente de la República.
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