¿Por qué López Obrador no pudo terminar con la corrupción como lo había prometido? ¿Por qué no pudo acabar con la pobreza? ¿Qué le impidió lograr que creciera la economía? ¿Por qué aquello de que nuestro sistema de salud llegaría a ser como el danés resultó ser puro cuento? ¿Por qué sus buenas intenciones no bastaron y va a dejar el país más pobre, más corrupto y con más muertes de como lo encontró? ¿Incompetencia, mediocridad, falta de realismo? ¿Todo junto?
Gran campaña, presidencia mediocre, preocupado más por la popularidad que el buen gobierno; de prometer regresar al ejército a los cuarteles, pasó a militarizar la vida del país y a concebir planes para extender su mandato mas allá de su periodo; tras criticar al PRI, ahora les ha dado nueva vida a sus programas clientelares.
La corrupción y el autoritarismo, continúa y se ahonda. Echó a perder lo que iba a ser un gran aeropuerto internacional y por capricho lo sustituyó por otro que tiene que sostener con enormes subsidios para ocultar su fracaso; sin dudarlo utiliza su diarrea mañanera para denostar y combatir a quien lo contradice. Presidente de la impunidad; no hay día en que López Obrador hable mal de García Luna, de Calderón, de Anaya, etc., pero de los excesos y corruptelas de su procurador general no dice ni pío; absolvió a sus hermanos a pesar de que todo el mundo los vio recibiendo dinero sucio para las campañas. Eximió de culpa a su hijo a pesar de las evidencias de su corrupción (hoy sale a la luz que Pemex sí otorgó contratos a cambio de darle una vida de lujos a José Ramón).
La inseguridad no cede; el mandatario pasará a la historia como el presidente de los muertos; más de 750 mil por la pandemia, más de 150 mil por la inseguridad, más de 1,500 niños con cáncer por falta de medicamentos. Hace dos años el presidente prometió que se dejaría de llamar Andrés Manuel si en menos de un año nuestro sistema de salud no era como el de Dinamarca, sin duda, “Enfermo de Locura” debería ser su nuevo nombre.
Transformación, terminó siendo la misma mafia del poder que prometió combatir. ¿Impuestos para los más ricos? Nada; ninguno de los más ricos ha dejado de ganar dinero, ahora son más ricos: a Slim lo llenó de contratos, Larrea terminará el sexenio dueño del banco más grande del país; los dueños de las televisoras son ahora más ricos y más influyentes. López Obrador ha hecho más ricos a los ricos y más pobres a los pobres. ¡Bravo, presidente!
López Obrador pasará a la historia como el presidente que acosó y amenazó a periodistas, el presidente que insultó a jueces por aplicar la ley; como el presidente que intentó apropiarse del INE para perpetuarse en el poder; que ignora y desprecia a las madres de los desaparecidos y a todo grupo feminista.
La locura, la prepotencia, el autoritarismo, la ignorancia de López Obrador son signos claros que obligan al país en general a replantear un proyecto de nación diferente en el que tengan cabida todas las voces, sectores y organizaciones de la sociedad mexicana que eviten los peligros de un agravamiento de la crisis económica, política y social que vive México.
La buena noticia es que el verdadero poder está en nuestras manos; organizados, educándonos y actuando como un solo hombre tal como lo hace el Movimiento Antorchista; los mexicanos podemos hacer valer nuestra fuerza en las urnas en las siguientes elecciones, y lograr que no exista ni un solo voto más a quienes crean esperanza destruyendo el futuro. ¡Ni un voto más a Morena!
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