El gobierno morenista del municipio de Guadalupe no logró “hacer historia” y mucho menos impactó con el principio de “por el bien de todos, primero los pobres”. La realidad lo comprueba de forma contundente, pues la política ejercida durante los cerca de 3 años de gobierno consistió en culpar a los del pasado, pero nada dice de las promesas que hizo en 2018, porque nada ha cumplido.
Con sus políticas erráticas, Morena y sus gobiernos han entrado en una crisis a muy temprana edad y viven su vejez prematura debido a la visión del presidente de México que es su guía y fundador. López Obrador se empeña en mantenerla solo con pequeñas modificaciones de detalle acudiendo a trucos y maniobras legaloides para adecuar las cosas a su favor. Empeñarse en eso, no solamente es un esfuerzo vano, es un error mucho más grande, que de persistir traerá consecuencias funestas para la población.
El municipio de Guadalupe es un ejemplo de la decadencia política a edad temprana del morenismo y uno de los factores fue el no brindar el apoyo a la ciudadanía desde el primer momento y estar entregando todo tipo de dádivas durante la veda electoral, lo que es un delito y una falta de respeto a la ciudadanía que anhela un gobierno con participación de todas las expresiones políticas para conseguir el bien común.
Como Morena sigue con esa actitud no le queda más que aceptar la inevitabilidad del cambio y reconocer que ante la cruda realidad, la 4T no puede perpetuarse en el poder, en las nuevas circunstancias debe aceptar que no pudo transformar el municipio ni brindar apoyo a todos los sectores y grupos vulnerables.
Como consecuencia del distanciamiento que por más de dos años se aplicó al pueblo ahora que busca la reelección el gobierno parece un cuerpo extraño, con restos del pasado inmediato simplemente maquillado y disfrazado para tratar de engañar otra vez.
Para la 4T, la aceptación del reto debe ser completa y profunda, debe implicar necesariamente aceptar la posibilidad de perder y por consecuencia la de entregar el poder a un proyecto superior, de otra manera solo se prolongará la agonía del pueblo sumido en la pobreza, en medio de la pandemia, el desempleo y la inseguridad pública. Sería lamentable que Morena se aferre al poder a como dé lugar, así lo estamos viviendo en esta campaña electoral.
En este proceso electoral Morena tiene el sabor y olor de la derrota. El aspirante morenista y sus iniciativas no embonan con el pueblo, no incluyen a los sectores siempre olvidados.
Veamos solo algunas de las propuestas de Julio César Chávez: crear un bosque urbano sustentable, potenciar la inclusión de la ciudadanía en la toma de decisiones, consolidar el cuerpo policiaco municipal, fortalecer la planeación urbana responsable de los distintos sectores del municipio. Se trata de once generalidades que no dicen nada, con las buenas intenciones no se pasa a lo concreto y por lo tanto la ciudadanía está alejada de su proyecto.
Hoy el pueblo quiere escuchar y seguramente le va a brindar el voto al candidato que tenga resultados, respaldará al aspirante que le hable de frente y que ponga el dedo en la llaga en lo que le duele a Guadalupe.
Llegó la hora del cambio con la alianza Va por Zacatecas, estoy seguro que con el PRI-PAN y PRD están las propuestas certeras para resolver los graves problemas de Guadalupe, es necesario, ya no puede esperar más la regularización de lotes, urge la creación de obra pública y no puede seguir el alto cobro del predial, con estas acciones y otras acciones sí se lograría impactar en el bienestar de la gente.
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