Tomo como título de mi artículo de esta semana una línea de la poesía del dramaturgo alemán Bertolt Brecht titulada ¨Oda a la dialéctica¨. Por lo cual me veo obligado a tratar de hacer una breve reseña de lo que trata la poesía, no sin antes recordar que el tiempo en que vivió el poeta fue uno de los tiempos históricos más memorables para nuestra historia mundial, pero también una época llena de violencia, sangre y por tanto muerte de miles de hombres, mujeres y niños. (La 1ra y 2da guerra mundial) donde no sólo perdió algo más que tiempo sino también a un hijo en el frente de batalla soviético defendiendo la unidad de los países europeos bajo la batuta rusa.
Dicho esto, siento la obligación de decirle, amable lector, que la poesía de Bertolt Brecht no está únicamente llena de emoción, sino también de una actitud combativa por lo cual en esta poesía que él titula ¨Oda a la dialéctica¨ no podía faltar el sello particular del alemán. Esta lírica nos llama a levantar la voz ante la injusticia y nos alienta a no claudicar en la búsqueda de una sociedad más justa y equitativa donde podamos vivir sin preocuparnos de la seguridad de los nuestros, porque estará garantizada por el estado, es un llamado claro a todos los explotados.
Me atrevo a tomar como ejemplo las líneas del dramaturgo dado que a pesar de haber transcurrido 76 años de terminada la segunda guerra mundial, las notas de violencia no han dejado de aparecer en los diarios de todo el mundo antes y después de este acontecimiento ¿Por qué si la guerra finalizó hace tanto tiempo, la violencia no termina?
Lamentablemente, debemos de dejar claro, que, la violencia no se suscita de manera fortuita; históricamente las pugnas entre personas, tribus, pueblos, sociedades o países han sido por la pelea de territorio, bienes o mercancías. Y estas pugnas han sido provocadas en el pasado reciente por ¨El Tío Sam¨. Me niego a aceptar como normal que en México tengamos que cuidarnos cada vez que salimos a la calle de regresar con bien, o que ahora personas que se dedican a dañar a nuestra sociedad tengan tan ancha la puerta para hacerse de puestos de poder y que por ende controlen a su antojo la forma de cómo vive nuestra sociedad.
Esa es la realidad que vivimos los mexicanos en nuestro día a día, hay violencia por nuestras calles y lamentablemente quienes deberían encargarse de garantizar la seguridad en nuestra patria están más ocupados en predicar una política de “seguridad”, que no ha servido más que para engañar a los menesterosos y a la clase media de nuestro querido México; creo que debemos de sentirnos aludidos todos cada vez que se anuncian más asesinatos, más robos, el incremento de jóvenes que van a engrosar las ya largas filas del crimen, y una vez sintiendo como un derecho de todos nosotros el alzar la voz, hagámoslo por los medios que nos sean posibles como lo hacía Bertolt Brecht en su tiempo, en contra de la injusticia para hacer sentir el inmenso malestar del pueblo mexicano en contra de políticas de seguridad que no están cerca de lograr terminar, ni menguar lo más mínimo uno de los problemas más arraigados en nuestra patria y que tanto dañan a la sociedad.
La situación de nuestra patria no es otra que la que nosotros mismos con nuestra indiferencia hemos conseguido por el transcurso del tiempo. Yo los llamo a organizarnos y a poner de relieve el problema y juntos de manera unida logremos transformar nuestra realidad en favor de los oprimidos. Y para aquellos que crean que es imposible emprender una lucha a nivel de lo que nuestro país reclama, les dejo el último párrafo de la poesía que motivó este artículo.
“¿De quién depende que siga la opresión? De nosotros.
¿De quién que se acabe? De nosotros también.
¡Que se levante aquel que está abatido!
¡Aquel que está perdido que combata!
¿Quién podrá contener al que conoce su condición?
Pues los vencidos de hoy son los vencedores de mañana y el jamás se convierte en hoy mismo”.
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