MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Las “corcholatas” y su “no-campaña”

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Ustedes acaso se han preguntado ¿por qué ya están en marcha las campañas electorales para elegir al próximo presidente de la República? ¿Por qué el presidente López Obrador ha echado a andar el proceso con tanta anticipación, e incluso, violando la ley?

Desde mi punto de vista, posiblemente no haya una sola respuesta a estas interrogantes, pero adelantemos las más posibles y evidentes:

1.    Posicionar con mucha anticipación en la mente de los electores a sus candidatos a la presidencia de la República, a sus “corcholatas”, como les llama vulgarmente; es decir, tomar la delantera, ganarles el arranque y el proceso a sus posibles competidores, de tal forma que, para cuando estos inicien legalmente las campañas, sus “corcholatas” ya estén contando los posibles votos que van a obtener, ellas y su partido Morena.

2.    Usar recursos del erario, es decir, recursos públicos, esos dineros que administra el gobierno federal y que son producto de los impuestos; usarlos para los gastos de campaña sin que sean inspeccionados ni intervenidos. O sea, servirse con la cuchara grande aprovechando que tiene el control total de la bolsa del país, de todo el presupuesto federal, de todos los recursos, y que él, como presidente, cree que tiene todo el poder para poner, disponer y despilfarrar el presupuesto federal.

3.      Y la tercera respuesta que podemos dar a las anteriores interrogantes, quizás la más pérfida (claro que las otras dos también lo son): adelantar todo el proceso electoral tiene el negro propósito de distraer a los mexicanos, que sus conversaciones ronden en torno a las llamadas “corcholatas”; que ocupen sus mentes en lo que interesa al presidente y a su gente, y no en los problemas que aquejan a las familias mexicanas; así, en lugar de que los mexicanos estemos hablando de que este país está peor que antes y estemos pensando en qué hacer y cómo resolver, pensemos y hablemos de López Obrador y sus “corcholatas”.

Y, por lo tanto, en lugar de estar reclamando que se pare la ola de violencia en México, que ya ha cobrado más de 161 mil 794 víctimas por homicidios dolosos y más de 42 mil desaparecidos, hablemos de las elecciones; que olvidemos que, en su periodo de gobierno, su política equivocada en el combate al Covid-19 y a favor de los ricos del país, provocó que más de 6 millones de mexicanos cayeran en pobreza y otros tantos estén en el umbral.

Además, de tener entretenidos a los mexicanos con el proceso electoral, pretende adelantarse, porque muy probablemente esté percibiendo que se está abriendo la posibilidad de que, ante tanto desastre y tantas promesas incumplidas, pueda perder la elección de 2024; teme que los mexicanos nos demos cuenta que en su gobierno y en su partido no somos, “por el bien de todos, primero los pobres”.

 Además, de tener entretenidos a los mexicanos con el proceso electoral, pretende adelantarse, porque muy probablemente esté percibiendo que se está abriendo la posibilidad de que, ante tanto desastre y tantas promesas incumplidas, pueda perder la elección de 2024; teme que los mexicanos nos demos cuenta que en su gobierno y en su partido no somos, “por el bien de todos, primero los pobres”.

Que ante la falta de salud, de medicamentos, de hospitales gratuitos, etcétera, pensemos en las “corcholatas”; que ante la angustia de ver que todo ha aumentado de precio (el gas, la luz, el transporte y todos los productos de la canasta básica), y que hoy la vida es más difícil y en mucho atribuible a las políticas neoliberales y a favor de los ricos de su gobierno; en lugar de ver eso, que pensemos en las elecciones y que vendrá un nuevo mesías a sacarnos de esa angustia y de esa situación; que sigamos aguantando, que no hagamos nada, que no nos movilicemos, que ni vislumbremos la posibilidad de un gobierno del pueblo, porque según él, López Obrador, representa al pueblo.

Asimismo, que no analicemos, ni nos demos cuenta, que la corrupción está mínimamente igual que en los gobiernos anteriores, sino es que peor; que no hay obra ni apoyos sociales; que hoy en este gobierno, como bien me lo dijo un campesino del municipio de Alfajayucan, ahora no reciben ni “frijol con gorgojo”. 

Pero, además, sin importarles en absoluto las necesidades del pueblo, se están gastando los recursos que deberían usarse en obra pública; así lo denuncian, por ejemplo, Ciudadanosenred.com: “En el marco de la no-precampaña de Morena, los gastos desmesurados en anuncios espectaculares por parte de los precandidatos presidenciales han dejado al descubierto varias situaciones preocupantes. En primer lugar, queda en evidencia que el discurso de austeridad que tanto predica el partido es una mera farsa, especialmente cuando se observa la cantidad de recursos destinados a la publicidad en vallas y espectaculares. En segundo lugar, los gastos reportados por los precandidatos parecen ser mucho más altos de lo que oficialmente se registra en el partido, lo que pone en entredicho la transparencia del proceso y genera dudas sobre la veracidad de los informes presentados”

Es importante recordar que la austeridad ha sido una de las principales banderas de Morena y del actual gobierno, promoviendo un uso responsable y eficiente de los recursos públicos. Sin embargo, los altos gastos en publicidad y la aparente discrepancia entre los informes presentados y la realidad de los anuncios espectaculares revelan una contradicción preocupante”.

En el mismo tenor denuncia el diario El País en nota del 4 de julio: “Los aspirantes de Morena también libran en el terreno de las redes su batalla por la sucesión presidencial. Las “corcholatas”, como se conoce comúnmente a los contendientes del bloque en el poder, han gastado 8.3 millones de pesos en los últimos tres meses en promover su imagen mediante publicidad pautada en Facebook e Instagram, las plataformas sociales de Meta […] El origen del dinero empleado por las “corcholatas” en esta fuerte campaña digital no está claro […] Estas costosas campañas virtuales han tenido lugar al margen de la legislación electoral mexicana, pues el periodo para las precampañas no comienza sino hasta la tercera semana noviembre”.

Así, tenemos un gasto exorbitante en las no-campañas de los candidatos presidenciales de Morena: cada candidato tiene asignado 5 millones para sus giras, en total 20 millones; más lo gastado en redes sociales (más de 8 millones en hasta los  primeros días de julio) y de espectaculares, sin contabilizar pintas en bardas, etcétera, han gastado, al menos, 25 millones, de acuerdo con diversas fuentes, incluyendo a uno de los precandidatos, Ricardo Monreal, quien denuncia que él y su equipo han contabilizado más de 720 espectaculares.

¿Y los problemas de la gente? Para cubrir estas necesidades nunca hay recursos, en cambio, para las campañas, siempre hay. No caigamos en la trampa, no nos dejemos mediatizar ni manipular; debemos pensar y poner manos a la obra para tener un gobierno verdaderamente del pueblo, como lo ha señalado nuestro líder nacional, el maestro Aquiles Córdova Morán: “Tenemos que crear una fuerza social que gane el poder, pero esta vez para el pueblo y no para los poderosos de siempre […] necesitamos ser millones para ganar la batalla sin pólvora, sin muerte, sin violencia: hablo de una cosa más difícil de lograr: organizar al pueblo, educar al pueblo, concientizar al pueblo para que haga primero que nada, uso de su arma más legítima y al mismo tiempo, quizá, la más poderosa: su derecho a elegir libremente al gobernante que vele por sus intereses”.

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