MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Las masas son importantes para los movimientos sociales

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Ricardo Flores Magón (político anarquista en 1910), afirmaba que: “Los sumisos, los mansos, los indiferentes, los sufridos, los resignados, son la masa, la muchedumbre que con su pasividad, su modorra y falta de carácter, hace lento y doloroso el avance de las sociedades humanas hacia la libertad y la felicidad". Como anarquista que fue, Flores Magón, niega el papel importante que tiene la participación masiva del pueblo organizado y politizado en las transformaciones sociales. Los anarquistas consideran que no son las masas las que hacen las transformaciones, que para cambiar y transformar el mundo es necesario acabar con el Estado-gobierno de manera violenta y anárquica, a través y por medio, de un minúsculo grupo de iluminados y profesionales en la lucha armada, pero sin la participación masiva de la sociedad.

La historia de la humanidad ha demostrado repetidamente que las grandes transformaciones sociales revolucionarias tanto violentas como democráticas, no las hace un solo individuo por excelente, honesto, o perfecto estadista que sea. Las transformaciones son producto de la participación activa del pueblo, pero sin embargo también es cierto, que no toda la sociedad se vuelca a participar en dichas transformaciones, solo la sociedad más avanzada, más clara, más madura y más consciente lo hará.

Ejemplo: La clase trabajadora en cualquier parte del mundo, ya sea obrera o campesina, tendrá la necesidad por la propia naturaleza de la producción y por el grado de explotación a la que está sometida, de tener un cierto nivel de organización gremial o grupal, tenderá a generar los medios de lucha para mejorar sus condiciones de venta de productos, de mejores salarios, de jornadas laborales más justas, de mejores créditos a la producción agrícola etc. O sea las propias condiciones de explotación generan en la clase trabajadora un cierto nivel de conciencia que lo llevara a formar gremios sindicales u organizaciones campesinas que luchen por mejorar sus condiciones de tipo económico y de trabajo.

Dicho en otras palabras los trabajadores, podrán por sí solos, llegar a formar condiciones organizativas necesarias para la lucha económica. Sin embargo el pensamiento, la ideología, y la conciencia política que lo pueda orillar a entender el papel histórico que como clase social trabajadora tiene en la historia del mundo, la cual es ser el actor principal de la transformación social en el capitalismo, este nivel de conciencia no se podrá formar por sí solo y de forma espontánea al interior de la clase trabajadora. La conciencia política y de clase tendrá que ser introducida desde afuera por organismos y por individuos plenamente conscientes y profesionales en la lucha, que les mostrarán a través de la educación política y la lucha constante, que sólo unidos como clase social podrán verdaderamente lograr una transformación que no solamente mejore salarios, jornadas de trabajo, o precios de productos agrícolas sino que genere, una transformación profunda y revolucionaria que desemboque en una sociedad mucho más justa y equitativa, en donde la clase trabajadora pueda tener decisiones importantes en el rumbo de su nación.

Pero también es necesario aclarar (como dije anteriormente) que no toda la clase trabajadora tendrá la intención de concientizarse, otra no lo podrá hacer, y otra parte estará en contra de esa forma de pensamiento. Solamente la clase trabajadora madura, más consciente, más educada, más politizada, más abnegada, será la que tomará en sus manos y encabezará la lucha política de la verdadera transformación social, la cual estará dirigida y guiada por su organización política que aglutine en su seno a la gran mayoría de esa sociedad de calidad.

Y es precisamente la falta de ese tipo de organización, la falta de ese tipo de sociedad de calidad política, lo que ha hecho que el pueblo pueda ser manipulado, engañado, y troleado como lo hizo en un principio el presidente de la república. 

López Obrador abuso de esta falta de politización, abuso de esa ignorancia política y de esa ingenuidad social de la que peca el pueblo mexicano. En principio el presidente le dijo a la nación lo que el pueblo necesitaba escuchar, lo que quería escuchar y éste le creyó, confió en el, el pueblo le dio su voto de confianza pero una vez en la silla presidencial todo cambio: hoy, el señor pretende aparecer como el dador de bienestar, el proveedor de la justicia y de los buenos actos, mesiánicamente se dice saber lo que el pueblo necesita y desde arriba determina, quita y agrega lo que él considera necesario, y traza el rumbo de la nación, pero curiosamente al mismo tiempo evita que el pueblo exija lo que verdaderamente necesita, obstaculiza, frena y agrede cualquier intento de organización social popular, o de exigencia social, no acepta que el pueblo luche y se organice porque sabe perfectamente que esto le generará problemas en el manejo y manipulación social de la población.

Si un individuo está por el beneficio verdadero de los pobres, de acuerdo a esos principios, alentara y fomentará la organización social, proveerá los medios necesarios para que en cada colonia en cada pueblo la sociedad se organice, y participe de forma activa en la solución de sus problemas locales porque de esa manera y sólo así, la sociedad podrá exigir, conseguir y resolver lo que realmente necesita. Un dictador autoritario y antidemocrático, déspota y omnímodo, evitará que el pueblo luche y se organice, cancelará a todo intento de organización social tal, como le está haciendo actualmente. 

Por tanto a la sociedad mexicana no se le puede llamar estúpida como tampoco se le puede llamar estúpido a un alumno que ignora las cosas cuando no se le han enseñado. Los mexicanos aprenden y aprenden rápido, tan es así que hoy muchos están conscientes que fue un craso error el haber permitido que Obrador llegar a la presidencia, de que dimos pasos hacia atrás en evolución social de que, México involucionó  políticamente.

A  pesar del manejo obscuro y tendencioso de las cifras por parte del gobierno de la nación, sabemos que el presidente ya no cuenta con la  gran mayoría que tenía en un inicio y que sus hechos y no sus dichos, están demostrando lo que verdaderamente es: un presidente de cuarta. Hoy los mexicanos sabemos que de los errores también se aprende y eso es lo que debemos de combatir con la organización popular de los mexicanos.

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