Escribo esto, no con la intención de dar una visión infinitamente superior a otras ya dadas sobre el conflicto entre Ucrania y Rusia, sino porque creo que no me puedo permitir, en la medida de lo posible, que mi opinión no se sume a las ya de por sí importantes para destacar que la execrable campaña contra Rusia no de ahorita, sino desde hace ya varios años.
Contra la mayoría de las previsiones de los analistas serios la intervención militar por parte de Rusia se dio tal vez más porque en geopolítica es difícil adivinar un movimiento que no se ha dado antes. Me explico, el conflicto tiene su epicentro en que Moscú no puede perder lo que se llama sus líneas rojas, la defensa de Rusia está programada para que, si alguna vez le lanzan un misil nuclear, cuenten con minutos para responder y enviar uno a Estados Unidos (EE. UU.) Al romperse esos cinco minutos que tienen, pierden su capacidad de defensa.
Cuando la URSS se desintegró, EE. UU. prometió que las antiguas repúblicas socialistas no se iban a adherir a la OTAN, la organización que ha permitido el control militar en el mundo después de la caída del bloque socialista, y ese acuerdo no se cumplió, uno de los principios del derecho internacional es el respeto a los acuerdos hechos, y bueno la OTAN ha estado adhiriendo miembros hacia el este precisamente a ex miembros del bloque socialista.
Cuando Georgia intentó adherirse a la OTAN, las zonas de Abjasia y Osetia del Sur, declararon su independencia e inició una guerra interna, llegó un momento donde los excesos contra estas dos zonas obligaron a Rusia a reconocer su independencia y a darse un conflicto militar, que terminó con el reconocimiento de Abjasia y Osetia del Sur dentro de Georgia como estados con independencia y derecho de veto ante una posible anexión. Algo similar se pensaba que pasaría en Ucrania, la política de Rusia ha sido así un hábil juego de ajedrez ganado, pasos calculados y tal vez por eso la mayoría de los analistas no pensaban en la posibilidad de la intervención directa.
Lo que a todos nos debe sorprender es cómo ahora, ante este conflicto armado, queda claro que los EE. UU. eran los únicos beneficiados con la guerra, que prometieron abiertamente apoyo total a Ucrania pero que no lo dieron ni lo darán más allá del envío de armas. La maquinaria ideológica nos quiere vender a Ucrania como el pobre y sufrido. Tenemos que decir que muchos de los ucranianos son ruso-parlantes, se sienten y comparten las ideas rusas. Hay en particular una región conocida como el Donbas que tiene frontera con Rusia en estas condiciones, en Ucrania se dio un golpe de Estado hace algunos años, que poco eco se tuvo en los medios.
Resultado de esto han pasado ahora dos presidentes después del depuesto, hoy en día Zelenski, un exactor de televisión es el candidato ideal para hacer lo que dicen los grandes magnates ucranianos, este presidente popular que nos quieren vender como muy hábil y eficaz no es más que un títere del magnate ucraniano Ígor Kolomoiski, algunas áreas de su actividad son los productos petrolíferos y los medios de comunicación, es dueño de un canal de televisión, y fue gobernador de una ciudad llamada Óblast de Dnipropetrovsk.
Cuando Ucrania propone su adhesión a la OTAN, suma dentro de Ucrania el no reconocimiento de los rusos; es decir, una medida enteramente fascista, en la región de la región del Donbas (como ya dijimos identificada como rusa) Donetsk y Luhansk, junto con algunas otras provincias, proponen un referéndum para nombrarse independientes. Es aquí donde la participación del magnate Ígor queda más clara, se dice que se gastó más de 10, 000, 000 dólares en la creación de batallones nazis con voluntarios (léase mercenarios) ucranianos y extranjeros se sabe que muchos estadounidenses se encuentran en estos batallones, estos batallones durante más de 8 años han cometido atrocidades contra la población ruso-parlante y la mal llamada comunidad internacional no se inmuta.
La prensa documentó en uno de los referendos cómo Milicianos neonazis herían a personas a quemarropa desarmadas, según el fotógrafo de guerra Jérine Sessini “No es una certeza, pero por su actitud general y sus gestos muy precisos, tuve la clara impresión, digamos al 95%, de que había mercenarios estadounidenses o formados por estadounidenses entre ellos”. Sumado a esto amnistía internacional en 2014 informó que estos batallones de “voluntarios” bloquearon un convoy de ayuda humanitaria, utilizando el hambre contra la población civil lo que constituye un crimen de guerra. ¿Qué dice la Unión Europea contra esto? ¿Qué dicen las miles de voces que ahora se rasgan las vestiduras contra la “invasión rusa”? guardaron total silencio y lo siguen haciendo, ¡defienden a un gobierno pro nazi pretendiendo olivar que son nazis!
Por si quedaba alguna duda de lo dicho, en diciembre de 2021 se presentó en la asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas una resolución para prohibir la exaltación y reconocimiento a las muestras nazistas y/o fascistas, ¿Adivinen quién votó en contra? EE. UU. y Ucrania.
Ahora nos quieren vender a todas luces la idea de héroes ucranianos, a través del permanente aparato mediático ya muy desarrollado quieren que veamos a los nazis ucranianos y gringos como unos héroes de guerra. Hay una segunda escalada en esta guerra ideológica están utilizando el deporte como una nueva arma de guerra contra Rusia, la FIFA sobre todo ahora se muestra muy partidaria de las libertades y la no intervención, pero ha sancionado a jugadores por llevar casacas en apoyo a Palestina por poner algún ejemplo, ahora los jugadores títeres de sus patrocinadores salen con su playera no war (no a la guerra) y banderas ucranianas llenan los estadios sobre todo ingleses, ¿y los miles de asesinados en Yemen tampoco cuentan? La FIFA ha anunciado la expulsión de todos los equipos rusos de las competencias internacionales incluida la selección, ahora la federación internacional de gatos prohíbe el uso de gatos rusos en competiciones, alguna universidad europea planteaba la prohibición de autores de literatura rusa, ¿Qué sigue, prohibir la ensalada rusa? Se han prohibido la trasmisión de Rusia Today y Sputnik en suelo europeo.
Estas medidas fascistas para defender al fascismo ucraniano y estadounidense, demuestra una vez más, que el camino para confrontar la perversa manipulación nos deja claro que se requiere una larga y perseverante labor de explicarle al pueblo pobre de México y del mundo que con tal de obtener más ganancias los magnates arman a nazis y ponen al mundo de cabeza, cuando Rusia les pone el alto responden con sanciones y con prohibiciones ridículas y neonazis. La tarea está ahí espero que esta modesta colaboración sirva de algo para dar la batalla contra la guerra mediática antirusa.
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