Una empresa paraestatal es aquella que ayuda al gobierno a lograr ciertos objetivos, para lo cual éste la crea y le destina presupuesto del erario, pero conservando cierta autonomía. Un ejemplo de empresa paraestatal es Liconsa S. A. de C. V., surgida en el gobierno del presidente Manuel Ávila Camacho en el año de 1944, con el nombre de “Nacional Distribuidora y Reguladora, S. A. de C. V.". Fue en 1972, cuando toma el nombre de "Leche Industrializada Conasupo, S. A. de C. V.", de donde se deriva el nombre actual de Liconsa.
Uno de los objetivos de Liconsa es “impulsar la economía familiar y la alimentación sana y nutritiva, a través del abasto de leche de calidad a precio preferencial para sus beneficiarios, especialmente niñas, niños y adultos mayores”.
Liconsa depende de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, que según el Programa Institucional 2020-2024 de Liconsa deberá mejorar “la nutrición de millones de mexicanos en condiciones de pobreza… a un precio preferencial por litro de 5.50 pesos para la población objetivo”. La cual está formada por: Niñas y niños de seis meses a 12 años de edad; mujeres y hombres adolescentes de 13 a 15 años; mujeres en periodo de gestación o lactancia; mujeres de 45 a 59 años; personas con enfermedades crónicas y personas con discapacidad y; personas adultas de 60 años y más.
El mismo Programa citado afirma que “Estudios elaborados por el Instituto Nacional de Salud Pública han demostrado que los niños que consumen de manera constante la leche fortificada Liconsa tienen menores tasas de anemia, deficiencia de hierro y desnutrición crónica; alcanzan más estatura y masa muscular; despliegan mayor actividad física y registran mejor desarrollo mental.”
En una publicación del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), titulado, “Estado Mundial de la Infancia 2019. Niños, alimentos y nutrición: Crecer bien en un mundo cambiante”, nos informa sobre las tres desgracias que pueden causar la muerte o una vida de enfermedades en los niños: la desnutrición, el hambre oculta y el sobrepeso.
Este informe advierte cómo la triple carga de la malnutrición perjudica a los niños, adolescentes y las mujeres. La desnutrición, permite “retraso en el crecimiento y emaciación (adelgazamiento morboso); crecimiento deficiente, infección y muerte; cognición deficiente, falta de preparación para la escuela, bajo rendimiento académico y; un reducido potencial de ingresos más tarde.”
Por su parte, el hambre oculta es la carencia de micronutrientes (vitaminas y minerales), y sus consecuencias fatales son: Desarrollo y crecimiento deficientes; problemas para la inmunidad y el desarrollo de los tejidos; mala salud y riesgo de muerte. El sobrepeso, provoca a corto plazo problemas cardiovasculares, infecciones y baja autoestima. A largo plazo provoca obesidad, diabetes y otros trastornos metabólicos.
El informe lanza arteramente la siguiente frase: “149 millones de niños menores de 5 años siguen sufriendo de retraso en el crecimiento”. Más adelante dice: “al menos 1 de cada 3 niños menores de 5 años está desnutrido o tiene sobrepeso, y 1 de cada 2 padece hambre oculta, lo que menoscaba la capacidad de millones de niños para crecer y desarrollar su pleno potencial”.
Después afirma categóricamente con una estremecedora frase: “La triple carga de la malnutrición –la desnutrición, el hambre oculta y el sobrepeso– amenaza la supervivencia, el crecimiento y el desarrollo de los niños, los jóvenes, las economías y las naciones”
Pero hagamos una pequeña reflexión, ¿a cuáles niños se refiere este estudio de la UNICEF? El estudio afirma que al menos uno de cada tres niños menores de cinco años está desnutrido o tiene sobrepeso, ¿esos niños desnutridos en cuál clase social se encuentran?
También se afirma que uno de cada dos niños menores de cinco años padece hambre oculta, ¿cuáles niños en nuestro país padecen hambre?, ¿serán acaso los niños de los desempleados, o de los trabajadores del campo o de la ciudad?
Pero el informe sigue y afirma: “2 de cada 3 niños no reciben la dieta variada mínima recomendada para un crecimiento y desarrollo saludables.” Es decir, 66 de cada 100 niños menores de cinco años tienen este grave problema.
En el municipio de Maravatío, según el censo 2020, hay nueve mil 281 menores de cinco años. Estos números arrojan que, entre estos menores en Maravatío puede haber más de tres mil niños que están desnutridos o tienen sobrepeso; más de cuatro mil 600 padecen hambre oculta y; más seis mil 100 no reciben la dieta variada recomendada para su crecimiento y desarrollo saludable.
La injusta desigualdad del reparto de la riqueza nacional genera pocos mega millonarios y millones de pobres. Apenas esta semana la revista Forbes, publicó que en medio de la pandemia por la covid-19 y su efecto en la economía, la fortuna de los mega millonarios de México, creció insultantemente, mientras que por otro lado creció en 10 millones el número de nuevos pobres. Y son precisamente los hijos de estos pobres los que padecen la desgracia de la desnutrición, el hambre oculta y el sobrepeso.
La leche Liconsa tiene un objetivo noble para disminuir el problema que enfrentan los niños ya mencionados. Pero en tiempos de la 4T, esto no es posible. ¿Pruebas? Usted mismo las tiene. Dígame, ¿cuántas lecherías Liconsa conoce que hay en su municipio y que funcionen correctamente?
Es necesario que el pueblo, los pobres afectados por este reparto injusto de la riqueza tome conciencia del problema, se organice y luche por un nuevo modelo económico que reparta la riqueza. A eso le invita el Movimiento Antorchista, a que se organice y luche por una patria más justa.
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