Vincent Van Gogh, había tenido un día agotador y, al regresar a su casa, se dio cuenta que el rostro estaba cubierto todo de carbón, del carbón que los hombres extraen de los "hoyos negros" del Borinage. Por primera vez, desde que había llegado a ese lugar, notó especial atención de parte de los asistentes a su misa. ¡Era uno de ellos! Ya no existía dudas, pues al igual que todos los hombres en el pueblo, ahora tenía el rostro negro, cubierto de carbón. Desde ése día, siempre colocaba algo de carbón en su rostro para ser igual a todos.
A varios podrá sorprenderlos esta parte de la vida de Vincent Van Gogh que hoy relata quien les escribe (parafraseando un poco el primer capítulo del libro de Irving Stone "Anhelo de vivir"), pues muy cerca de la noche estrellada, la terraza de café por la noche y los incontables girasoles, la obra de Vincent Van Gogh estuvo marcada por anhelos de justicia, de libertad, de una sociedad distinta; por un profundo amor al arte, por una pasión desmedida, ¡inconmensurable! Y por una visión política decorosa y digna de difundir.
El genio del gran pintor holandés pudo verse bien desarrollado hasta el período de su estadía en el Borinage, en la provincia valona de Henao en Bélgica, aunque en aquél entonces apenas creaba algunos trazos de los habitantes de aquél pequeño poblado minero, su obra tradujo el dolor, el hambre y la miseria de sus semejantes.
Muchos reconocen en la obra de Van Gogh un ascenso en la "forma" algo que sus contemporáneos intentaban hacer y que sólo él pudo lograr: el postimpresionismo. Pero, lo cierto, es que esas formas "toscas" e irregulares eran la manera perfecta de poder pintar y traducir la realidad que veían sus ojos a diario.
Hablar de toda la obra y evolución de Van Gogh es denso y hay que hacerlo meticulosamente, sin embargo, el día de hoy solo quiero detenerme en aquél joven pintor, en el Van Gogh del Borinage. ¿Por qué? Porque es aquí en donde encontramos descubierta la faceta más humana y sensible de Van Gogh. Esas pinturas que marcan el trabajo, la desesperación y el abandono forman parte de la reivindicación de los minero Belgas, que, casi a la par de la edificación del Manifiesto del Partido Comunista, formaron un mesurado movimiento haciendo huelgas y exigiendo soluciones para la forma de vida casi inviable a la que eran sometidos, esto llegó a los ojos, al corazón y al lápiz de Van Gogh.
Los comedores de patatas, es, sin duda, uno de los cuadros más reveladores de la empatía de Van Gogh hacia los más humildes, en una de sus numerosas cartas a Theo (su hermano) escribió: "He querido dedicarme conscientemente a expresar la idea de que esa gente que, bajo la lámpara, come sus patatas con las manos que meten en el plato, ha trabajado también la tierra, y que mi cuadro exalta, el trabajo manual y el alimento que ellos mismos se han ganado honestamente". Esta es la prueba máxima de la cercanía que tenía Van Gogh con sus modelos, era uno de ellos, era un minero, un campesino, era uno como ellos, era un artista del pueblo.
Lamentablemente toda esta etapa "oscura" de Van Gogh es casi desconocida y parece importarle a muy poca gente, después del estallido del color, quedaron guardadas para siempre aquellas toscas pinceladas y aquellos garabatos que, aunque casi amorfo, eran un reflejo de los habitantes del Borinage.
Hoy se cumplen 168 años del nacimiento del gran Vincent Van Gogh y su obra apenas llega a la cumbre, porque la realidad que nos regaló en sus pinturas son una prueba irrefutable del humanismo del Holandés y de la explotación que en todos lados se conoce, se siente, se huele y se vive.
Pronto vendrá el día de la reivindicación de Van Gogh y también de la clase pobre y explotada, pero hablar solo del último período de este magnífico pintor es como atribuirle a Jesucristo dotes de Santo cuando fue imagen y semejanza de los hombres. Por el pronto retorno del sentido de sus obras, por la pronta reivindicación de la clase trabajadora, por el goce estético que provoca en los humildes tus cuadros; te recordamos y te damos las gracias ¡Salud, al gran Vincent Van Gogh! La noche tiene más brillo desde que la pintaste con tus acuarelas.
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