Desde hace más de 45 años, el Movimiento Antorchista Nacional ha diagnosticado como problema fundamental la desmedida concentración de la riqueza por un puñado de hombres, que cada día amasan tanta fortuna como la inmensa población que se encuentra sumergida en la pobreza.
Durante este tiempo hemos afirmado que es necesario que el pueblo se organice y luche por cambiar la situación que actualmente vive, una situación de pobreza que cada día se hace más aguda, que penetra el alma de los más humildes.
Hemos entendido que debemos ponerle la mano a la realidad para quererla cambiar, es por ello que tratando de ser consecuentes con lo que pensamos y decimos, nos hemos dado a la tarea de organizar y educar al pueblo pobre de México, para que, como dijo el poeta yucateco, Antonio Medíz Bolio, tome conciencia de su vida oprobiosa, despierte y exija lo que es suyo.
Así es como los antorchistas pensamos, es por ello que, como una forma de materializar nuestro pensamiento, acudimos a las diferentes instancias de gobierno para solicitar, mediante un pliego petitorio y haciendo uso de nuestros derechos consagrados en los artículos 8º y 9º de nuestra constitución, sean atendidas nuestras necesidades en materia de obras y servicios, teniendo siempre presente que eso solo nos ayudará a hacer menos dura la vida que llevamos, que es necesario cambiar la forma en que se gobierna por una que vele por los intereses de las mayorías.
Es necesario reorientar el gasto público, invertir el presupuesto gubernamental hacia el sector salud, educación, vivienda; invertir en espacio públicos educativos, en el deporte y en la cultura, pero sobre todo, en la creación de fuentes de empleo y al mejoramiento de los salarios; eso es lo que plantea el Movimiento Antorchista.
Si el gobierno federal, estatal o municipal, reorientan mejor el gasto social, ¿qué quiere decir esto? Que ahí donde se requiera un hospital, escuelas, obras públicas como drenajes, pavimentos, electrificaciones, agua potable, entre otras, que el gobierno invierta en ello. Lamentablemente esto no siempre sucede así, tal es el caso del gobierno que encabeza la presidenta municipal de Irapuato, Lorena Alfaro García, quien se ha sabido vender ante los medios de comunicación como una persona sensible, cercana a la gente, que entiende y escucha a la población, pero en los hechos no sucede así, en el 2020 más de 24 mil 356 personas en Irapuato no tienen acceso al sistema de alcantarillado, no cuentan con red de suministro de agua, no tienen baño y no poseen energía eléctrica. Es por ello que los vecinos de las diferentes comunidades nos hemos organizado para hacerle llegar mediante un oficio las necesidades más apremiantes como: pavimentaciones de calles, alumbrados públicos, drenajes, agua potable entre otras; todas ellas justificadas por la necesidad que se viven día con día.
¿Cuál ha sido la respuesta? La negativa en atender y resolver estas demandas, que desde noviembre del año pasado hicimos llegar a la presidenta, ¿qué queremos los antorchistas? ¡Solución! Es por ello que, movidos por la necesidad, acudiremos de nueva cuenta el próximo martes 8 de febrero para solicitar audiencia, de lo contrario estaremos haciendo uso de nuestro derecho a la libre manifestación de las ideas para que sean escuchadas nuestras necesidades.
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