MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Los dueños ancestrales de la tierra y el agua lo han perdido todo

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En los límites de lo que hoy es Jilotepec y Soyaniquilpan, desde tiempos inmemoriales fue una zona donde brotaban una gran cantidad de manantiales, algunos de ellos de una belleza extraordinaria que daba gusto verlos. La región, favorecida por abundantes lluvias, posibilita lo anterior y en esta época es una de las más bellas que se puedan encontrar en el campo mexicano: bosques de pino, encino y de diferentes especies, verdes y floridas praderas, campos de cultivo de maíz, calabaza, chícharo, haba y otros cultivos, así como una gran cantidad de arroyuelos que en algunas partes forman estanques y pequeños lagos abundantes en acociles, ajolotes, ranas y peces de agua dulce; la región era, fue, una de las más bellas que puede existir en la naturaleza. Por siglos el agua que brotaba de estos manantiales corría por arroyos que daba gusto ver.

Los campesinos de Soyaniquilpan y de Jilotepec, despojados de sus tierras y de sus manantiales más abundantes, ahora compran el agua para ingerir, cocinar y preparar alimentos.

Después, cuando se asentaron los primeros pobladores en esta zona admiraron y valoraron esta gran riqueza natural y la usaron para cubrir todas sus necesidades, eso ocurrió durante toda la presencia humana en la zona. Todos los habitantes que conocían la región, sabían la existencia de estos manantiales y acudían a ellos como atracción turística pero fundamentalmente para abastecerse de agua en aquellas épocas del año en que escaseaba este vital líquido, pues todo mundo sabía que podía escasear en otros lugares, pero aquí siempre seguía brotando.

Hoy todo ha cambiado y está cambiando, en algunas cosas para bien y en otras para mal; siendo realistas, en la mayoría de los casos para mal, sobre todo para los habitantes de los municipios mencionados. El capitalismo se ha asentado en la mayor parte del mundo y lo sigue haciendo en todas partes y de todas las formas posibles.

Este sistema y su concreción en empresas e individuos explotan inmisericordemente al hombre y a la naturaleza; al hombre no pagándole su trabajo y quedándose con la mayor parte de la riqueza que los obreros y campesinos producen y a la naturaleza apropiándose de ella para convertirla en mercancía; es decir en cosas para ser compradas y vendidas, todo con el objetivo de ganar dinero para enriquecerse sin mirar qué y cuánto se hace daño al hombre y a la naturaleza.

En el capitalismo todo es o se convierte en mercancía, afirma Marx, y esto es una verdad aun cuando la inmensa mayoría de la sociedad la ignora. Otros la quieren ocultar o la niegan, lo cierto es que Marx tuvo razón cuando lo planteó y la sigue teniendo: en el afán de ganancia y enriquecimiento, en el capitalismo todo se enfoca bajo la óptica de obtener ganancia a costa de lo que sea.

En ese sentido la abundancia de agua y los manantiales de esta zona fueron vistos como una excelente forma de comprar el área para embotellar el agua y venderla para obtener jugosísimas ganancias y así se hizo. La empresa, denominada Niágara, con capital de origen estadounidense, desde antes del 2015 lo está planeando, pero a partir de este año lo empezó a ejecutar al comprar todo el terreno posible, o más bien todos los terrenos de ese lugar, algunos de ellos a muy bajo precio y, una vez obtenida una superficie considerable, los campesinos que no habían vendido se vieron obligados a hacerlo pues estaban prácticamente cercados por las propiedades de la empresa y tuvieron que vender su tierra a precios muy bajos.

A la fecha esa zona está totalmente bardeada y resguardada por la seguridad de la empresa; ésta ha perforado pozos en la zona y muchos de los manantiales han desaparecido, pero la cantidad de agua que la empresa requiere está garantizada para abastecer a empresas transnacionales como: Walmart, Costco Hilton, Volaris, The home depot, y otras nacionales como: Jumex, OXXO, Soriana, Zorro, etc. así como su exportación a EE.UU. por vía ferroviaria. ¡Un negocio fabuloso!

Los campesinos de Soyaniquilpan y de Jilotepec, despojados de sus tierras y de sus manantiales más abundantes, ahora compran el agua para ingerir, cocinar y preparar alimentos, su precio oscila entre los 15 y 20 pesos y las de marca registrada se venden en 60 y a veces hasta en 80 pesos.

El poderosísimo capital de origen estadounidense, Niagara Bottling LLC, se ha impuesto y los habitantes de la región que por siglos disfrutaron de sus tierras y del agua, ahora no tienen nada y se ven obligados a comprar agua y a ser empleados de la empresa mencionada o de la Truper, que también está establecida en la zona y que también ha adquirido grandes extensiones de tierra para establecer una empresa productora de herramientas.

Como dijo Marx, el despojo y la depauperación de la población son condición imprescindible para la existencia de grandes capitalistas que se apropian de todo.

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