En el mes de marzo cumplimos un año de que se decretó por parte del Gobierno federal, la suspensión de todas las actividades no esenciales, recomendando el “Quédate en Casa”, para evitar los contagios por covid-19, y se preveía que en un mes todo volvería a la normalidad.
Desafortunadamente, el mal manejo de la pandemia por parte del Gobierno federal, así como de la Secretaría de Salud, hoy las defunciones por covid-19 rebasan las 210 mil muertes, pues en plena pandemia en el 2020 el presidente hacía llamados a seguir saliendo, él mismo se niega a usar el cubreboca, e incluso continuó haciendo sus giras por todo el país. Esta situación ha generado una crisis sanitaria y una crisis económica, pues micro y pequeñas empresas tuvieron que cerrar provocando la pérdida de 12 millones de empleos.
Una tercera crisis es la que se presenta en Educación. Desde el 23 marzo de 2020, la Secretaría de Educación Pública (SEP) suspendió las clases presenciales, sustituyéndolas por el programa “Aprende en Casa”, basado en que los estudiantes de todos los niveles, reciban sus clases por medios digitales, lo que presupone el hecho de que todos los estudiantes cuenten con los dispositivos tecnológicos necesarios y con internet, algo que está lejos de la realidad de la inmensa mayoría de mexicanos.
En el 2019, el Inegi realizó una encuesta sobre las tecnologías de la información en los hogares, donde se puede observar que el 76% de los estudiantes de extractos bajos no tienen acceso a internet. El 70% no tiene computadora y el 24.7% no tiene televisión. Esto sectores, tiene de por si limitadas sus condiciones para poder ejercer su derecho a la educación en condiciones de pandemia. Estamos hablando de los estudiantes más pobres. La desigualdad social hace que esos estudiantes reciban al final de cuentas una pobre educación. Esto no es nuevo. Ya lo sabíamos.
La pandemia no vino a crear la desigualdad social, vino a mostrarnos de una manera más cruda esta desigualdad y los jóvenes estudiantes, van a tener que arreglárselas como puedan, lo cual los va a poner en una mayor desventaja educativa.
En días pasados, el Presidente de la República anunció que, antes de que termine el ciclo escolar, iniciarán las clases presenciales. Es necesario que los estudiantes regresen a las aulas, pero lo que preocupa es que la SEP ni mucho menos la Secretaría de Salud, proponen un plan de vacunación para los estudiantes, por lo que, es como mandarlos al matadero, es exponerlos a que se contagien, y que ellos mismos contagien a sus familias, lo que provocaría una propagación del virus con mayor rapidez. Las consecuencias de esto serían desastrosas.
Por eso Antorcha Magisterial exige que el Gobierno federal invierta en salud, para que los enfermos de covid-19 reciban atención médica necesaria para su recuperación, que el personal de salud cuente con el equipo necesario que evite los contagios, y de esa manera dominar la pandemia, y entonces si, que todas la actividades regresen a la normalidad. También demandamos el regreso de los estudiantes a las clases presenciales, pero que sea un regreso seguro, para lo cual, deben ser vacunados, pues también los niños y jóvenes tiene derecho a ser inmunizados.
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