1. La mentira. López Obrador le miente al pueblo por necesidad, es una política de Estado de la 4ª T: “Miente más de 80 veces en cada mañanera, ya duplicó las 23,000 mentiras que The Washington Post le contabilizó a Donald Trump, en sus cuatro años de gobierno. En sus 589 conferencias de prensa ha dicho más de 48,000 afirmaciones no verdaderas” (EXPANSIÓN Política, 15 de abril). Cito otra fuente: “Desde su primera conferencia matutina, el 8 de diciembre del 2018, hasta el 30 de junio de este año, el presidente López Obrador ha hecho la friolera de 56,181 afirmaciones falsas o engañosas” (Consultora política SPIN).
El cúmulo de falsedades o verdades a medias no son descuidos, ni ocurrencias de López Obrador; se trata de manipular y confundir al pueblo, pues todo gobernante burgués y reaccionario miente por sistema, para conservar el poder. Es obvio que El Peje bate récord, tal vez sólo lo igualen sus funcionarios y líderes cuatrotistas, pero por si alguno lo dudara, sea amigo o enemigo, él siempre tiene sus “otros datos”. Declarativamente, decretó muerto el neoliberalismo, pero en los hechos lo fortalece con su obsecuencia ante el imperio, el capital transnacional y con los ricos más ricos de nuestro país; aunque para las Pymes no destine ningún apoyo, con la consiguiente pérdida de miles de empleos, salarios de hambre, pobreza generalizada y decrecimiento económico. Esto se agrava con la crisis en procuración de justicia y el aumento exponencial de la impunidad, la violencia, la inseguridad y el narcotráfico que, en lo que va de este sexenio, son también métodos de control de la ciudadanía, de su voto, y si no… ¿cuál es el motivo de los “agradecimientos” presidenciales a la delincuencia?
2. La calumnia. Insulta y agrede con acusaciones falsas a sus oponentes, porque se cree dueño de la verdad absoluta. Al Antorchismo Nacional lo ha calumniado al menos en 90 ocasiones, con mentiras e infamias, sin probar jamás sus dichos porque no tiene cómo hacerlo, lo que de suyo indica que estamos ante un calumniador de lo más insidioso y falaz, un denostador empedernido que no repara en descalificar y desprestigiar gratuitamente a quienes él cree que están en contra suya.
3. La represión. Usa la fuerza y la coacción contra el pueblo y los medios de comunicación. Las víctimas más recientes de sus dotes de gorila están en Chiapas, son los indocumentados, centroamericanos y haitianos que partieron de Tapachula, en caravana, unos días después de que funcionarios de seguridad y migración dispersaran brutalmente a otro grupo, en plena gira presidencial; son alrededor de 300, 000 personas y niños aprendidos y repatriados por la fuerza. La prensa nacional fue testigo del ensañamiento brutal contra los migrantes, pues un padre de familia fue derribado con su hijo en brazos, con los escudos de la fuerza policiaca del gobierno obradorista; otro, ya estando sometido en el suelo, fué pateado en la cara por un agente de migración. La imagen de la bota tipo militar en pleno rostro indica a las claras que la represión masiva es otro de los métodos preferidos del gobierno de la 4T, y un claro mensaje a los ciudadanos de a pie: “¡Tomen, para que aprendan!”. Este es el muro de la 4T, contra el cual rebotan hasta un 20% de mexicanos.
Estando así las cosas, ante un gobierno falaz, calumniador, represivo e indolente… ¿A quién le toca defender la verdad y luchar por el progreso del país? A todos los mexicanos, pero también a nosotros, a los antorchistas. Eso es todo y nada más.
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