Sólo quién ha tenido la desgracia de perder un hijo, familiar cercano o un amigo víctima de cáncer, sabe el dolor profundo que puede significar esa pérdida y conoce realmente lo difícil y costoso que resulta poder encontrar atención médica de calidad, por eso duele y nos solidarizamos con todos los padres de familia que protestan y siguen protestando por lo que dice y hace el presidente, cuando ya no encuentra a quién atacar, se dirige a los niños enfermos de cáncer acusándolos de “golpistas”, no sorprende, cuando uno lo ve atacar a todo lo que se mueva.
Al cumplirse tres años de su triunfo, el presidente realizó el informe, mediante el cual destaca que en este país las cosas marchan bien y que los niños con cáncer son un invento de la prensa conservadora nacional, a quién por supuesto ideó un premio para los más “mentirosos”. La prensa no está alejada de eso, cuando ataca a los antorchistas sin prueba alguna, pero eso no quiere decir, que todo lo que diga es mentira. Pero lo que más sorprende, es que aún existen hombres y mujeres que aplaudan y difundan los ataques en contra de esos niños enfermos que no eligieron dicho padecimiento.
El presidente está violando todas las leyes existentes. El derecho a la salud consagrado en la Constitución le tiene sin cuidado, porque él tiene garantizada su salud en clínicas privadas, cuando se enfermó, cuando le dio el ataque al corazón, la oposición de ese entonces, le deseo mejoría. Un ser humano en su sano juicio no le desea la muerte a nadie, al contrario, le deseamos pronta recuperación. El presidente se dice humanista, pero aquí y en muchas partes enseña su verdadero rostro, primero porque es el encargado de repartir el presupuesto y segundo, por la burla descarada en contra de los niños inocentes.
El presidente puede, porque la ley lo permite, encarcelar a sus opositores si los encuentra culpables de un delito, pero no por no compartir sus ideas. Sin embargo, no puede violentar los derechos humanos consagrados en la Constitución que él juro defender, y si no estaba de acuerdo, tuvo la posibilidad de cambiarla, porque tenía mayoría. Ahora debería equipar a los hospitales para atender cualquier enfermedad como lo prometió.
Para aquellos de sus defensores que comparan a México con Cuba, están muy equivocados, Cuba a pesar de estar bloqueada por el gobierno de Estados Unidos por más de 60 años (bloqueo criminal), ha logrado desarrollar su propia medicina, que garantiza la cura del cáncer y otras enfermedades de su pueblo. Por la covid-19 ha tenido solamente 5 mil muertos, porcentaje pequeño comparado con los más de 400 mil muertos, que tenemos en México, aún peor dependemos de las donaciones que nos hagan otros países. ¿Qué ha hecho el presidente para resolver eso? Nada.
El presidente se ha vuelto loco, ya que ve por todos lados ataques a su proyecto de gobierno. Mucha gente se opone a este gobierno, pero calla, porque tiene miedo, pero es necesario levantar la voz, aunque sea una gota en el desierto de su indiferencia. Es necesario decirle al pueblo de México, que el que se erigió como su salvador ahora es su peor enemigo y que es necesario que reflexione antes.
Los Antorchistas dijimos que no votaríamos por este señor porque nos llevaría al desastre. Por mucho tiempo mantuvo oculto su rostro, hablando de soberanía y de que ahora sí saldríamos adelante. Pero ha desvelado su rostro, como el de Dorian Gray, un rostro corroído por el odio y el ansía de poder infinito. El cambio se vio después de la vista de la Secretaria de Estado de Estados Unidos, Kamala Harris. La política exterior de México dio un giro de 180 grados: llamaron al embajador de México ante Nicaragua, por las “violaciones” a los derechos humanos que existen ahí. Después aparece en una foto, con el canciller de Canadá, hablando de Venezuela y en Twitter donde México se solidariza con Colombia ante el ataque del presidente. Se acabó la doctrina Estrada.
Candil de la calle y oscuridad de su casa. Apoyando a Guatemala y el Salvador. El presidente insiste que pasará a la historia, definitivamente que así, la historia lo señalará como un traidor más del pueblo de México. A estas alturas, aquellos que se han pasado a Morena aún se pueden arrepentir y reflexionar sobre todo lo malo que está haciendo ese partido para México y los mexicanos. Pero si siguen empeñados de mantenerse en el error, y seguir apoyando al presidente por miedo o porque les han ablandado el corazón con un billete, tengan presente que la historia no tendrá perdón de ustedes y en ese momento de nada les servirá el arrepentimiento.
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