MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Los pobres deben oponerse al nuevo modelo educativo

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Desatada la polémica en torno a la entrega o no entrega de los libros de texto gratuitos, cada opinador del tema agrega los ingredientes que cree necesarios, volviéndose casi ininteligible lo que pasa en torno a la cuestión educativa.

Con el interés de ayudar a aclarar la cuestión, quiero decir a mis posibles lectores que, primero, la detención por parte de algunos gobiernos locales de la distribución de los libros de texto gratuitos, facilitados por la Secretaría de Educación Pública (SEP) federal, se debe a que existe un juicio de amparo, promovido por organizaciones civiles como la “Asociación Nacional de Padres de Familia” y “Educación con Rumbo”, al cual le dio entrada una juez federal, quien, a raíz de eso, ordenó a las autoridades educativas detener la entrega de los libros, en tanto no comprobaran que los tales libros estaban basados en los planes y programas acorde a la ley vigente; cosa que a su juicio no ha sido plenamente demostrado hasta el día de hoy. Por eso algunos gobiernos locales se dicen en espera de la solución judicial del asunto para proceder en consecuencia y que, en vía de mientras, los mantendrán embodegados. Otros gobiernos estatales han respaldado a la SEP federal que dice haber subsanado los requerimientos y que para ellos ya no hay ningún impedimento para la entrega. Como se ve, se trata de un problema donde el Poder Ejecutivo dice no ver impedimento en el hecho de que el Poder Judicial de la federación le marque un alto para que se cumpla con los procedimientos legales; es decir, con la ley.

Por otro lado, está ahora la cuestión de los errores que contienen esos libros, que, aunque graves y evidentes algunos pudieran corregirse -dice la SEP- con la publicación de una fe de erratas. Pero hay otros que no, pues tienen que ver con la implementación de la “nueva” reforma educativa “cuatroteísta” conocida como la “Nueva Escuela Mexicana”, que, dicen expertos en la materia, adolece de varios inconvenientes, entre ellos la cuasi desaparición de materias o campos de conocimiento específicos acorde con el grado de escolaridad, como el estudio sistemático de las matemáticas y el Español, afectando con ello, aclaran, la adquisición de habilidades básicas como el razonamiento lógico matemático y la comprensión lectora de la niñez. Esto es que, la reforma educativa de 2019, además de desechar la reforma del gobierno anterior basada en las competencias a desarrollar en el alumno, crea un nuevo sistema educativo basado en fases que engloban dos o más de los antiguos grados de enseñanza, llevado a cabo mediante proyectos inspirados en el programa flexible de mejora continua en el que “la comunidad escolar”, el consejo técnico, pero, sobre todo, el propio maestro frente a grupo “de acuerdo con sus necesidades concretas”, vaya, definiendo, instrumentando, evaluando y ajustando su programa; en lo que “involucrará” tanto a los padres de familia como a la comunidad en general, con el auto proclamado “interés” de impulsar la inclusión y “otros valores fundamentales”. Dicen especialistas, creo que con razón, que se está poniendo énfasis en el enfoque comunitario del asunto, relegando a segundo plano u olvidando la enseñanza de las ciencias, con lo que se atropella el derecho de la niñez y juventud mexicana al aprendizaje. Además, y no es cuestión menor, al no haber sido preparado y capacitado el magisterio en la implementación y correcto manejo del “nuevo sistema”, al dejarlo en libertad de “construir” el aprendizaje con una prendida “transversalidad” de conocimientos, se hará tal batiburrillo, que empeorará la situación educativa de los educandos. Los maestros, aún, no tienen en sus manos dichos libros.

También se habla de cierta carga ideológica, y hay hasta quienes afirman, de manera temeraria, que se trata de revivir el virus del comunismo y se descosen no contra los libros y el modelo educativo, sino contra esa categoría socioeconómica que hace referencia sólo a un modo superior, nuevo y mejor, de producción, distribución y consumo de bienes y servicios satisfactores de todas las necesidades humanas y no a otras cosas. Por lo que quienes así opinan sólo revelan el desconocimiento total y absoluto de la materia o la más fanática de la mala fe, pues, una sociedad más justa y equitativa, ni es un virus ni puede ser mala para nadie; a menos que pensemos que en la actualidad la humanidad vive en el paraíso.

Sin embargo, los libros y el nuevo modelo educativo no debieran ser implementados porque afectarán directamente a los más pobres, quienes la utilizan, pues los pudientes en sus colegios tienen otras posibilidades y pueden seguir aprendiendo bien Matemáticas, Español y las ciencias. Porque con la mala enseñanza de habilidades básicas a los alumnos, además de que se les condena a ser mano de obra menos calificada y, por tanto, más barata, se afectará también la investigación científica y tecnológica y, por ende, la producción y la productividad de nuestra economía como nación. Por otro lado, la equivocada ideologización, que no es marxista sino otro batiburrillo, se correspondería, supuestamente, con una organización nueva de la sociedad que no existe en nuestro país, por lo que es un despropósito mayúsculo, que lo único que dará por fruto son “adversarios” de la planta productiva que no encuentren empleo precisamente por eso y, por el otro lado, una planta productiva sin mano de obra porque no querrá emplearlos.

Por donde se le vea, el modelo educativo impulsado por la 4T es un error, de punta a cabo, que perjudicará a los más pobres; a los cuales, por cierto, dice defender. Y éstos, si no quieren sufrir las consecuencias, debieran manifestarse y oponerse de manera organizada para decirle así: “mejor no me ‘ayudes’, compadre”

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